12:00  hrs. 6 de Mayo de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-277

Ciudad Universitaria

 

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PROPONEN MODELO PARA LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO

 

  • Fue llevado a cabo en el estado de Tlaxcala por un grupo de investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera y del Instituto de Geografía de la UNAM
  • Abarca los sectores de agricultura, bosques y agua, a fin de mostrar la vulnerabilidad actual y futura del medio ambiente, y ofrecer propuesta de adaptación al calentamiento global
  • Pertenece a la segunda etapa del proyecto Generación de Capacidades para la Adaptación al Cambio Climático, emprendido por países de América Latina y el Caribe

 

México propuso recientemente un modelo único de estudio para fomentar las capacidades de adaptación al cambio climático, que fue llevado a cabo en el estado de Tlaxcala por un grupo de investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) y del Instituto de Geografía (IG) de la UNAM, dirigido por Víctor Orlando Magaña Rueda, del CCA.

 

Abarca tres sectores: agricultura, bosques y agua, con el propósito de mostrar la vulnerabilidad tanto actual como futura del medio ambiente, y ofrecer propuesta de adaptación al calentamiento global.

 

Ello, como parte de la segunda etapa del proyecto Generación de Capacidades para la Adaptación al Cambio Climático, emprendido hace cuatro años por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cuba y México, apoyados por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), con el cual se ha demostrado que una estrategia de adaptación tiene ventajas no sólo desde el punto de vista ambiental, sino también económico.

Se formuló debido a que el aumento progresivo de la temperatura media de la Tierra está causando estragos en todo el mundo. De ahí que se hayan empezado a tomar medidas de adaptación a lo que se conoce como cambio climático.

 

Agricultura

En Tlaxcala, la agricultura de temporal ocupa 98 por ciento de la superficie dedicada a esta actividad. El maíz es el cultivo más importante –cubre 71 por ciento del total de la superficie sembrada–, con una cosecha por año. Uno de los factores medioambientales que aumentan el riesgo de pérdidas en las cosechas de maíz, es la erosión que presenta el estado (una de las más severas de México). Aún cuando los campesinos saben algunas técnicas de conservación de suelos, éstas dependen de la mano de obra familiar o del trabajo colectivo. Pero, hoy en día, las familias y los grupos sociales están seriamente afectados por el fenómeno de la migración hacia Estados Unidos.

 

La mayor amenaza será la disminución de la humedad de los suelos–apuntó Magaña Rueda–, la cual podría convertirse en sequía agrícola, así como la ocurrencia de eventos meteorológicos extremos que podrían manifestarse como fuertes tormentas o granizadas. Por ello, si no se actúa desde ahora, esta actividad podría tender a desaparecer en ese estado.

 

Durante los estudios previos de vulnerabilidad y adaptación, y en el marco del cambio climático, los especialistas determinaron fomentar la capacidad de ajuste, mediante la constitución de un equipo interdisciplinario integrado por físicos, biólogos, agrobiólogos, arquitectos, químicos, productores y tomadores de decisiones.

 

También se propuso organizar reuniones periódicas con grupos focales de productores, con técnicas participativas que permitan elaborar mapas de recursos naturales; clasificar local y regionalmente los suelos; ubicar zonas con disponibilidad de agua, de bosques y de fauna, e identificar los peligros climáticos que más afectan a la agricultura.

 

 

Las medidas para la agricultura serían la recuperación del suelo, aprovechar la donación de composta por parte de la UNAM; construir invernaderos de 96 metros cuadrados, donde las familias obtengan, mediante técnicas orgánicas, jitomate, tomate y chile; recurrir al pronóstico climático, práctica que se usa, al menos en forma parcial en Tlaxcala, y utilizar el riego por goteo. Debido a que la distribución anual de las lluvias es cada vez más variable, se aseguraría la humedad al cultivo.

 

Bosques

La principal causa del deterioro de los bosques de la región está representada por los incendios. Estos siniestros son provocados por los habitantes de las comunidades cercanas para estimular el rebrote de pastos y renuevos, y así obtener forraje para el ganado, o bien, para limpiar los terrenos y poder cultivarlos.

 

La segunda causa es la tala inmoderada; la tercera es el pastoreo, que inhibe el desarrollo de los árboles que nacen por regeneración natural o de los plantados en programas de reforestación. Los escenarios de cambio climático para esa entidad proyectan una condición más seca, de menor humedad del suelo, frecuente en los meses de primavera, por lo que el riesgo de incendios forestales aumentará y, con ello, la tasa de pérdida de cubierta forestal, dijo.

 

Ahora bien, puntualizó el investigador, si se toman acciones pertinentes en la próxima década, las tendencias a la baja del capital natural del país pueden ser menos drásticas, lo cual permitiría mantener un nivel de conservación de cerca del 60 por ciento hasta por 100 años más.

 

En materia de reforestación, se propone implementar un programa de plantación de árboles de baja talla que presente mayor resistencia a sequías o requieran poco riego en los primeros meses; hacer cambios en el calendario de siembras de árboles para asegurar una mayor probabilidad de sobrevivencia; establecer zonas o bosques semilleros, y un calendario de colecta; usar especies nativas de cada estado, por estar más adaptadas al clima local; mejorar genéticamente las especies; incursionar en sistemas productivos agro-silvo-pastoriles; implementar programas de saneamiento vegetal; crear viveros municipales, e identificar áreas para esta actividad.

Sobre conservación, se sugiere realizar programas de pago por servicios ambientales; en producción, verificar las áreas con potencial para el aprovechamiento forestal, impulsar el cultivo del cedro blanco para usarlo en la delimitación de predios agrícolas, y supervisar programas de manejo holístico que contemplen aspectos económicos, sociales y culturales de los dueños de los ejidos donde se localiza un determinado bosque.

 

Agua

Magaña Rueda advirtió que en Tlaxcala la situación actual del recurso hídrico es crítica. Las proyecciones a futuro, bajo consideraciones socioeconómicas, son poco alentadoras y preocupantes cuando se considera el cambio climático. Las variables para construir los escenarios futuros incluyen la oferta, que disminuye, y la demanda, que aumenta.

 

Las estrategias a largo plazo para el manejo de la oferta y la demanda, expuso, podrían incluir la conservación de las zonas de recarga –bosques y humedales–, regulaciones y tecnologías para controlar de manera directa el uso del agua y la tierra, así como la protección de la vegetación de las orillas, la restauración de los canales del río a sus formas naturales y la reducción de la contaminación del agua.

 

La adaptación deberá considerar una mejor planeación y preparación para sequías y avenidas, cuidados de la calidad del agua, medición y cobro por uso del agua, una asignación equitativa del recurso, decisiones que consideren el clima y sus variaciones, reglas de operación de vasos y acuíferos ante el cambio climático, además de mejoras en la infraestructura hidráulica.

 

El diagnóstico del estudio realizado por los investigadores universitarios subraya que las zonas productivas de riego se verán amenazadas con el abatimiento de los acuíferos, debido a su sobreexplotación y al crecimiento de la zona urbana, que demandará más agua. También, el incremento de algunos eventos extremos como lluvias torrenciales y granizadas se volverá un peligro para la agricultura de temporal.

 

 

 

El sector hídrico, recalcó Magaña Rueda, tendría un futuro similar al de algunas regiones semiáridas del país, donde la disponibilidad de agua está por debajo de los mínimos sugeridos por organismos internacionales. Aunque en tres de los cuatro acuíferos tlaxcaltecas no se habla aún de sobreexplotación, la situación se acerca con rapidez a esa condición.

 

Ante este panorama, se sugiere: incrementar la capacidad de almacenamiento de agua ante lluvias extremas y extraordinarias (proyectadas bajo cambio climático); favorecer la recarga hídrica; garantizar la existencia de reservorios y fuentes secundarias para consumo humano, así como fortalecer las capacidades regionales y locales por medio del rescate de estrategias desarrolladas en zonas rurales frente a la escasez.

 

Cabe destacar que se eligió Tlaxcala porque es representativo de la forma de apropiación y uso de los recursos naturales de la mayor parte del país. La agricultura, el aprovechamiento forestal y el uso del agua del estado son ejemplo de la problemática de sobreexplotación, contaminación y deterioro del medio ambiente, porque está ubicado en una zona semiárida, que puede servir de modelo a otras regiones de México, y porque su tamaño facilita el inventario de información.

 

 

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FOTO 1.

 

La principal causa del deterioro de los bosques de Tlaxcala está representada por los incendios, la tala inmoderada y el pastoreo, señala una investigación realizada en la UNAM.

 

 

FOTO 2

 

El investigador Víctor Orlando Magaña Rueda habló del modelo de adaptación al cambio climático propuesto por México, y que se llevó a cabo en Tlaxcala por dos entidades de la Universidad Nacional.

 

 

FOTO 3

 

Investigadores de la UNAM desarrollaron en Tlaxcala un modelo único de estudio para fomentar las capacidades de adaptación al cambio climático, que abarca tres sectores: agricultura, bosques y agua.