06:00  hrs. 4 de Mayo de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-272

Ciudad Universitaria


Vladimir Ávila Reese

Pie de fotos al final del boletín

 

 

DESARROLLAN MÉTODO EN LA UNAM PARA RECONSTRUIR LA HISTORIA DEL UNIVERSO Y ESTUDIAR LA ENERGÍA OSCURA

 

·        Consiste en usar los estallidos de rayos gamma como "faros cósmicos", dijo Vladimir Ávila Reese, investigador del IA

·        Tales explosiones son tan potentes que son detectadas si están a distancias enormes, o si se produjeron en épocas remotas, expresó

·        Se ha determinado la expansión cósmica desde épocas nunca antes logradas: menos de la décima parte de su edad actual, que es de 13 mil 700 millones de años

 

Vladimir Ávila-Reese, investigador del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, y sus colaboradores desarrollaron un novedoso método para reconstruir la historia del universo que, al mismo tiempo, permite el estudio de la energía oscura. Para ello usan los estallidos de rayos gamma (ERG) como "faros cósmicos".

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

El universitario, en conjunto con colegas italianos del Observatorio Astronómico de Brera, ha logrado de esa forma obtener interesantes resultados y determinar la historia de expansión del universo hasta épocas nunca antes logradas: menos de la décima parte de su edad actual, que es de 13 mil 700 millones de años.

 

Antes, con el uso de supernovas de tipo 1a como indicadores de distancia, se había podido hacer esta clase de estudios, pero sólo hasta épocas correspondientes a menos de la mitad de la edad actual. Las supernovas, a pesar de ser explosiones potentes, no pueden detectarse a mayores distancias, aunque con ellas se llegó a descubrir que el cosmos se está expandiendo cada vez más rápido.

"Con los ERG largos hemos llegado a tiempos remotos, lo cual hace posible tener más precisión en la determinación de cómo se ha ensanchado el universo y, por ende, inferir las propiedades de su contenido, en especial de ese componente tan extraño, tan misterioso, que es la energía oscura, misma que constituye el 73 por ciento del cosmos actualmente y que se considera es la causa de la aceleración en su expansión”, refirió.

 

El experto explicó que los rayos gamma son la radiación más energética en la naturaleza. Se producen típicamente en procesos violentos, por ejemplo, al estallar una bomba atómica. En el caso de los ERG largos, los rayos gamma  se generan cuando una estrella grande –30 a 60 veces más masiva que el Sol– explota al morir.

 

Su núcleo se colapsa en un hoyo negro rotante que "devora" las partes estelares externas. Al caer en el agujero, ese material forma un disco que rota tan rápido que se calienta hasta emitir chorros con energías equivalentes a trillones de soles juntos por varios segundos, en los cuales se producen los rayos gamma, añadió.

 

Los rayos gamma no llegan a la superficie terrestre; de hacerlo no habría vida, pues es una radiación que destruye las células. Para detectarlos se requieren satélites, como el Swift, de la NASA, el cual  descubre en promedio un ERG cada 3 o 4 días desde hace dos años, puntualizó.

 

El universitario dijo que los ERG tienen luminosidades diferentes variando en más de dos órdenes de magnitud. No son como las supernovas 1a, que brillan igual. Pero el grupo –conformado también por Claudio Firmani, Gabriele Ghisellini y Giancarlo Ghirlanda– ha descubierto una correlación estrecha entre propiedades observadas en rayos gamma y la luminosidad de estos objetos, lo cual permite medirle sus distancias.

 

Estas propiedades son la energía donde la radiación en gamma tiene su máximo y la duración del estallido, misma que varía desde dos hasta algunas decenas de segundos. La virtud de esta correlación respecto a una anterior, descubierta también por el grupo, es que usa sólo la información en rayos gamma y no requiere de un seguimiento del crepúsculo del estallido con telescopios terrestres, abundó Vladimir Ávila.

 

En publicaciones científicas recientes, su equipo reportó la correlación mencionada para 20 ERG y con ellos reconstruyeron la historia de expansión del universo.  Ahora "se está a punto de duplicar la muestra gracias al activo trabajo del estudiante de doctorado J. Ignacio Cabrera”. Con ello, aseguró el científico, se tendrá una "precisión exquisita" de la historia de expansión del universo y por ende de su composición.

 

La composición del universo determina su historia de expansión.

 

La materia por su gravedad frena la expansión del universo. No obstante, a finales de la década pasada se descubrió con las supernovas que el "estiramiento" no sólo no se está deteniendo, sino que es cada vez más rápido. Eso significa que hay algo más que materia que en vez de atraer, está repeliendo, algo "antigravitatorio"  que se denominó genéricamente energía oscura, detalló.

 

El gran reto ahora es inferir sus propiedades. Este es uno de los objetivos de muchos proyectos de grandes telescopios, como el planeado en el Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir, a cargo de la UNAM. Mientras tanto, resultados como los del grupo de Ávila-Reese, quienes combinaron su muestra de ERG con las supernovas, dan ya ciertas pautas sobre las propiedades de la energía oscura.

 

Encontraron que es poco factible que sus propiedades cambien con el tiempo como proponen ciertos modelos. La historia de la expansión inferida se explica bien con una energía oscura, que se comporta como la legendaria constante cosmológica propuesta por Albert Einstein y que hoy encuentra explicación en el así llamado vacío cuántico.

 

Según la teoría inflacionaria, el vacío fue el estado original y mientras se desintegraba en partículas y campos, por su naturaleza repulsiva, expandió desenfrenadamente al universo. Si algo de este vacío hubiese quedado, entonces después volvería a dominar expandiendo aceleradamente al universo. El misterio sería por qué quedó justo una cantidad tal que la aceleración se vuelve a producir relativamente reciente en la historia cósmica.

 

Cualquiera que sea la explicación que se encuentre para la energía oscura, generará una verdadera revolución en la física, y serán las observaciones las que marquen el sendero a seguir en esta revolución, concluyó.

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FOTO 01

Vladimir Ávila-Reese, del IA de la UNAM, y sus colaboradores desarrollaron un novedoso método para reconstruir la historia del universo que permite estudiar la energía oscura.

 

FOTO 02.

Vladimir Ávila-Reese y su equipo del IA de la UNAM reportaron la luminosidad de 20 estallidos de rayos gamma, y con ellos reconstruyeron la historia de expansión del universo.