Boletín
UNAM-DGCS-146
Ciudad
Universitaria
Pies de foto al final del boletín
SIMULAN EN LA UNAM EL CLIMA DE MARTE CON UN MODELO TERMODINÁMICO
·
Informó Víctor Manuel Mendoza, del Centro de Ciencias
de la Atmósfera
·
Muchos de sus resultados hasta hoy obtenidos se
apegan a las observaciones realizadas por misiones espaciales y el Telescopio
Hubble, dijo
·
Tal modelo se ha utilizado para estudiar el efecto
de las estructuras térmicas de la superficie del océano sobre la circulación de
la atmósfera terrestre, afirmó
Científicos de la Sección de Modelos Climáticos del Centro
de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM aplican un modelo termodinámico para
estudiar el clima de Marte, y muchas de las simulaciones hasta hoy obtenidas se
apegan a las observaciones realizadas en misiones espaciales y por el Telescopio
Hubble.
Así
lo explicó el especialista Víctor Manuel Mendoza, quien señaló que la temperatura
de la superficie marciana fue calculada en –45.9 grados centígrados en el verano
y –74.9 en el invierno marcianos, siendo el promedio de –57 grados. En el hemisferio
sur el promedio es de –52 grados centígrados, y tal rango está de acuerdo con
las observaciones, que son alrededor de –48 grados centígrados.
Asimismo,
añadió, el modelo puede reproducir la isoterma superficial o representación cartográfica
de los puntos con la misma temperatura media, de –80 grados centígrados, punto
de sublimación del agua en el hemisferio norte de Marte, acoplada con la cubierta
de hielo que ahí se ubica.
Dicho
indicador llega a descender hasta 45 grados de latitud en el invierno boreal,
una vez más en concordancia con las observaciones de las misiones espaciales,
expuso.
En la conferencia Estudio de la atmósfera de Marte usando
el modelo termodinámico del clima de J. Adem, efectuada en el Salón de Seminarios
del CCA, dijo que existen indicios de que el casquete polar austral de aquel planeta
está formado mayoritariamente por bióxido de carbono (CO2).
Durante
su invierno, la poca cantidad de vapor de agua de la atmósfera en latitudes medias
puede sublimarse y formar finas nubes de cristales de hielo; cerca de los polos,
el CO2 también puede condensarse y formar nubosidad.
Las
observaciones muestran temperaturas inferiores a –127 grados en el polo sur con
un fuerte gradiente meridional; la mínima estimación para esta región en el modelo
es de –114 grados. Tal diferencia, expresó el científico, podría deberse a la
orografía, la cual no ha sido aún incorporada al modelo.
Asimismo,
refirió, se ha determinado que hay una diferencia marcada en el porcentaje de
radiación reflejada o albedo para las regiones con y sin hielo. De tal forma,
para las zonas con esta formación es de 75 por ciento, y sin ella de 25 por ciento
en promedio.
Víctor
Manuel Mendoza recordó que el modelo de Adem, creado en la década de 1960, se
ha utilizado para hacer estudios acerca del efecto que tienen las estructuras
térmicas en la superficie del océano sobre la circulación de la atmósfera.
El
objetivo es hacer pronósticos a largo plazo, de un mes o estación, de temperatura
y precipitación, con especial énfasis en la República Mexicana. De manera reciente
se ha utilizado para hacer un estudio de cambio climático repentino, que tiene
que ver con el depósito de CO2 en la atmósfera por la quema de combustibles fósiles,
lo cual trae como consecuencia el calentamiento del planeta y el derretimiento
de forma considerable del glacial de Groenlandia agregando una cantidad importante
de agua sin sal al océano, indicó.
Como
consecuencia, ha descendiendo la salinidad en los mares nórdicos; eso podría traer
una modificación en la Corriente del Golfo y en consecuencia un enfriamiento local
más o menos repentino en Europa y Asia, advirtió.
El
modelo fue aplicado por el universitario en Marte, planeta de los llamados telúricos
porque su naturaleza es esencialmente rocosa. El planeta rojo no tiene océanos;
ahí, no puede existir agua en estado líquido de manera estable debido a que la
presión atmosférica en superficie es 100 veces más pequeña que la terrestre, apuntó.
Se
piensa que este recurso puede encontrarse en el suelo más o menos de manera abundante,
pero de forma congelada.
En
los polos, sobre la superficie, se constituye una cubierta de hielo y cuando la
temperatura baja a menos 120 grados centígrados se forma una capa de hielo seco
de bióxido de carbono. Las diferencias entre la Tierra y Marte son diversas; un
parámetro fundamental para el modelo es la constante solar determinada por la
distancia media entre el planeta y el sol, de 589 Watts por metro cuadrado para Marte y de 1367.3 para la Tierra; la excentricidad
del planeta es un parámetro orbital también fundamental para el modelo, de 0.0935
para Marte y 0.0167 para la Tierra; el período orbital planetario, de 687 días
para Marte y de 365 para la Tierra; la longitud del día es similar entre ambos
astros.
A
pesar de ser una atmósfera tan tenue, los vientos son capaces de formar tormentas
de polvo, el cual llega a cubrir todo el planeta rojo.
A
diferencia de la nuestra, su atmósfera es esencialmente de CO2, en 95.35 por ciento;
le siguen otros elementos, como nitrógeno molecular, argón, oxigeno molecular,
monóxido de carbono y algo de agua.
En
las simulaciones del clima de Marte hasta ahora no se ha incorporado el transporte
de calor por viento, lo cual debe incluirse porque ese es un parámetro importante,
además del efecto de la orografía y un albedo más realista, finalizó.
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FOTO 1.
Científicos de la
Sección de Modelos Climáticos del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM
aplican un modelo termodinámico para estudiar el clima de Marte.
FOTO 2
Víctor Manuel Mendoza,
del CCA de la UNAM, afirmó que las simulaciones obtenidas en esta entidad se apegan
a las observaciones del Telescopio Hubble y de misiones espaciales.