06:00  hrs. 1 de Mayo de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-263

Ciudad Universitaria

 

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COLABORA INVESTIGADORA DE LA UNAM EN PROYECTO GANADOR DEL PREMIO CANIFARMA INFARVET 2006

 

·        María Teresa Olivares, adscrita a la Facultad de Química, creó una planta transgénica, dentro de una investigación donde intervinieron el CINVESTAV del IPN, y el INIFAP

·        El trabajo en cuestión busca desarrollar una vacuna comestible contra la rabia a través del maíz

·        La investigación estuvo diseñada de tal manera que cada institución desarrolló una parte; en la UNAM se hizo la transformación y regeneración de plantas, explicó

 

Científicos de la UNAM, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), y del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en Irapuato, colaboraron en un proyecto que obtuvo el Premio Canifarma Infarvet 2006 Alfredo Téllez-Girón Rodé.

 

Así, en la investigación Desarrollo de una vacuna comestible en maíz que expresa la proteína G del virus de la rabia y ensayos de protección en animales mono y poligástricos, intervino María Teresa Olivares, adscrita al Laboratorio de Cultivos y Tejidos Vegetales del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Química (FQ) de la Universidad Nacional.

 

La investigadora creó una planta transgénica que sirvió de base para obtener una inmunización contra la rabia que afecta a los bovinos. Todo el trabajo fue coordinado por Elizabeth Loza Rubio, del INIFAP, en colaboración con Miguel Ángel Gómez Lim, del CINVESTAV Irapuato.

 

La investigación estuvo diseñada de tal manera que cada institución desarrolló una parte. De tal modo que en la UNAM se hizo la transformación y regeneración de plantas; en el CINVESTAV, las construcciones genómicas, y en el INIFAP, la identificación de genes y proteínas; así como la evaluación de la vacuna en monogástricos y poligástricos, indicó la académica universitaria.

 

Concretamente, explicó, el Laboratorio de Cultivos y Tejidos Vegetales de la FQ se abocó a hacer sistemas biológicos que pudieran servir en la investigación.

 

Uno de ellos, que ha sido utilizado desde hace más de 13 años, es el del cultivo de maíz, en la obtención de embriones somáticos, los cuales se generan de células no sexuales, esto es, que no son el resultado de la fusión de los gametos, sino que a través de ciertas sustancias llamadas reguladores de crecimiento se puede dar lugar a la formación de embriones, y que generan igualmente una planta completa.

 

El trabajo consistió en obtener el sistema de cultivo de callos para hacer la transformación genética a través de un sistema llamado biobalística, es decir, a través de una cámara se aceleran pequeñas balas de tungsteno, las cuales van bañadas de DNA que contiene la información genética que se desea introducir a las células, en este caso, de la gramínea, indicó.

 

Posteriormente, abundó, se seleccionaron aquellas que lograron incorporar la información genética deseada y después se regeneró la planta. Después, en el INIFAP, se detectaron, tanto en hojas como en granos, la proteína y los genes que confieren inmunidad en cepas de campo para el virus de la rabia.

 

Destacó que esta enfermedad está considerada dentro de las diez principales causas de muerte en humanos, especialmente en países asiáticos. “Por fortuna en América Latina, específicamente en México, gracias a campañas masivas de vacunación se ha controlado de manera eficiente”.

 

Sin embargo, el virus que afecta a bovinos sigue siendo un problema por las pérdidas económicas que ocasiona y fue precisamente por esta problemática, que se inició este proyecto hace siete años, resaltó.

 

Como académicos, una parte importante de este trabajo conjunto es la formación de recursos en estas nuevas tecnologías, porque a través de la investigación se acerca a los estudiantes a la biología molecular, el cultivo de tejidos, el aislamiento de genes y las construcciones genómicas, destacó.

 

Después de años de laborar con plantas en condiciones in vitro y lograr algo que se pueda aplicar es ya un avance; es un Premio que se otorga al esfuerzo en equipo, lo cual confirma que este tipo de colaboración es más fructífera. Pero, al mismo tiempo, “me compromete a formar más estudiantes y a seguir investigando”, concluyó.

 

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 FOTO 1

María Teresa Olivares, de la FQ de la UNAM, intervino en un proyecto donde intervinieron el CINVESTAV del IPN en Irapuato, y que obtuvo el Premio Canifarma Infarvet 2006 Alfredo Téllez-Girón Rodé.

 

FOTO 2.

La investigadora de la UNAM María Teresa Olivares desarrolló una planta transgénica que sirvió de base para obtener una inmunización contra la rabia que afecta a los bovinos.