12:00  hrs. 1 de Abril de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-195

Ciudad Universitaria


Guadalupe de la Lanza

Pie de fotos al final del boletín

 

NECESARIO, CONSTRUIR MÁS PLANTAS DE TRATAMIENTO EN MÉXICO

 

·        Destacó Guadalupe de la Lanza, del Instituto de Biología de la UNAM

·        Porque se ha tornado casi normal la descarga de vertidos de forma directa, sin considerar que se vuelven a extraer altos volúmenes para consumo humano, dijo

·        Ese líquido se deposita en 70 de los lagos más importantes y en aproximadamente 4 mil presas, ríos e incluso en el mar, detalló

 

Es necesario construir más plantas de reuso en México y emplearlas antes de verter los flujos de cualquier origen, hacia las presas, lagunas, ríos e incluso el mar, porque se ha tornado casi normal su descarga de forma directa, sin considerar que se vuelven a extraer altos volúmenes para consumo humano, además de sus implicaciones para los recursos pesqueros.

 

Así lo informó Guadalupe de la Lanza Espino, del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, quien añadió que “es fundamental que el país cuente con la eficiencia adecuada para el tratamiento de este tipo de flujos, y que el sector gubernamental esté más atento y sea más rígido en este aspecto, a fin de evitar que continúe el deterioro de los cuerpos hídricos nacionales”.

 

Destacó que en el territorio este aspecto cobra especial relevancia al contarse con 70 lagos importantes y aproximadamente 4 mil presas, que en muchas ocasiones están expuestas a perturbaciones.

De la Lanza Espino detalló la urgencia de que los académicos proporcionen la asesoría necesaria al sector oficial, con el fin de brindarles apoyo en la toma de medidas adecuadas para su manejo. Ellos tienen capacidad para conocer cómo pueden funcionar anual, interanual o estacionalmente esas masas hídricas. Si no hay contacto entre ambos sectores todas las medidas que pueda aplicar el gobierno no tendrán sustento científico.

 

Propuso estimular a los jóvenes estudiantes y enriquecer las investigaciones sobre cuerpos de agua dulce, porque el desconocimiento es amplio. Es una información fundamental para hacer los inventarios y que se cuente con conocimiento más detallado de qué recursos se tienen y hacer un manejo más racional de ellos.

 

En México el principal uso que se le da a estos volúmenes, tanto naturales (lagos, lagunas y ríos), como artificiales, en especial las presas y otros embalses, es para la agricultura, por medio del riego. Esos últimos tienen varias funciones fundamentales, una de las cuales es evitar las inundaciones; aunque también tienen un uso múltiple, para consumo humano y en ocasiones para la industria, apuntó.

 

Si bien se estima que el número de presas rebasa las 4 mil y los lagos más de 70 principales, hay otros reservorios de menor magnitud que responden a diversos nombres locales. Empero, el personal que se aboca a este tipo de estudios no es lo suficientemente grande para abordarlos todos, aclaró Guadalupe de la Lanza.

 

La bióloga universitaria destacó que en 1998 la Comisión Nacional del Agua (CNA) realizó un inventario de cuerpos de agua en México, de los que detectó 70 de tamaño significativo, pero al contabilizar todos, hasta los de menos de cinco hectáreas, rebasan los 8 mil.

 

Pueden ser temporales o perennes de acuerdo con su ubicación, y que se nutran específicamente en la época de lluvias y desaparezcan en la de sequía. Ello está relacionado con el uso que le den los habitantes de sus alrededores, para agricultura o consumo humano.

 

La cifra que proporciona la CNA puede variar cada año, pues sus trabajos los realiza por medio de imágenes satelitales, y es posible que en unos años se contabilicen más, dependiendo de la cantidad de precipitación pluvial que caiga. En ocasiones los que abundan son menores o cercanos a diez hectáreas.

 

Por ejemplo, uno de los lagos más importante es el de Chapala, en Jalisco, el más grande del país, que mide cerca de 10 mil hectáreas. No obstante, en las últimas décadas ha reducido su superficie, sobre todo por la extracción del líquido para diferentes usos.

 

La autora del libro Lagos y presas de México señaló la facilidad que tienen estos cuerpos para recibir aguas de diversa naturaleza, es decir, de descarga, que se utiliza para agricultura en mayor cantidad; en ocasiones lo que se obtiene no regresa al subsuelo en la misma cantidad, además de lo que se pierde por evapotranspiración y se va a la atmósfera.

 

En otras ocasiones, cuando es utilizado para consumo humano, puede regresar en el mismo volumen pero no con la misma calidad, son aguas de descarga de origen antropogénico, que pueden contener cargas orgánicas no benéficas para estos sistemas, compuestos ajenos a la naturaleza, como los pesticidas, y deteriorarlos.

 

Concluyó que el agua en México es uno de los temas más importantes, no sólo desde el punto de vista científico, sino gubernamental. Por ello, dar a conocer las condiciones de algunos lagos y presas a través de publicaciones es fundamental, sobre todo si va enfocado a la gestión y el manejo del recurso.

 

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FOTO 01

Guadalupe de la Lanza Espino, del Instituto de Biología de la UNAM, consideró indispensable tratar las aguas negras antes de ser depositadas en presas, lagos, lagunas, ríos o el mar.

 

FOTO 02.

Para México es fundamental construir más plantas de tratamiento de aguas residuales, aseguró Guadalupe de la Lanza Espino, investigadora del Instituto de Biología de la UNAM.