12:00  hrs. 22 de Abril de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-242

Ciudad Universitaria

Pies de foto al final del boletín

 

CREAN EN LA UNAM CHALECO ANTIBALAS CON NUEVOS MATERIALES

 

 

Investigadores del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM mejoraron –gracias a materiales “nanoparticularmente” tratados– el chaleco antibalas que ellos mismos diseñaron, haciéndolo ahora resistente a armas blancas y de alto poder, informó Roberto Anarbol López Medina, estudiante asociado a

esa entidad universitaria con sede en Juriquilla, Querétaro.

 

Se trata de un implemento ligero que permite llevar mayor cantidad de equipo; el usuario no tiene problemas para agacharse, doblarse, recostarse o levantarse. En los operativos hay opción de voltear con facilidad hacia donde se desee, a diferencia de otros, rígidos, que utiliza placas de cerámica para detener los disparos, explicó.

 

Además, un chaleco convencional tiene una vida útil de cinco años, mientras que el de los universitarios está calculado para 10 ó 12, con garantía de que permanecerá en condiciones óptimas de funcionamiento. Una sola pieza ha recibido más de 600 impactos sin deformarse, agregó.

 

Indicó que fue probado con éxito para disparos de fusil R-15, así como para instrumentos punzo-cortantes, como navajas, picahielos, cuchillos de cocina, clavos y bisturíes.

 

Ningún otro en el mundo tiene esa capacidad, lo cual se suma a las ventajas que ya tenía con respecto a sus competidores: menor peso y espesor, mayor flexibilidad, resistencia a la humedad y a hongos provocados por el sudor, así como una durabilidad en más del doble de tiempo.

 

El chaleco, útil para grupos tácticos, uniformados en motocicleta, bicicleta y patrulleros, grupos especiales y operativos, así como para disuasión, está siendo comercializado mediante un convenio de transferencia de tecnología por una empresa europea, refirió.

 

Con tecnología mexicana, fabricación española y estándares internacionales, estos implementos ya son usados por las policías de España y Holanda. Aunque, precisó, la más reciente tecnología, que permite la resistencia a armas blancas y de alto impacto, aún debe ser perfeccionada.

 

Aclaró que debido a que la complexión de los policías y las condiciones climatológicas no son las mismas en nuestro país que en Europa, se requieren especificaciones para ambas regiones. Así sucedería en otras partes del planeta.

 

Al respecto, Víctor Manuel Castaño Meneses, director del CFATA, expuso que esta tecnología, restringida hasta ahora a cuestiones militares, puede tener otras aplicaciones industriales, como guantes de protección o contra cortaduras en el hogar, por ejemplo.

 

Destacó que proyectos como éste implican un enfoque inter, trans y multidisciplinario. Sólo así la tecnología llega al consumidor y no se queda en un ejercicio intelectual de laboratorio. Hasta el momento el paradigma de la producción en serie es la homogenización. No obstante, con el desarrollo científico es posible llevar a las personas adelantos a la medida y a un costo accesible.

 

Al retomar su exposición, Roberto Anarbol López Medina recordó que un chaleco antibalas “normal” tiene un peso de entre 8 y 10 kilos y un espesor de tres cuartos de pulgada, de acuerdo con el fabricante y el material. Tales son los equipos utilizados, por ejemplo, por la policía de México y América Latina, los cuales presentan problemas de resistencia a la humedad, de peso excesivo, además de no ser ergonómicos ni prácticos.

 

El implemento desarrollado en el CFATA está hecho de un nuevo material, llamado Nanoprotec, con una estructura molecular diferente que ha permitido disminuir el grosor y peso a sólo tres kilogramos. “Se sigue creyendo que entre más grueso, el implemento es más resistente. En CFATA hemos roto ese paradigma”, señaló.

 

El chaleco del Centro cuyo primer prototipo se obtuvo hace seis años, está fabricado con materiales “nanoparticularmente” tratados. Se basa en el kevlar, un polímero derivado del petróleo, un “plástico”, que inhibe los hongos producidos por el sudor y que atacan el material, y la humedad ambiental, que también lo daña, aclaró.

 

Los dictámenes de las pruebas realizadas incluyen la descripción de armas utilizadas, tipo de balas, distancias y quiénes fueron los tiradores, detalló. Usaron ‘fuego real’ con movimiento en distintas posiciones de tiro (rodilla al suelo, parado y acostado), porque eso determina la trayectoria del proyectil. “Ante todo eso debe haber resistencia”.

 

El universitario expresó que en su desarrollo, “los principales competidores son Israel, Alemania y Japón; sin embargo, somos los únicos que usamos nanotecnología para obtener protección y resistencia en las condiciones más extremas que pueda haber”.

 

Se ofrece un producto delgado, flexible, resistente y, por todo ello, superior a lo que se ofrece en otras partes del mundo. De ahí que se espera que su aceptación se incremente entre diferentes cuerpos policíacos, como el del estado de Querétaro, concluyó.

 

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FOTO 01.

El estudiante Roberto Anarbol López Medina lleva el chaleco antibalas desarrollado y mejorado en el CFATA de la UNAM, haciéndolo ahora resistente a armas blancas y de alto poder.

 

FOTO 02

En el CFATA de la UNAM mejoraron un chaleco antibalas con un nuevo material llamado Nanoprotec, con una estructura molecular que ha permitido disminuir el grosor y peso a sólo tres kilogramos.

 

FOTO 03

El chaleco mejorado en el CFATA de la UNAM es útil para grupos tácticos, uniformados en motocicleta, bicicleta y patrulleros, grupos especiales y operativos, refirió el estudiante Roberto Anarbol López.