Boletín
UNAM-DGCS-083
Ciudad Universitaria
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SEGUIRÁ SIENDO LA
MIGRACIÓN FUENTE DE GRANDES TENSIONES ENTRE MÉXICO Y EU
Mientras no se solucione el
fracaso que en materia de desarrollo económico y social ha implicado para el
país el neoliberalismo, la migración seguirá siendo una vergüenza nacional y
fuente de grandes tensiones políticas entre México y Estados Unidos, aseguró
Emilio Romero Polanco, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la
UNAM.
Subrayó que desde 1982 a la
fecha ha habido situaciones catastróficas en cuanto a crecimiento, empleo y
desigualdades, que son el trasfondo de este fenómeno; es decir, por falta de
oportunidades el país ha expulsado a gran parte de su mejor mano de obra.
Por ello, afirmó, en tanto no
se revalorice la importancia estratégica del campo mexicano y no se impulse una
política de progreso asociada con una mejor distribución del ingreso y
generación de empleos reales, será difícil detener esta situación.
Informó en entrevista que cada
año abandonan el país 400 mil trabajadores para incorporarse a la fuerza de
trabajo estadounidense, e ingresan a México unos 20 mil millones de dólares por
remesas, monto suficiente para pagar los intereses de la deuda externa.
Dicha cantidad, abundó el
economista universitario, constituye el doble de los recursos generados por la
inversión extranjera directa, y dos veces el valor de todas las exportaciones
agrícolas mexicanas.
No obstante, Romero Polanco
consideró que es un hecho que “nos debe poner en alerta de que la nación no
puede hipotecar su futuro en situaciones tan inestables como las remesas, que
envían lo trabajadores en condiciones de ilegalidad y precariedad laboral”.
México podría enfrentar graves
sorpresas, como el nuevo contexto mundial de precios a la alza en granos
básicos y exponerse a situaciones impredecibles que cambien el flujo de
recursos, alertó.
Admitió que una situación
recesiva en Estados Unidos podría influir en que haya menor demanda de mano de
obra mexicana en el campo y en los servicios, lo que impactaría de manera
directa los envíos. Asimismo, la intención de gravar con impuestos dichos
recursos en el vecino país del norte o cambios en las leyes migratorias pueden
generar condiciones en donde esos dólares, en lugar de fluir a nuestra economía
se queden en la de Norteamérica.
Con una amnistía o
legalización, o con la posibilidad de reunir a las familias en territorio
estadounidense, se tendría que los excedentes del salario se canalizaran al
consumo en esa nación y dejaran de fluir hacia la nuestra, explicó.
El integrante del IIEc sostuvo
que en los últimos años se ha resaltado el avance contra la pobreza; sin
embargo, ello no se debe a una política de Estado, sino a que muchos de los
pobres salieron del país.
Emilio Romero dijo que de
acuerdo con algunas cifras, se calcula que con la crisis de la tortilla y el
elevado precio del maíz, por cada mil toneladas de ese grano que México compra
a Estados Unidos se pierden cien empleos en el sector campesino tradicional.
En los últimos años, los
ilegales en la Unión Americana pasaron de 7 a 10 millones, de los cuales 58 por
ciento son de origen mexicano. “Ahí está un foco de tensión que, además, lleva
a la extrema derecha estadounidense a espantarse por lo que consideran una
amenaza para el estilo de vida americano”, refirió.
Comentó que esta situación
tenderá a agudizar y tensar las relaciones entre ambas naciones, pero no tiene
vías de resolverse mientras México no cree las condiciones para elevar la
calidad de vida y las oportunidades de empleo.
Las remesas se han constituido
como la principal, y en ocasiones única, fuente de ingresos de millones de
familias mexicanas. Según encuestas realizadas por el Instituto Nacional de
Estadística Geografía e Informática, se estima que 1.2 millones de hogares son
sostenidos básicamente con esos recursos, reveló.
De hecho son, junto con el
petróleo, la fuente de divisas número uno para el país. Sin embargo, argumentó,
su principal problema son las altas comisiones que cobran los bancos.
Se estima que sus cuatro
quintas partes se canalizan a alimentos, salud y educación; es decir, son fondos
para el consumo, que si bien atacan la pobreza y elevan la calidad de vida de
esa población, no son capital de inversión ni generan fuentes de empleo o
infraestructura que garanticen un desarrollo más equilibrado en las zonas
rurales, expuso.
Por si fuera poco, añadió,
reconfigura el espacio rural. Es decir, producto de la crisis agrícola, la
pobreza y la migración, cada vez menos habitantes del campo viven de
actividades agropecuarias, y su persistencia obedece a la forma como se adaptan
a los nuevos retos, como la agromaquila, la prestación de diversos servicios a
las zonas urbanas (como domésticas, albañiles y peones), el narcotráfico y
otras formas de ingreso que les han perfilado nuevas tareas.
Por ello, concluyó el
economista de la UNAM, es necesario revalorar la importancia estratégica del
medio rural, las actividades primarias y de soberanía alimentaria como fórmula
para reactivar la economía, a fin de aminorar las desventajas ante un mundo
global.
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Mientras no se solucione el fracaso
producido por el neoliberalismo, la migración seguirá siendo fuente de grandes
tensiones entre México y EU, aseguró Emilio Romero Polanco, del IIEc de la
UNAM.
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El especialista
de la UNAM Emilio Romero Polanco aseguró que las remesas no son capital de
inversión ni generan fuentes de empleo o infraestructura que garanticen un
desarrollo más equilibrado.