12:00  hrs. 02 de Febrero de 2007

 

 

Boletín UNAM-DGCS-067

Ciudad Universitaria

 


Víctor Manuel Castaño

Pies de foto al final del boletín

 

ATRAE A LA INDUSTRIA NACIONAL Y EXTRANJERA NUEVO MATERIAL CREADO POR LA UNAM

 

 

Empresas nacionales y extranjeras establecieron ya negociaciones con la UNAM para utilizar el aglomerado de cascarilla de arroz, creado por expertos de la institución –cuya patente está en trámite–, que puede ser utilizado para diferentes industrias, como la de construcción, automotriz, aeronáutica, y para la fabricación de  muebles y muros.

 

Es un material ignífugo, que no propaga el fuego, impermeable, resistente a microorganismos, de bajo costo, elaborado a base de cascarilla de arroz funcionalizada y resina polimérica.

 

Al respecto, Víctor Manuel Castaño Meneses, director del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA), adelantó que se espera en breve la firma de convenios con dos firmas, una alemana y otra peruana, además de que existen conversaciones con otras importantes empresas nacionales interesadas en utilizarlo.

 

Abundó que la licencia de uso del aglomerado está valuada en varios cientos de miles de dólares. Se trata de uno de los primeros resultados  de una vasta línea de investigación denominada “Tecnología Biológica”, la cual hace uso de la física y la química para obtener  materiales a partir de sistemas naturales, como plantas y animales.

 

Así, de la cascarilla de arroz, la cual contiene dióxido de silicio, los expertos también han avanzado en la elaboración de un aditivo para cementos finos, que sirve a la industria constructiva; carburo de silicio para la siderurgia, y nanopartículas de sílice por vermicultura o cría de lombrices para las compañías de plásticos.

 

Por lo que respecta al aglomerado, indicó que su patente está en trámite ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial, luego de 15 años de trabajo. “Nos llamó la atención que un sistema completamente orgánico, como una planta, sea capaz de producir materiales cerámicos como el dióxido de silicio”, componente que le da propiedades.

 

Se obtiene a través de una tecnología propia donde intervienen sustancias y métodos, que permiten que la cascarilla se mezcle con resina plástica y se logre un material de gran resistencia al impacto, moldeable, en el cual incluso se puede clavar, agregó.

 

Contrario al maderable, que contiene celulosa –lo que representa un alimento para bacterias y hongos–, el dióxido de silicio de la cascarilla de arroz es un cerámico, completamente inerte que no es atractivo para los  microorganismos, explicó.

 

Por otro lado, detalló, los aglomerados de madera se rompen fácilmente, mientras que el novedoso componente permite incluso perforaciones. Otra de sus propiedades es que imposibilita los incendios.

 

“En la industria  de la construcción es importante tener una legislación –como existe en Estados Unidos y Europa– para que los materiales eviten la propagación del fuego y permitan a las personas escapar en caso de siniestro”, refirió.

 

Por ser ignífugo, aseveró el director del CFATA, el aglomerado es atractivo para la industria del automóvil y aeronáutica, pues evita la combustión interna.

 

Sirve también para fabricar muebles o puertas, por lo que una  conocida empresa alemana fabricante de camas está en negociaciones para adaptar estas tecnologías a sus productos, al igual que una compañía peruana que hace tarimas para aplicaciones médicas. Asimismo, se han acercado empresarios colombianos productores de arroz, informó. 

 

Hasta ahora, calculó, la UNAM ha invertido unos 500 millones de pesos para el desarrollo del aglomerado de cascarilla de arroz, el cual es de alta calidad a costos económicos.

 

Por otro lado, expuso, a partir de este elemento también se ha avanzado en crear una tecnología para obtener “sílice fumárica”, material que puede ser utilizado para crear cementos especiales, finos, para aplicaciones diversas, con propiedades mecánicas.

 

Al respecto, especificó, se han tenido conversaciones con cementeras para que adopten esta tecnología. Normalmente, abundó, la sílice fumárica se obtiene de minas, pero con este nuevo procedimiento se requerirán menos temperaturas de producción y el material aparece limpio y puro.

 

También se ha desarrollado una metodología para producir a baja gradación, carburo de silicio, que tiene una enorme  resistencia al calor extremo. Se usa en la metalurgia y siderurgia para fabricar moldes y abrasivos.

 

Asimismo, a través de vermicultura se alimenta a lombrices con cascarillas de arroz, lo que produce nanopartículas de sílice, utilizable para nanotecnología, concluyó.

 

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FOTO 01

 

Se espera la firma de convenios con dos empresas, una alemana y otra peruana, para comercializar el aglomerado de cascarilla de arroz, afirmó Víctor Manuel Castaño, director del CFATA de la UNAM.

 

 

FOTO 02

 

En el CFATA de la UNAM se busca un aditivo para cementos finos; carburo de silicio para la siderurgia, y nanopartículas de sílice por vermicultura, aseguró su titular, Víctor Manuel Castaño.

 

 

FOTO 03.

 

El aglomerado de cascarilla de arroz, creado en el CFATA de la UNAM, puede ser utilizado por diferentes industrias, como la de construcción, automotriz, aeronáutica, y para hacer muebles y muros.