15:40  hrs. 22 de Marzo de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-176

Ciudad Universitaria

 

 


Álvaro Miranda

Pies de foto al final del boletín

EN PELIGRO, LA PRESERVACIÓN DE LA RESERVA DE LA BIOSFERA CHAMELA-CUIXMALA POR PROYECTOS TURÍSTICOS

 

  • Advirtieron académicos de la UNAM durante el Coloquio Reserva de la biosfera Chamela-Cuixmala: conservación y desarrollo
  • Es una de las áreas naturales mejor conocidas en el mundo y de los pocos lugares conservados en América
  • De construirse los desarrollos habría daños en flora y fauna, y se generarían problemas de migración, pobreza, contaminación y sobreexplotación de los mantos acuíferos

 

Académicos de la Universidad Nacional advirtieron sobre la aprobación de dos desarrollos turísticos en la Costa Alegre de Jalisco, los cuales impactarían de forma importante la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala (RBCC) y se pronunciaron porque sean revocados.

 

La Reserva es una de las áreas naturales mejor conocidas en el mundo, en cuanto a aspectos biológicos, ecológicos y ecosistémicos, y de los pocos lugares conservados en América; sin embargo, la autorización de los proyectos “IEL La Huerta (Marina Careyes)” y “Tambora” por la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, en áreas aledañas a ella, ponen en peligro su preservación.

 

Durante el Coloquio Reserva de la biosfera Chamela-Cuixmala: conservación y desarrollo, organizado por la UNAM, a través de los institutos de Biología (IB) y de Ecología (IE), y del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco), los especialistas presentaron un análisis académico y científico de los impactos ecológicos y sociales que dichos complejos tendrán sobre la Reserva y la región.

 

Afirmaron que el sector académico no está en contra de proyectos que busquen el desarrollo económico y social, pero se opone a los de corto plazo, que sólo buscan el beneficio para unos cuantos, no cumplen con los ordenamientos territoriales y ponen en riesgo a los ecosistemas naturales, que constituyen la base tanto de las actividades productivas como de los ambientes naturales que tanto atraen al turismo.

 

Los expertos destacaron que de construirse ambos desarrollos se provocarían daños irreversibles en especies de flora y fauna, algunas de las cuales desaparecerían en el mediano plazo; así como también generarían problemas de migración, pobreza, contaminación por desechos sólidos y sobreexplotación de los mantos acuíferos, entre otros.

 

Señalaron que la Reserva, establecida en 1993, busca garantizar la conservación de la biodiversidad de especies y comunidades, y de los procesos ecológicos y evolutivos que ocurren en el Bosque Tropical Caducifolio y sus ambientes asociados en la región (bosque tropical subcaducifolio, manglares, manzanilleras, vegetación riparia, pastizal, matorral espinoso, y palmares).

 

Como parte de la Reserva, la UNAM cuenta desde 1971 con la Estación de Biología Chamela, en cuyos terrenos e instalaciones se ha generado un importante acervo de información en relación con los ecosistemas, la biología de innumerables especies, así como sobre la relación con los grupos humanos en esas áreas.

 

Al respecto, Tila María Pérez, directora del IB y de la Reserva, explicó que la RBCC tiene 13 mil 142 hectáreas, de las cuales aproximadamente 3 mil 500 son terrenos de la Universidad Nacional, las otras 10 mil son propiedad de la Fundación Ecológica Cuixmala y de otras entidades como la Universidad de Guadalajara.

 

 

Por su parte, Jorge Vega Rivera, de la Estación de Biología Chamela del IB, informó que se estima que en México hay alrededor de 2 mil 500 especies de vertebrados, y en la región que ocupa la reserva hay 427; es decir, casi 20 por ciento de las existentes en el país. Además, 30 por ciento de ellas son endémicas, por lo que si algunas variedades desaparecieran afectarían la diversidad nacional.

 

Este lugar se encuentra enclavado en una región caracterizada por una elevada riqueza biológica: de las 94 especies de anfibios y reptiles registradas, 58 son endémicas de México; de 270 de aves 24, y  de las 70 de mamíferos, 16.

 

Esta información ha sido clave para que la reserva sea reconocida nacional e internacionalmente. Recién fue incluida en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO, y el sistema estuario-marino de la misma es considerado un sitio de importancia internacional para la conservación de los humedales.

 

Los desarrollos turísticos

 

Al hablar sobre los desarrollos, César Domínguez, investigador del IE, explicó que el proyecto de la “Tambora” planea construir en un área de 681hectáreas, un hotel de gran turismo con 100 habitaciones, campo de golf de 18 hoyos, lotes residenciales, SPA, centro ecuménico, casa club, clubes de playa, hacienda, caballerizas, áreas de servicio, estacionamientos, casetas, y las vialidades para acceder a todos estos servicios.

 

Por su parte, Mauricio Quesada, investigador del CIEco, dijo que el proyecto “IEL La Huerta”, propone edificar, en un área de 256 hectáreas, una marina turística para 161 yates, villas, bungalows y zonas comerciales, 2 hoteles con mil 25 habitaciones, 35 lotes residenciales, y las viabilidades correspondientes para ingresar al desarrollo.

 

En el Auditorio del Jardín Botánico de la UNAM, señaló que de acuerdo con las manifestaciones de impacto ambiental (MIA) se argumenta que ambos complejos están planteados de acuerdo con el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial del Estado de Jalisco, el cual permite la implementación de proyectos turísticos de “baja densidad” en la zona de amortiguamiento de la Reserva.

 

Sin embargo, éstos se encuentran lejos de ser de baja densidad y sí afectarán las áreas de amortiguamiento de la Reserva y a ella misma.

 

Los proyectos establecen que no habrá un impacto negativo directo sobre la RBCC, porque se encuentran fuera de sus límites. Si bien es cierto, en términos biológicos su construcción y operación a menos de 2 kilómetros de los límites de la Reserva, tendrán repercusiones directas e indirectas sobre su integridad y funcionamiento, así como de otras áreas naturales protegidas y de los ecosistemas de la región.

 

César Domínguez sostuvo que los daños a la Reserva serían de tres tipos: ecológicos, por la deforestación, pérdida de servicios ambientales e impacto en el funcionamiento y estructura del ecosistema, y especies asociadas, sobre todo las endémicas y en riesgo; sociales, por el crecimiento poblacional que provocarán con sus consecuentes presiones colectivas y ambientales y en especial por la demanda de agua; y de salud, por el incremento de residuos sólidos al no existir rellenos sanitarios adecuados.

 

Además, agregó, la autorización de los proyectos es cuestionable, tanto por las inconsistencias de los procedimientos seguidos, como por las violaciones a la normatividad ambiental. Un análisis minucioso de las MIA establece que dichos estudios no contemplan los impactos sobre flora y fauna por lo que posteriormente fallan en determinar acciones precisas para aminorar tales daños y las medidas de mitigación necesarias.

 

También es preocupante el futuro de las 9 especies de mamíferos terrestres, 28 de aves, 30 de reptiles, 5 de anfibios y dos de peces que se encuentran en categorías de riesgo.

 

Sin embargo, aclaró el investigador universitario, uno de los impactos negativos más graves de los proyectos es la extracción de agua (más de 1.5 millones de m3 por año) de una fuente estacional que actualmente está sujeta a explotación. No se presentan datos que respalden el uso sustentable de este enorme volumen de líquido, ni sobre la capacidad de producción de la cuenca del arroyo Chamela.

 

Álvaro Miranda, coordinador científico de la Fundación Ecológica de Cuixmala, refirió que esta Reserva es de las pocas que mantienen realmente condiciones de conservación excepcional. Sus más de 13 mil hectáreas están en condiciones excelentes.

 

Por esa situación ha recibido múltiples reconocimientos a lo largo de su existencia, que se remonta a 1993, cuando se le denominó Reserva de la Biosfera, y ha sido denominada como región Hidrológica y Marina Prioritaria por la Comisión Nacional de Biodiversidad; y área de importancia para la Conservación de Aves, por la Comisión de Cooperación Ambiental para América del Norte, entre otras.

 

Jorge Vega Rivera aseveró que físicamente los desarrollos turísticos no están dentro de la Reserva, pero lo que ocurra al interior de ella impactará la región y viceversa. No se puede hablar de que por no estar en la Reserva sean independientes, van a tener un efecto negativo.

 

En el Coloquio estuvieron Héctor Arita Watanabe y Alberto Ken Oyama, directores del IE y el CIEco, respectivamente; así como Gerardo Ceballos, investigador del IE y miembro del consejo directivo de la RBCC; Alicia Castillo, investigadora del CIEco; Jesús Juárez, secretario jurídico de la Coordinación de la Investigación Científica de la UNAM; y Alberto Székely, asesor legal de la Reserva.

 

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FOTO 01.

 

Héctor Arita Watanabe, Tila María Pérez, Alberto Ken Oyama y Gerardo Ceballos, durante el Coloquio Reserva de la biosfera Chamela-Cuixmala: conservación y desarrollo, en la UNAM.

 

 

FOTO 02

 

Jorge Vega, de la Estación de Biología Chamela de la UNAM, dijo que en la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala existen variedades endémicas que se verían afectadas por desarrollos turísticos.

 

 

FOTO 03

 

Álvaro Miranda, coordinador de la Fundación Ecológica de Cuixmala, dijo en la UNAM que la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala se mantiene en excelentes condiciones de conservación.

 

 

FOTO 04

 

César Domínguez, del IE de la UNAM, informó que el proyecto “La Tambora” planea construir un hotel de gran turismo con habitaciones, lo que afectaría la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala.

 

 

FOTO 05

 

Mauricio Quesada, del CIEco de la UNAM, dijo que el desarrollo “IEL La Huerta”  propone edificar una marina turística para yates, lo que afectaría a la flora y fauna de la zona de Chamela-Cuixmala.