12:45  hrs. 4 de Mayo de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-273

Ciudad Universitaria

 


Laura Mendoza

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CONSTITUYE RÉGIMEN ALIMENTICIO, PIEDRA ANGULAR PARA EL CONTROL DE LA DIABETES

 

·        Indicó Laura Mendoza Altamirano, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM

·        Asegurar el tratamiento efectivo de los enfermos, el acceso a la atención médica, y fortalecer el sistema de vigilancia, retos de este mal, dijo

·        Subrayó que es de sobra conocido que el riesgo genético es necesario pero no suficiente para desarrollarla

 

La piedra angular para el control de la diabetes es el régimen alimenticio, el cual no se restringe a acciones para la supervivencia biológica del individuo, sino que es parte indispensable de la vida social, de la comprensión del mundo y de sus vínculos, afirmó Laura Mendoza Altamirano, profesora de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

 

De ahí, que en el estudio y tratamiento de dicha enfermedad los principales retos que se enfrentan, desde el punto de vista sociocultural, son incrementar la rehabilitación para las secuelas, asegurar el tratamiento efectivo de los enfermos, así como el acceso a la atención médica, y el fortalecimiento del sistema de vigilancia.

 

Asimismo, destacó la especialista en el marco del Seminario de Investigación sobre la Etología de la Diabetes Mellitus, la actualización de los médicos, el impulso de la actividad física, la realización de campañas de detección y orientación nutricional, educación efectiva para la salud y disponibilidad de alimentos sanos desde edades tempranas.

Para ello, es indispensable la promoción para la salud, que no es sólo una actividad para la transmisión de conocimientos; constituye un campo disciplinario que conjuga: elementos propiamente médicos, contenidos educativos, aspectos psicológicos, pedagógicos, antropológicos, sociológicos y de las ciencias de la comunicación.

 

También contempla aspectos relacionados con las características de las personas a quienes se va a dirigir un mensaje, a fin de que éste verdaderamente logre el impacto deseado, con programas dirigidos a la búsqueda del equilibrio con relación a la ingesta de alimentos y la actividad física, y, sobre todo, que se considere el entorno cultural y social vinculado al tipo de alimentación y otros hábitos que tienen que ver con la forma de vida de cada individuo.

 

En el auditorio Fernando Ocaranza de la FM, Mendoza Altamirano explicó que la diabetes tipo 2 se caracteriza por alteraciones del metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas que están relacionadas con deficiencias absolutas o relativas de la acción o secreción de la insulina; y aunque es una enfermedad endocrina en su origen, sus principales manifestaciones son las de un mal metabólico. Sus síntomas característicos, prosiguió, son polidipsia, poliuria, polifagia, prurito y pérdida de peso sin causa aparente.

 

La especialista recalcó además que es un problema de salud pública creciente y la principal causa de muerte en México desde el año 2002, y una de las principales de discapacidad. Por ser crónico-degenerativa, indicó, requiere atención permanente; las complicaciones a corto y largo plazos demandan atención médica y tratamientos especializados y costosos.

 

Durante la conferencia La diabetes tipo 2 y las estrategias para su control: un enfoque socio-antropológico, la docente perteneciente al Departamento de Salud Pública, detalló también que las personas con este tipo de diabetes pueden tener niveles de insulina bajos, altos o normales.

 

Mendoza Altamirano expresó que en el aumento de la diabetes, además del componente genético, influye el cambio de la forma de vida en países subdesarrollados, en los que la “occidentalización” de las costumbres ha traído consigo sobreingestión de alimentos ricos en grasa y azúcares, sedentarismo y obesidad.

 

La hipótesis determinista sobre el genotipo como explicación de la epidemia de diabetes, sostuvo, excluyó durante muchos años los aspectos sociales, antropológicos y de modos de vida. Pero actualmente es de sobra conocido que el riesgo genético es necesario pero no suficiente para desarrollarla, pues de los factores de riesgo 90 por ciento son modificables.

 

Los elementos culturales que influyen son los hábitos alimenticios y el sedentarismo; los biológico-socioculturales, la obesidad; los biológicos, el envejecimiento, la distribución de grasa corporal y el grupo étnico al que se pertenece.

 

Acerca de las cuestiones sociales, resaltó que la diabetes está estrechamente ligada a ellos, tales como la  pobreza, las carencias educativas, el carácter comercial y la falta de ética en su difusión.

 

En el caso de los países subdesarrollados, precisó que el consumo calórico y graso exagerado, así como la ingesta deficiente de verduras y frutas es más frecuente en los sectores urbanos pobres, y cada vez mayor en las comunidades rurales. Como consecuencia, según la Organización Panamericana de la Salud, se está desarrollando la tendencia llamada “obesidad de la pobreza” en los países de América Latina.

 

“Se está conformando –recalcó– un nuevo ser humano más redondeado, metabólicamente menos eficiente e inestable, con grandes tendencias hacia la inflamación de los endotelios, la enfermedad, la discapacidad y la muerte de origen vascular”.

 

Mendoza Altamirano concluyó que si bien no existen alimentos diabetógenos como tales, los que presentan una alta densidad energética, ricos en grasas (especialmente saturadas), azúcares refinadas y simples, y pobres en carbohidratos complejos, como las fibras, favorecen la enfermedad.

 

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Laura Mendoza Altamirano, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM, dijo que se está desarrollando la tendencia llamada “obesidad de la pobreza” en los países de América Latina.

 

 

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Laura Mendoza Altamirano, profesora de la UNAM, dictó la conferencia La diabetes tipo 2 y las estrategias para su control: un enfoque socio-antropológico.