13:00  hrs. 8 de Mayo de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-282

Ciudad Universitaria

 


Mario Rodríguez García

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ESTUDIAN EN LA UNAM PROCESO DE NIXTAMALIZACIÒN

 

  • Informó Mario Rodríguez García, del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada
  • Busca que los productores den valor agregado a la tortilla y el consumidor tenga nuevas opciones de compra, siempre bajo elevados estándares de calidad, dijo
  • Esta entidad encabeza una propuesta que impulsa un macroproyecto para la creación de un centro nacional de estudios de nixtamalización

 

Científicos del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM estudian las propiedades físicas, químicas y nutrimentales de harinas y masas empleadas en el proceso de nixtamalización, afirmó Mario Rodríguez García, integrante de esa entidad.

 

Se busca que los productores den valor agregado a la tortilla y el consumidor tenga nuevas opciones de compra, siempre bajo elevados estándares de calidad, añadió.

 

En este marco, la Universidad Nacional –a través de esa unidad foránea– encabeza la propuesta de impulsar un macroproyecto financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, para la creación de un centro dedicado al estudio de nixtamalización, que tanto necesita el país.

 

Rodríguez García informó que es necesario invertir recursos en la investigación, sobre todo en estos momentos de crisis, ya que sólo al entender todo el proceso de conversión de maíz en tortilla y otros productos nixtamalizados será posible mejorarlos.

 

Explicó que nixtamalizar es cocer el maíz en una solución térmico-alcalina, es decir, en presencia de cal. Entre sus resultados físicos más importantes se encuentra la remoción del pericarpio –parte que recubre los granos– y permitir la entrada de agua y calcio, lo cual facilita la obtención de masa.

 

Desde el punto de vista nutrimental, incrementa el contenido de calcio y propicia que algunas proteínas estén disponibles. De hecho, recordó, la tortilla es la base de la alimentación del pueblo mexicano y en algunas comunidades provee 70 por ciento de la ingesta de calcio recomendada.

 

No obstante, hay implicaciones ambientales. Producir un kilo de masa por el método tradicional requiere hasta ocho litros de agua, que se van al caño contaminados con materia orgánica y calcio, advirtió el encargado del Laboratorio de Propiedades Fisicoquímicas para el Estudio de la Nixtamalización del CFATA.

 

Además, abundó, hasta ahora no se han invertido recursos para impulsar una nueva tecnología de la tortilla. “A diferencia de otras áreas, en ésta no ha habido grandes avances”. El último, en la década de 1960, fue la industrialización de la harina. De ahí que haya mucho por hacer.

 

El experto aseguró que existen mejores modos de hacerlas, al bajar los costos de operación y optimizar el producto. Por ejemplo, en su Laboratorio han encontrado que existen tiempos ideales para formar la masa por el método tradicional, entre las siete y las nueve horas de reposo, lapso en el cual  los contenidos de calcio son más altos. Después de ese tiempo, a las 11 o 12 horas, comienza a perderse calidad.

 

Los universitarios también han descubierto, luego de una comparación entre el nixtamal tradicional y otros productos comerciales, que el primero tiene ventajas en el contenido de calcio.

Más recientemente hallaron que, a diferencia de lo que establece la literatura sobre la definición de nixtamalización,  esta fase no es la gelatinización parcial del almidón, sino la gelatinización  total de la parte más externa del almidón del grano; en la siguiente capa tampoco es completa y es inexistente en la parte interior del endospermo, que es donde se encuentra el almidón.

 

De igual modo, en el Laboratorio se logró la computarización del tiempo de cocimiento, para asegurar que la nixtamalización sea siempre igual. "Mucho del entendimiento está en el uso de tecnología. Ahora queremos hacer un sistema similar de secado".

 

Eso se hace en el CFATA: entender las transformaciones en las propiedades físicas, químicas y nutrimentales del maíz, sobre todo, en la etapa de reposo, así como evaluar las nuevas variedades.

 

Pero es necesario trabajar para modernizar los procesos y hacerlos más eficientes. Ahora se pierde del siete al nueve por ciento de materia seca, nixtamalizando por el método tradicional, es decir, por cada kilo se desperdician 70 a 90 gramos, a pesar del déficit de maíz que se padece en la actualidad.

 

También sería posible reducir la cantidad de nejayote que se elimina y eficientar el consumo de gas para la cocción de las tortillas. Existe la creencia de que se necesitan tres "vueltas" para cocerlas, cuando en la realidad dos son suficientes. Como se observa, son infinidad los aspectos que se pueden mejorar alrededor de ese importante producto, aseveró Rodríguez García.

 

Asimismo, sostuvo el experto, debe evolucionar el concepto tradicional por otro "funcional", donde el producto de maíz exista en la presentación que cada persona prefiera.

 

Por ejemplo, a la gente del norte del país le gusta la tortilla industrial o blanca, y en el sur se elige la amarilla. Incluso, dijo el científico, deberían existir “boutiques” donde sea posible encontrar decenas de productos (tortillas blancas, azules, sabor chile, frías para recalentar y con las mismas propiedades que las frescas, calientes pero cocidas con infrarrojo, frituras y 'gorditas'), como ocurre en las panaderías, donde hay infinidad de variedades, expuso.

Se busca, reiteró, no sólo incrementar la productividad del campo, sino dar valor agregado a estos artículos, para los cuales existe un gran mercado, sobre todo porque la gente busca calidad. Lograrlo requiere de inversión en investigación.

 

A pesar de ser uno de los comestibles en el mundo que cumplen con múltiples funciones (proveer calcio y proteínas o funcionar como cuchara, por citar algunos), la tortilla pierde terreno frente a las sopas instantáneas, reconoció. Por eso se debe cambiar el concepto y consumirlas en diferentes formas.

 

De ahí la inquietud de la UNAM por formar una red de investigadores mexicanos (físicos, químicos, ingenieros, nutriólogos, sociólogos y médicos) dedicados a resolver los problemas de los pequeños y medianos industriales, e impulsar de manera conjunta un nuevo proceso industrial del maíz a la tortilla, así como a regular el aspecto de sanidad que hasta ahora no ha sido abordado, aclaró el especialista.

 

Tampoco existe una estandarización en la elaboración de tortillas: no es lo mismo nixtamalizar a 72 que a 82 o 92 grados, o usar del uno al tres por ciento de cal, no obstante, "cada quien realiza el proceso como quiere", puntualizó.

 

Un punto importante es que México no es líder mundial en cuanto a nixtamalización; existen grupos en Estados Unidos, con muchos recursos, que lideran el campo, lo cual es preocupante cuando la tortilla se puede considerar un bien nacional con impacto social, político, económico y religioso, entre otros.

 

Se necesita un acuerdo y los científicos mexicanos tienen mucho que aportar al respecto. "Lo importante es incrementar el consumo de productos nixtamalizados que proveen calcio y proteínas", finalizó Mario Rodríguez García.

 

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FOTO 01

No se han invertido recursos para impulsar una nueva tecnología de la tortilla. El último avance fue en los 60, con la industrialización de la harina: Mario Rodríguez García, del CFATA de la UNAM.

 

FOTO 02

A pesar de ser uno de los comestibles en el mundo que cumplen con múltiples funciones, la tortilla pierde terreno frente a las sopas instantáneas, afirmaron expertos del CFATA de la UNAM.

 

FOTO 03.

Científicos del CFATA de la UNAM estudian las propiedades físicas, químicas y nutrimentales de harinas y masas empleadas en el proceso de nixtamalización.