12:00  hrs. 31 de Marzo de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-192

Ciudad Universitaria


Humberto Bravo Álvarez

Pie de fotos al final del boletín

 

PERJUDICIAL PARA LA SALUD, EL AIRE QUE SE RESPIRA EN LA CIUDAD DE MÉXICO

 

·        Afirmó Humberto Bravo Álvarez, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, al referirse a los contaminantes criterio

·        Están constituidas por monóxido de carbono, bióxidos de nitrógeno y de azufre, así como las partículas suspendidas, advirtió

·        Una manera de evitar sus efectos es disminuirlos en la gasolina, vinculado con el tráfico vehicular, propuso

 

Por la altitud en que se encuentra la Ciudad de México sus habitantes inhalan más aire contaminado que oxigeno, lo que provoca que sus efectos sean más drásticos entre la población, afirmó Humberto Bravo Álvarez, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

 

Esta situación se agrava ante la presencia de sustancias criterio, constituidas por monóxido de carbono, bióxidos de nitrógeno y de azufre, así como por las partículas suspendidas totales, que perjudican seriamente la salud humana, añadió.

 

Éstos “han sido analizados a profundidad desde su fórmula, hasta de qué manera reaccionaban en la atmósfera, sus efectos en el ser humano y en la vegetación”, precisó.

 

Según Bravo Álvarez, su medición es un problema en las grandes ciudades. En México se comenzó a calcular desde los años sesenta: en 1965 se presentó el primer trabajo en Estados Unidos sobre variación de estos contaminantes en el Distrito Federal.

 

Desde entonces a la fecha las metodologías han tenido ligeros avances, sin embargo, dijo, lo que se pudo registrar en esa época es similar a los resultados sobre el comportamiento actual de esos tóxicos en la capital de la República.

 

Expresó que los estudios realizados al respecto han contado con poco presupuesto, pues hasta entonces la contaminación en los sectores gubernamentales era un escenario inexistente, aún y cuando los científicos demostraran lo contrario.

 

Así, fue la UNAM la primera institución en reportar las oscilaciones de estas sustancias, y tiempo después fue también la pionera en detectar el problema de ozono –uno de los elementos con mayor repercusión en la salud pública, ya que es de los más nocivos que se han registrado–. En ese sentido, el objetivo de esta casa de estudios ha sido buscar estrategias de control adecuadas para estas situaciones, enfatizó.

 

Desde 1986 ya se había advertido sobre la presencia de bióxido de azufre, partículas suspendidas totales y plomo en la atmósfera, ya que los combustibles son ricos en el primero y al ser utilizados lo producen automáticamente, refirió.

 

Sugirió que una manera de evitar sus efectos dañinos es disminuir los contaminantes orgánicos de la gasolina, vinculado con el tráfico vehicular en toda la ciudad.

 

Además, se ha encontrado lluvia ácida, la cual se mide en México desde 1980. En el aire existe un elemento denominado bióxido de carbono, que al reaccionar con el agua forma ácido carbónico, que provoca dicho fenómeno. Los resultados fueron que su tipo era alcalino, reveló.

 

Finalmente, comentó que de manera invariable, este líquido turbio afecta las vías respiratorias y tiene repercusiones en personas con problemas cardiacos y de asma.

 

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FOTO 01

Los contaminantes criterio están constituidos por monóxido de carbono, bióxidos de nitrógeno y de azufre, y partículas suspendidas, afirmó el investigador de la UNAM, Humberto Bravo.

 

FOTO 02.

Una manera de evitar los efectos de los contaminantes criterio es disminuirlos en la gasolina, vinculado con el tráfico vehicular, propuso Humberto Bravo, del CCA de la UNAM.