Boletín
UNAM-DGCS-230
Ciudad Universitaria
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final del boletín
En nuestro país ha aumentado el número de infecciones producidas por
hongos o micosis oportunistas: de ser situaciones raras en la actualidad
representan 15 por ciento de las afecciones en los pacientes con algún factor
de riesgo, aseguró Patricia Manzano Gayosso, profesora de la Facultad de
Medicina (FM) de la UNAM.
Este
fenómeno se presenta, destacó la especialista, por el incremento en los
factores de riesgo que lo permiten: hay más diabéticos descompensados e
individuos que reciben tratamiento con inmunosupresores y cánceres, por
mencionar algunos.
Al abundar respecto a su epidemiología, agregó que del cien por ciento de los casos el 83 por ciento son superficiales; y las subcutáneas y las sistémicas ocupan hasta un uno por ciento cada una.
Cabe señalar que dentro de la clasificación clínica
realizada por
Manzano Gayosso apuntó que de todas, las más importantes
en prevalencia internacional son las primeras, y de éstas las tiñas que afectan
la piel y sus anexos (pelos y uñas); y si bien no hay cifras oficiales en
general, puede decirse que las tiñas son el 5 por ciento de la consulta
dermatológica, y entre el
En nuestro país, sostuvo, “las consultas médicas relacionadas con hongos se dan más por afección en uñas; en segundo lugar, por las que se presentan en las plantas de los pies; después en el resto del cuerpo, y la tiña de la cabeza y la ingle al final”.
Entre las 13 micosis más frecuentes en nuestro territorio se encuentran
las dermatofitosis o tiñas, pitiriasis versicolor; de las subcutáneas: la
esporotricosis, cromoblastomicosis
y micetoma; de las profundas: histoplasmosis, coccicioidomicosis y paracoccidioidomicosis; y de las
oportunistas: candidiasis, aspergilosis, mucormicosis y neumocistosis y criptococosis.
Respecto a la situación
del diagnóstico de esas enfermedades, la docente de la FM precisó que un
problema en México es que no hay detección adecuada; son pocos los hospitales
donde se hace, a pesar de existir las herramientas pertinentes para observar
las estructuras del microorganismo. “También se carece de profesionistas en
esta área”, dijo.
Consecuentemente, se ha llegado a abusar en el tratamiento con los antifúngicos, lo cual hace que un problema simple se vuelva crónico; o pueden facilitar que algunos hongos estén más en contacto con las personas. También, advirtió, se presenta resistencia a los medicamentos respectivos, de por sí pocos.
También, aseveró, se está limitado en cuanto a profilaxis, “porque si no se tiene el conocimiento de lo que son, no se pueden dar medidas de prevención para evitar que se contraigan”.
Sobre cómo se adquiere una micosis, destalló que en las superficiales es frecuente estar en contacto directo con las estructuras de reproducción del hongo, principalmente los dermatofitos antropofílicos causantes de tiñas o dermatofitosis y que, en general, afectan al ser humano. “Se puede contagiar incluso en la propia casa, a través de los pisos de los baños, albercas o gimnasios; también se relaciona con el mal manejo de las toallas, peines, y por otro lado, los dermatofitos zoofilicos al estar en contacto con los animales domésticos”.
Las sistémicas o profundas “generalmente los hongos ingresan por vía respiratoria y se establecen en pulmón, y de ahí puede que se diseminen a otros órganos, incluso a la piel”, añadió.
Las subcutáneas, resaltó Manzano Gayosso, necesitan como requisito que haya una herida por donde penetre el microorganismo. “Algunas se quedan en ese lugar, otras se extienden a través de los linfáticos y generalmente no se diseminan”. De las oportunistas, la mayoría ingresan también por vía aérea, se establecen en los pulmones y de ahí al resto del cuerpo.
Por ello, la docente universitaria aconsejó a los profesionistas de la salud tener más conocimiento sobre las micosis y sus medidas de prevención, las cuales suelen ser sencillas. Básicamente son no estar en contacto con la fuente infecciosa: desinfectar los pisos de los baños con cloro cuando menos una vez por semana.
Si hay un familiar con ese problema, el resto debe evitar, por ejemplo, usar sus mismos zapatos o estar en contacto con sus calcetines (aseándolos con agua y jabón es suficiente para eliminar al hongo). Estar pendientes del aseo de toallas y evitar el uso colectivo de implementos de limpieza. Al llevar un buen control en lo individual, consideró, no tiene por qué haber contagio de una persona a otra.
En el caso de las profundas, de la histoplasmosis, habría que estar pendientes de no entrar en contacto con guano de murciélagos o aves, los cuales habitan en iglesias, minas o cuevas abandonadas, alertó.
En el caso de las oportunistas, si se recibe tratamiento para mantenerse estable o en equilibrio no pasará nada, porque se va a tener capacidad inmunológica para evitar alguna infección, concluyó.
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En nuestro país
ha crecido el número de infecciones producidas por hongos o micosis
oportunistas, afirmó Patricia Manzano Gayosso, profesora de la Facultad de
Medicina de la UNAM.
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La profesora de
la UNAM, Patricia Manzano, señaló que del total de las micosis 83 por ciento
son superficiales; y las subcutáneas y las profundas ocupan el uno por ciento,
cada una.