Boletín
UNAM-DGCS-242
Ciudad Universitaria
Pies de foto al final del
boletín
CREAN EN
Investigadores del
Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM mejoraron
–gracias a materiales “nanoparticularmente” tratados– el chaleco antibalas que
ellos mismos diseñaron, haciéndolo ahora resistente a armas blancas y de alto
poder, informó Roberto Anarbol López Medina, estudiante asociado a
esa entidad universitaria con sede en
Juriquilla, Querétaro.
Se trata de un
implemento ligero que permite llevar mayor cantidad de equipo; el usuario no
tiene problemas para agacharse, doblarse, recostarse o levantarse. En los
operativos hay opción de voltear con facilidad hacia donde se desee, a
diferencia de otros, rígidos, que utiliza placas de cerámica para detener los
disparos, explicó.
Además, un chaleco
convencional tiene una vida útil de cinco años, mientras que el de los
universitarios está calculado para 10 ó 12, con garantía de que permanecerá en
condiciones óptimas de funcionamiento. Una sola pieza ha recibido más de 600
impactos sin deformarse, agregó.
Indicó que fue
probado con éxito para disparos de fusil R-15, así como para instrumentos
punzo-cortantes, como navajas, picahielos, cuchillos de cocina, clavos y
bisturíes.
Ningún otro en el
mundo tiene esa capacidad, lo cual se suma a las ventajas que ya tenía con
respecto a sus competidores: menor peso y espesor, mayor flexibilidad,
resistencia a la humedad y a hongos provocados por el sudor, así como una
durabilidad en más del doble de tiempo.
El chaleco, útil para
grupos tácticos, uniformados en motocicleta, bicicleta y patrulleros, grupos
especiales y operativos, así como para disuasión, está siendo comercializado
mediante un convenio de transferencia de tecnología por una empresa europea,
refirió.
Con tecnología
mexicana, fabricación española y estándares internacionales, estos implementos
ya son usados por las policías de España y Holanda. Aunque, precisó, la más
reciente tecnología, que permite la resistencia a armas blancas y de alto
impacto, aún debe ser perfeccionada.
Aclaró que debido a
que la complexión de los policías y las condiciones climatológicas no son las
mismas en nuestro país que en Europa, se requieren especificaciones para ambas
regiones. Así sucedería en otras partes del planeta.
Al respecto, Víctor
Manuel Castaño Meneses, director del CFATA, expuso que esta tecnología,
restringida hasta ahora a cuestiones militares, puede tener otras aplicaciones
industriales, como guantes de protección o contra cortaduras en el hogar, por
ejemplo.
Destacó que
proyectos como éste implican un enfoque inter, trans y multidisciplinario. Sólo
así la tecnología llega al consumidor y no se queda en un ejercicio intelectual
de laboratorio. Hasta el momento el paradigma de la producción en serie es
Al retomar su
exposición, Roberto Anarbol López Medina recordó que un chaleco antibalas
“normal” tiene un peso de entre 8 y 10 kilos y un espesor de tres cuartos de
pulgada, de acuerdo con el fabricante y el material. Tales son los equipos
utilizados, por ejemplo, por la policía de México y América Latina, los cuales
presentan problemas de resistencia a la humedad, de peso excesivo, además de no
ser ergonómicos ni prácticos.
El implemento
desarrollado en el CFATA está hecho de un nuevo material, llamado Nanoprotec,
con una estructura molecular diferente que ha permitido disminuir el grosor y
peso a sólo tres kilogramos. “Se sigue creyendo que entre más grueso, el
implemento es más resistente. En CFATA hemos roto ese paradigma”, señaló.
El chaleco del
Centro cuyo primer prototipo se obtuvo hace seis años, está fabricado con
materiales “nanoparticularmente” tratados. Se basa en el kevlar, un polímero
derivado del petróleo, un “plástico”, que inhibe los hongos producidos por el
sudor y que atacan el material, y la humedad ambiental, que también lo daña,
aclaró.
Los dictámenes de
las pruebas realizadas incluyen la descripción de armas utilizadas, tipo de
balas, distancias y quiénes fueron los tiradores, detalló. Usaron ‘fuego real’
con movimiento en distintas posiciones de tiro (rodilla al suelo, parado y
acostado), porque eso determina la trayectoria del proyectil. “Ante todo eso
debe haber resistencia”.
El universitario
expresó que en su desarrollo, “los principales competidores son Israel,
Alemania y Japón; sin embargo, somos los únicos que usamos nanotecnología para
obtener protección y resistencia en las condiciones más extremas que pueda
haber”.
Se ofrece un
producto delgado, flexible, resistente y, por todo ello, superior a lo que se
ofrece en otras partes del mundo. De ahí que se espera que su aceptación se
incremente entre diferentes cuerpos policíacos, como el del estado de Querétaro,
concluyó.
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FOTO 01.
El estudiante Roberto Anarbol López Medina lleva el
chaleco antibalas desarrollado y mejorado en el CFATA de la UNAM, haciéndolo
ahora resistente a armas blancas y de alto poder.
FOTO 02
En el CFATA de la UNAM mejoraron un chaleco antibalas
con un nuevo material llamado Nanoprotec, con una estructura molecular que ha
permitido disminuir el grosor y peso a sólo tres kilogramos.
FOTO 03
El chaleco mejorado en el CFATA de
la UNAM es útil para grupos tácticos, uniformados en motocicleta, bicicleta y
patrulleros, grupos especiales y operativos, refirió el estudiante Roberto
Anarbol López.