06:00  hrs. 20 de Abril de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-238

Ciudad Universitaria


Laura Somarriba Rocha

Pies de foto al final del boletín

 

 

AUTOESTIMA, BASE PARA LOGRAR ASERTIVIDAD

 

·        Indicó Laura Somarriba Rocha, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM

·        En ese sentido, son cruciales el respeto, la aceptación y buen trato recibidos por cada persona; además, la percepción de éxito o fracaso obtenidos, dijo

·        Dictó la conferencia Autoestima y Asertividad, donde precisó que el primer concepto es creer en nosotros y el segundo la habilidad para lograr lo que se quiere

 

Una sólida autoestima y valoración del otro son necesarios para formar en la asertividad, por lo que el respeto, la aceptación y el buen trato recibidos por cada persona, así como la percepción del éxito o fracaso obtenidos, son factores cruciales para ello, afirmó Laura Somarriba Rocha, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

Al dictar la conferencia Autoestima y Asertividad, explicó que el primer concepto es la valoración que uno tiene de sí mismo, la cual está en función de cómo se ha vivido a través del tiempo y de si fue aceptado o no en el medio donde se desenvolvía. Es creer en nosotros, la habilidad de lograr lo que se quiere, e implica desde la imagen, capacidades y emociones hasta los sentimientos.

 

Desde otro punto de vista es la suma de autoconfianza y autorrespeto, agregó. Refleja el juicio implícito que cada uno hace de su destreza para enfrentar los desafíos de la existencia, para comprender y superar los problemas, y sobre su derecho a ser feliz, lo que implica respetar y defender sus intereses y necesidades. Se genera desde adentro; sin embargo, lo externo influye. No es un don que puede recibirse de alguien más, pues es íntimo.

 

Sobre cómo se genera la autoestima, comentó que “no es estática, en tanto es influida por diferentes factores a lo largo del desarrollo humano”. Sufre cambios a través del ciclo vital y es resultado de una autoevaluación sobre la competencia y aceptación social desde la infancia.

 

Consiste en que la persona se conozca; en que tenga una autoimagen corporal, intelectual y emocional lo más apegada a la realidad posible; en que se evalúe en una forma positiva, al considerar sus capacidades y limitaciones; que tenga un profundo respeto por sí misma, por sus limitaciones, sentimientos, por sus propios valores y necesidades, dijo.

 

Algunos de sus elementos son: autoconcepto (como me describo yo), vivir de manera conciente (implica darme cuenta de quien soy y lo que hago), autoaceptación (es admitir como soy), responsabilidad de uno mismo (cuerpo, pensamiento, conductas y asumirme como persona), autoafirmación (me reafirmo en mis capacidades, voy a ser conciente de lo que soy, de lo que tengo y de lo que hago; como consecuencia me da seguridad), vivir con propósito y productivamente (teniendo un objetivo constructivo), e integridad personal (sin dañarme), detalló.

 

Lo importante, indicó, es que es un concepto sencillo sobre el cual todos han hablado. Sin embargo, en pocas ocasiones se reflexiona sobre ello, lo cual limita e impide crecer.

 

Respecto a la asertividad, destacó que es hacer valer los derechos propios, al expresar lo que se necesita, cree, piensa y siente, de manera clara, directa, sin agredir u ofender, con respeto a las otras personas, al abrir posibilidades de diálogo y amistad con los demás.

 

La persona con esta característica, aseveró, se valora con la misma escala que a los demás, acepta los riegos que implica cada una de sus decisiones y comprende que no hay una respuesta exacta, precisa y perfecta para cada situación.

 

Acerca de cómo saber cuándo se es asertivo, recalcó que al darse la libertad “de ver y escuchar las cosas tal como existen aquí y ahora”; de ser libres de sentir, en lugar de esperar lo que se debe; darse la posibilidad, sin temor alguno, de pedir lo que se quiere, en vez de buscar el permiso para hacerlo, y arriesgarse a mejorar personalmente y para su beneficio.

 

Por otro lado, refirió, existen los derechos: considerar las propias necesidades; cambiar de opinión; cometer errores; ser tratado con respeto y responsabilidad; rehusar peticiones sin sentirse culpable; pedir lo que se quiere; establecer las propias prioridades y tomar decisiones; calmarse, tomar tiempo y pensar; obtener calidad; satisfacer las propias necesidades; pedir reciprocidad; privacidad, y sentirse bien consigo mismo.

 

También puede hablarse de las habilidades para ser una persona asertiva: saber decir no, así como demandar y comunicar emociones; expresar sentimiento negativos, y ser oportuno, adecuado y directo, concluyó.

 

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FOTO 01.

Laura Somarriba Rocha, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, dijo que una sólida autoestima y valoración del otro son necesarios para formar en la asertividad.

 

FOTO 02

La profesora de la UNAM Laura Somarriba dictó la conferencia Autoestima y Asertividad, donde explicó que el primer concepto es la valoración que uno tiene de sí mismo, en función de cómo se ha vivido.