Boletín
UNAM-DGCS-037
Ciudad Universitaria
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A LA BAJA, EL COSTO DE LA DESALACIÓN Y REUTILIZACIÓN DEL AGUA
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Señaló en la UNAM José
Antonio Medina San Juan, presidente de la International Desalination Association
y de la Asociación Española de Desalación y Reutilización
El costo de los equipos de
desalación y reutilización del agua disminuye gracias al avance tecnológico, lo
que ha traído como consecuencia que los sistemas sean cada vez más eficientes y
hagan un menor gasto energético, afirmó en la UNAM el especialista José Antonio
Medina San Juan.
Acompañado por Sergio
Alcocer, director del Instituto de Ingeniería, el presidente de la
International Desalination Association y de la Asociación Española de
Desalación y Reutilización señaló que, por ejemplo, en la actualidad se paga 20
por ciento que hace 10 ó 15 años por una membrana requerida para tal proceso,
además de que las actuales son más eficientes.
En la conferencia
Desalación de agua: situación actual en el mundo y lo que se vislumbra, dictada
en la Torre de Ingeniería, Medina San Juan expuso que tal técnica provoca gran
interés y se expandirá en el futuro. Sus posibilidades son muchas; no obstante,
se enfrenta a la falta de especialistas, de suficientes técnicos preparados y
conocedores del tema para el desarrollo del sector.
La humanidad se enfrenta a
la escasez de recursos y uno de los más importantes es el agua, que ha sido
objeto de controversia, de conflictos y en este siglo podría ser causa de
separación entre países, de enfrentamientos y enemistades, advirtió.
El mundo actual está
basado en el progreso y se propone alcanzar niveles de vida cada vez más altos,
los cuales requieren del crecimiento de la industria y de sectores donde el
líquido es un elemento esencial, recordó Medina San Juan.
Los volúmenes hídricos de
cualquier país son naturales, también llamados convencionales, que a su vez se
dividen en superficiales, como ríos o
presas, y subterráneos; y no convencionales, hasta hace poco no tomados en
cuenta: desalación de aguas salobres o de mar, y reutilización. Estos últimos
surgen por el avance tecnológico de los procesos de tratamiento y de la
disponibilidad de caudales, explicó.
Los procesos de desalación
se concentran en Oriente Medio, en naciones como Arabia Saudita, Emiratos
Árabes, Qatar y Kuwait; en Europa se realizan en España, y en Estados Unidos,
en la península de Florida. En mucho menor cantidad en Asia y el norte de África,
informó.
España es el quinto país
en cuanto a capacidad total de desalación instalada, con un millón 600 mil
metros cúbicos día que –en relación con los 25 mil millones de metros cúbicos
año disponibles–, representan 1.8 por ciento, lo que puede ser fundamental para
el desarrollo industrial de cierta zona, añadió el experto.
El territorio español
tiene gran desequilibrio entre zonas: en el norte sobra agua, y en el sur,
sobre todo en el Mediterráneo, falta. Tal déficit puede considerarse
estructural. Por ello, el gobierno ha decidido que se cubra con plantas
desaladoras, refirió.
De ese modo, el millón 600
mil metros cúbicos día se duplicará en los próximos años con la construcción de
nuevas plantas. De ese total, adelantó, 70 por ciento será utilizado para
cubrir las necesidades agrícolas. “Es una forma de complementar los recursos
que la naturaleza no da”.
José Antonio Medina abundó
que el costo por mantener caudales naturales es cada vez más caro. Por ejemplo,
es difícil y costoso construir una presa; en muchos países ya existen muchas,
lo cual significa que los mejores sitios ya han sido ocupados. Para las nuevas
hay que buscar lugares con peores condiciones geológicas o constructivas y,
sobre todo, más lejos de donde falta el agua.
Otro caso es el de los
veneros subterráneos, de los cuales no existe un buen conocimiento, como sí
ocurre con los superficiales. Por ese motivo, se abusa de ese volumen limitado
y eso provoca que su calidad empeore, apuntó.
Además, la
sobreexplotación genera la búsqueda cada vez más profunda. “Eso significa un
aumento en el costo”. A eso se suma el cada vez más notorio efecto contaminante
bajo tierra, del uso superficial que se hace del agua, advirtió Medina San
Juan.
Por todo ello, agregó, se
habla más de la desalación, que reúne ventajas sobre otros recursos. La primera
es su seguridad: si se construye una planta, una vez puesta en marcha, mientras
cuente con energía y se maneje bien, se tendrá agua indefinidamente.
Se pueden construir lo más
cerca posible del usuario, y disponer rápidamente de ellas. Así, abundó, se
crea un elemento que genere menos problemas políticos, sociales o
administrativos.
Aunque, reconoció, no todo
son mejorías; ningún sistema de desalación aprovecha cien por ciento del agua,
una parte se desperdicia, la que contiene las sales que se han separado, y si
no recibe un tratamiento puede contaminar. Es una alternativa y su
establecimiento debe sustentarse en argumentos técnicos y sociales, concluyó.
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FOTO 01.
El experto José Antonio Medina San Juan y Sergio
Alcocer, director del Instituto de Ingeniería de la UNAM, en la conferencia
Desalación de agua: situación actual en el mundo y lo que se vislumbra.
FOTO 02
El especialista español José Antonio Medina San Juan informó en la UNAM que los procesos de desalación se concentran en Oriente Medio, Europa y Estados Unidos.