12:30  hrs. 26 de Marzo de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-182

Cartagena de Indias, Colombia

 


Juan Ramón de la Fuente

 

CONVOCA EL RECTOR DE LA FUENTE A CREAR UNA IBEROAMÉRICA UNIDA A PARTIR DEL IDIOMA ESPAÑOL

 

 

 

Al participar aquí en la mesa de apertura del Cuarto Congreso Internacional de la Lengua Española, el rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, convocó a los países hispanoamericanos a crear una “Iberoamérica unida”, a partir del idioma común y con base en proyectos específicos de apoyo mutuo.

 

Frente a la globalización, agregó, es necesario destacar lo que identifica a las naciones de esta región, como lo es el idioma, el cual debe servir como punto de partida para la conformación de una “iberoamérica unida”.

 

De la Fuente participó al lado de distinguidas personalidades como los ex presidentes de Uruguay y Colombia, Julio María Sanguinetti y Belisario Betancur, respectivamente, así como del ex vicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez.

 

Ahí, explicó que el idioma español ha sido una característica común en la región que ha permanecido intacta, a pesar de que a lo largo de la historia las naciones hispanoamericanas han experimentado transformaciones.

 

El rector de la UNAM aseguró también que “nuestros lazos comunes nos ofrecen la identidad y la fortaleza para enfrentar las exigencias a las que nos obliga la globalización, que reclama de los países más eficiencia en la producción, mayor competitividad, transparencia, certidumbre jurídica y respeto a los derechos”, entre otros aspectos.

 

En su ponencia El español, instrumento de integración iberoamericana, De la Fuente afirmó que la lengua española representa, al menos en forma simbólica, el principal instrumento de integración de Latinoamérica, debido a que constituye el origen de la riqueza cultural.

 

Hoy, recordó, este idioma es la tercera lengua más extendida en el mundo, con más de 330 millones de hablantes concentrados en la zona iberoamericana.

 

Argumentó que ante el paradigma de la globalización, algunos países se han agrupado en bloques regionales para competir entre sí y para resistir la incontenible influencia de la mayor potencia mundial de la historia de la humanidad. De acuerdo a la opinión de muchos, dijo, el mejor modelo de integración lo constituye Europa, aunque también avanzan el bloque asiático, encabezado por Japón, y nuevas potencias como China y la India.

 

En el auditorio Getsemaní del Centro de Convenciones de esta ciudad caribeña, mencionó que aún cuando hablan idiomas diferentes, tienen culturas distintas y costumbres y herencias diversas, Europa ha construido un espacio común de entendimiento y cooperación.

 

El rector de la UNAM manifestó que, en cambio, los gobiernos de nuestra región han conferido en los hechos –en mayor o menor grado– una importancia insuficiente a algo fundamental en esta llamada “era del conocimiento” en la que dominan la ciencia, la técnica y el intercambio libre e instantáneo de información: la educación superior, la investigación y la innovación.

 

Refirió que las cifras son incontrovertibles, porque economías que hace 25 años eran modestas han crecido en forma sustancial, gracias a la inversión en educación e investigación científica y tecnológica.

 

En cambio, en varios países de la zona los recursos presupuestales de las universidades públicas han disminuido como parte de las políticas económicas en boga, a pesar de que cada año las necesidades educativas aumentan en forma drástica.

 

Así, detalló, el promedio de cobertura de la matrícula de enseñanza superior en América Latina no llega al 25 por ciento, en tanto que en la América anglosajona es más del doble y en Europa del norte es del 80 por ciento, pues ha habido inversiones masivas del Estado en estos rubros.

 

En síntesis, resumió el rector de la que es considerada la mejor universidad de Iberoamérica, el peso de la educación universitaria en América Latina gravita, sobre todo, en las instituciones públicas, por lo que “no apoyarlas es suicida”.

 

El rezago en educación en la región, destacó, tiene una doble vertiente: sigue siendo inequitativa en el acceso y es de heterogénea calidad.

 

Juan Ramón de la Fuente aseveró que las recientes evaluaciones internacionales –que son una expresión de la globalización– nos confrontan con una realidad ineludible, que es el hecho de que la universidad en Iberoamérica hoy en día no tiene el lugar que debería. Requiere más apoyo, pero también cambios profundos.

 

Se precisa, recomendó, crear más sinergias entre las universidades de habla hispana para propiciar el compromiso de los gobiernos con el desarrollo de la educación, la ciencia y la tecnología. Al mismo tiempo, abundó, es necesario impulsar una vinculación más estrecha entre las universidades y las empresas, los grandes empleadores y el sector industrial, donde se requiere alta tecnología.

 

Mencionó algunas experiencias novedosas como la Red de Macrouniversidades de América Latina y el Caribe, el Programa de Movilidad Estudiantil, el Espacio Común de Educación Superior o la Fundación IberoUNAM. A nivel regional e internacional Universia y la colaboración con el Instituto Cervantes.

 

El rector de la Universidad Nacional remató que hoy la migración hacia América del Norte convierte a la población de habla hispana en una de las mayores influencias en los Estados Unidos; se debe reconocer que las dos Américas disponen de ese poderoso instrumento de vinculación: un idioma y una historia en común.

 

Las dos Américas, apuntó, están cada vez más próximas, por lo que deben reconocerse mutuamente como naciones multiétnicas y pluriculturales.

 

Previo al inicio de la mesa, las letras iberoamericanas rindieron un  homenaje a Gabriel García Márquez, a quien el rector De la Fuente definió como “escritor universal”, cuya carrera literaria ha estado íntimamente ligada a la nación mexicana y cercana a la UNAM.

 

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