13:20  hrs. 14 de Mayo de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-292

Ciudad Universitaria

 


Alejandro Álvarez

Pies de foto al final del boletín

 

HEGEMONIZANTE Y MONTADA EN ASIMETRÍAS, LA INTEGRACIÓN DE AMÉRICA DEL NORTE

 

·        Señalaron los participantes en la conferencia ¿Existe América del Norte?, realizada en la UNAM

·        Alejandro Álvarez, de la Facultad de Economía, precisó que el modelo de unificación de Europa ha sido un proceso largo y cooperativo en general

·        Stephen Clarkson, de la Universidad de Toronto, dijo que la hegemonía norteamericana ha aumentado, pero tiene frente de sí el desafío de la globalización

·        Rosío Vargas, del CISAN, indicó que lo más claro es la unilateralidad de Estados Unidos en el TLCAN, con la imposición de normas, reglas y medidas

 

La integración de América del Norte ha sido claramente hegemonizante y montada en asimetrías, no como en el caso europeo, con un saldo evidente de polarización, coincidieron en señalar los participantes en la conferencia ¿Existe América del Norte?, la cual fue realizada en la UNAM.

 

En este evento académico –organizado por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte–, Alejandro Álvarez, de la Facultad  de Economía de la Universidad Nacional, precisó que el modelo de unificación de Europa ha sido un proceso largo y cooperativo en general.

 

Asimismo, ha sido consensuado y políticamente más sostenible; en forma explícita se planteó el problema de buscar limar los desequilibrios regionales dentro de la zona. Además, sostuvo, dada la complejidad de las relaciones en el viejo continente, optaron por una densa trama institucional.

 

De forma inversa, en el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) las desigualdades se plantearon como virtudes, de tal forma que se juntasen “la mano de obra joven y barata de México, los recursos naturales de Canadá y la tecnología y economía de Estados Unidos”, arguyó.

 

Además, indicó Alejandro Álvarez, se ha visto que la experiencia ha sido polarizante, cuando se ofreció que no iba a ser así, pues se “nos iba a afianzar en la senda del crecimiento y de la homogeneización” hacia el desarrollo.

 

Otro punto es que la trama institucional establecida fue deliberadamente débil. “Lo más complejo que se planteó fue el Banco de Desarrollo de América del Norte, al cual nunca se le dieron recursos”, añadió.

 

Desde el punto de vista social fue devastador, aún dentro de la Unión Americana, opinó el experto de la UNAM.

 

En realidad, continuó Alejandro Álvarez, lo que destaca en la construcción de América del Norte, que geográficamente existe, es que los estadounidenses impusieron reglas locales, regionales o hemisféricas de acuerdo con sus intereses. El resultado es una red no tan visible ni grande, ni con un aparato de operación como el europeo. “En sí, refleja el proceso de globalización que nuestro vecino del norte ha promovido, esto es, ni es lineal, ni simétrico, ni ascendente, sino siguiendo el pensamiento neoliberal”.

 

Las tendencias, aseveró, “son preocupantes y su proyección desoladora”. Se necesita con urgencia una orientación de largo plazo de estos procesos, que tenga sentido positivo, porque lo otro es simplemente un desborde hegemónico sobre su periferia y los demás miembros tienen dificultades de carácter político y social.

 

En el auditorio Mario de la Cueva, Stephen Clarkson, de la Universidad de Toronto, Canadá, resumió sus estudios sobre América del Norte en varios argumentos. El primero, que las instituciones del TLCAN “no son lo que parecen, sino mucho menos”. Con alguna excepción, dijo, son débiles: “no tiene un Ejecutivo, Legislativo, ni una administración seria, sino grupos de trabajo no importantes”. Lo anterior ha aumentado el poder de la Unión Americana sobre sus vecinos.

 

Empero, la región, en algunos sectores económicos en donde la proximidad geográfica tiene un papel importante, es más de lo que parece. En general, la hegemonía norteamericana ha aumentado temporalmente, pero tiene frente de sí el desafío de la globalización.

 

Incluso, en otros sectores que parecen similares en los tres países, en los que hay una regulación común, no se trata de interés en la gobernanza continental sino que es un reflejo de la situación global.

 

Respecto a los asuntos de seguridad y defensa, señaló que después del 11 de septiembre de 2001 América del Norte es exactamente lo que parece, al sostener relaciones intergubernamentales dominadas por Estados Unidos, quien ha impuesto sus deseos sobre México y Canadá.

 

Refirió que es evidente que en esta zona la hegemonía ha crecido, y “no existe esta región en un sentido europeo”, aunque sí puede decirse que es un espacio geográfico formado por tres países con tres relaciones bilaterales distintas.

 

Por su parte, Rosío Vargas, del CISAN, dijo que lo más claro es la unilateralidad de Estados Unidos –el país hegemónico– en este acuerdo, con la imposición de normas, reglas y medidas. Además, el TLCAN ha permeado por su filosofía política exterior, que es la defensa preventiva.

 

Destacó, acompañada por la investigadora Silvia Núñez, que las investigaciones de Stephen Clarkson son serias: tiene una cantidad enorme de fuentes de primera mano, como entrevistas y visitas de campo en los tres países.

 

Sus contribuciones, concluyó, son originales y en términos teóricos tiene la virtud de llevar más allá de lo que hasta ahora han sido los enfoque tradicionales de ver el TLCAN y los procesos de integración.

 

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FOTO 01.

 

Rosío Vargas, Stephen Clarkson, Silvia Núñez y Alejandro Álvarez, durante la conferencia ¿Existe América del Norte?, la cual fue realizada en la UNAM.

 

FOTO 02

 

Stephen Clarkson, Silvia Núñez y Alejandro Álvarez, en la conferencia ¿Existe América del Norte?, en la UNAM, donde este último habló de la asimétrica integración de América del Norte.