Boletín
UNAM-DGCS-190
Ciudad Universitaria
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SERIAMENTE AFECTADA
POR EL TURISMO,
·
Advirtió
·
Bahía de Banderas, Nayarit,
y Los Cabos, Baja California Sur, son los dos lugares de avistamiento en
México, dijo
·
Hay unas 20 mil ballenas grises en México;
mientras que de la especie rocual común, son entre
500 y 600, y entre 3 mil y 4 mil jorobadas, informó
La
ballena jorobada se ha convertido en el cetáceo más afectado por el turismo
en nuestros mares, al ser la especie con mayor actividad de observación recreativa
en el mundo, advirtió
Bahía de Banderas, Nayarit,
y Los Cabos, Baja California Sur, son los dos lugares de avistamiento en
México. Estos animales arriban a nuestras costas a finales de octubre y
principios de noviembre, y regresan al norte del continente en abril; por lo
que la principal temporada para observarlos se da entre diciembre y marzo,
añadió.
Subrayó
que ello constituye un problema grave, ya que el primer sitio está
terriblemente perturbado y la ballena jorobada –principal atractivo de la
localidad, al acudir a esa zona del Océano Pacífico para reproducirse–
encuentra su hábitat transformado y sufre de acoso.
Si
bien los prestadores de servicios establecidos en la bahía han realizado
esfuerzos para autorregularse y tener una mejor práctica de observación, como
muchos son ilegales no conocen las reglas ni la preparación para atender de
manera adecuada a sus clientes y en pro de las ballenas, alertó.
Señaló
que el turismo en México sobre estos cetáceos en general ha crecido de manera
importante, y en el caso particular de Bahía de Banderas lo ha hecho de forma
desordenada. Eso representa una alteración importante del entorno.
En la actualidad hay unas 20 mil ballenas
grises en México; mientras que de la especie rocual
común, que habita en el Golfo de California, son entre 500 y 600, y entre 3 mil
y 4 mil jorobadas, distribuidas en la costa y en los alrededores de las Islas Revillagigedo, informó.
Mencionó
que otro de los efectos antropogénicos importantes sobre estos animales es la
contaminación química o biológica. Por ejemplo, en los tejidos de algunas
ballenas grises en México se han detectado concentraciones de plomo que para
los humanos serían letales; mientras que en algunas azules se han encontrado
pesticidas.
Sin
embargo, esas cantidades no se han hallado en las lagunas donde se reproducen
en nuestro país, ni en los sedimentos o en el agua; sino que provienen de los
sitios en donde se alimentan, frente a las costas de Alaska, reveló.
Se
ha determinado que el exceso de elementos químicos tiene efectos dañinos en
humanos y animales. Algunas especies de delfines registran una disminución en
su fertilidad y en su capacidad de respuesta inmunológica. “Quizá pase lo mismo
en las ballenas, porque también son mamíferos y no son tan especiales desde el
punto de vista fisiológico”, aseveró.
Comentó
que otras cuestiones importantes son la contaminación bacteriológica, el
desarrollo urbano en las costas y el tránsito marítimo por los sitios en los
que habitan las ballenas jorobadas, lo que implica afectación por desechos
domésticos.
Los
problemas de conservación están ampliamente relacionados con una gama diversa
de interacciones más que con la cacería comercial. Durante el siglo XX el gran
obstáculo de la preservación de los mamíferos, y en general de la biosfera, fue
la destrucción del hábitat más que el uso intensivo de algunos recursos,
aclaró.
Medrano
González detalló que en el mundo hay 15 especies de ballenas, de las cuales en
México se pueden encontrar 8, y cada una de ellas tiene una situación
particular. Algunas, como las francas, están en peligro crítico de extinción, y
otras, como las jorobadas, en recuperación; la azul no parece estar en un
riesgo inmediato, pero tampoco hay signos claros de que sus poblaciones se
incrementen después de que se cazaron de manera intensa en el siglo XX.
Refirió
que el caso de la ballena gris es especial, ya que hay dos poblaciones, una que
se reproduce en nuestras aguas y está recuperada por completo; incluso con una
abundancia mayor al tamaño que tenían antes de que se persiguieran
comercialmente. Pero hay otra que se aparea en las costas de Asia,
prácticamente extinta.
Un
asunto importante, puntualizó, sobre todo en las costas de países
desarrollados, como Estados Unidos y Canadá, es su mortandad con diversas artes
de pesca, sobre todo redes, lo cual representa pérdidas para los pescadores y
diversos contratiempos.
En
países como el nuestro esta situación empieza a tener cierta importancia,
porque cada vez se observan más casos de ballenas enmalladas y para rescatarlas
se llevan a cabo complejos procesos. Recordó que fue líder en decretar zonas de
protección, pero no debe permitir tampoco la contaminación de sus zonas de
alimentación.
Aquí hay un hábitat importante para varias
especies, por lo que es indispensable no sólo mantener la tradición
conservacionista, sino que se extienda. Para ello, es necesario invertir en
investigación, sentenció.
Para el país es estratégico destinar amplios
recursos al conocimiento de la diversidad biológica, porque somos una de las
naciones con mayor riqueza natural en el mundo. En todo caso, es necesario
formular “una política de desarrollo científico y de conocimiento de sus
recursos mucho más seria y responsable de lo que ha sido hasta ahora”,
concluyó.
–o0o–
FOTO 01
FOTO 02
Científicos del ICMyL de la UNAM han detectado efectos negativos hacia los
ballenatos, como es la predación natural por horcas,
el enmallamiento, así como mayores colisiones con los
barcos.
FOTO 03
Bahía de
Banderas, Nayarit, y Los Cabos, Baja California Sur,
son los dos lugares de avistamiento turístico de ballenas jorobadas en México,
lo que genera problemas en el hábitat, revelan expertos de la UNAM.
FOTO 04.
Estudios del ICMyL de la UNAM revelan que hay unas 20 mil ballenas
grises en México; entre 500 y 600 de la especie rocual
común, que habita en el Golfo de California, y entre 3 mil y 4 mil jorobadas.