Boletín
UNAM-DGCS-932
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Universitaria
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DESCUBREN CIENTÍFICOS
DE LA UNAM ENZIMA QUE PARTICIPA EN EL DESARROLLO DE LA HIPERTENSIÓN
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La cicloxigenasa-2 podría incidir en el diseño de
nuevas estrategias farmacológicas para el tratamiento de esa enfermedad,
informó Maximiliano Ibarra Barajas, investigador de la FES Iztacala
·
El universitario estudia la reactividad vascular,
es decir, la capacidad de respuesta, contráctil o relajante, de los vasos
sanguíneos
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Ese padecimiento tiene prevalencia entre la
población mexicana de hasta 30 por ciento
Científicos de la Facultad de Estudios
Superiores (FES) Iztacala de la UNAM descubrieron que una enzima, conocida como
cicloxigenasa-2 (COX-2), participa en el desarrollo de la hipertensión
arterial, lo que podría incidir en el diseño de nuevas estrategias
farmacológicas para el tratamiento de esa enfermedad.
Así lo explicó Maximiliano Ibarra
Barajas, investigador de la Unidad de Biomedicina de esa entidad, quien añadió
que en la actualidad existe un grupo de medicamentos conocidos como inhibidores
de la COX-2, que se usan para el tratamiento del dolor, pero no tienen un
empleo específico contra la presión alta.
Ese padecimiento es un problema
importante de salud pública. De hecho, la Encuesta Nacional de Salud ha
determinado que su prevalencia entre la población mexicana es de hasta 30 por
ciento.
Por lo general, apuntó, el mal es
asintomático en sus primeras etapas por lo que el paciente no lo percibe; lo
descubre cuando se manifiesta en alguna complicación de tipo cardiovascular,
como insuficiencia renal, infarto o trombosis, las cuales pueden llevar a la
muerte.
El tratamiento con diferentes agentes
antihipertensivos disminuye la incidencia de fallecimiento; de ahí la
importancia de que el sujeto identifique si tiene hipertensión y sea tratado de
manera adecuada, bajo prescripción médica. El diagnóstico se hace con
mediciones repetidas, dijo. Si la persona reporta valores de presión arterial
sistólica mayores de 140 mm Hg y diastólica mayores de 90 mm Hg, se le
considera hipertenso.
Algunos de los elementos que aumentan la
incidencia de este trastorno multifactorial son la edad, raza y los malos
hábitos alimenticios. De hecho, en personas de edad avanzada la prevalencia de
este padecimiento aumenta de forma notable, alcanzándose valores de hasta 65
por ciento. En cuanto a factores genéticos se sabe que la incidencia de
hipertensión arterial es mayor en la raza negra y ésta se incrementa con el
consumo excesivo de sal, agregó.
Para su control se utiliza una gama
importante de fármacos, los cuales se pueden dividir en cuatro grupos
principales; los diuréticos, con actividad simpaticolítica, los que actúan
sobre el sistema renina- angiotensina y los vasodilatadores, detalló.
Los trabajos del universitario y su
equipo fueron dados a conocer en diversas revistas científicas internacionales
incluyendo el British Journal of Pharmacology, en donde han descrito la
participación del óxido nítrico, prostanoides y receptores a1D-adrenérgicos
en la alteración de reactividad vascular a diferentes medidadores químicos,
endógenos o exógenos en hipertensión arterial y envejecimiento.
Con la hipertensión, la respuesta
vascular se modifica. Así, en modelos experimentales y en pacientes hipertensos
se ha encontrado que las arterias responden con mayor potencia a agentes
vaso-constrictores y tienen menor capacidad para relajarse. En tales
condiciones, al estar más contraídos se da un incremento de la presión
arterial, advirtió.
En su laboratorio, mediante un modelo de
hipertensión genética en ratas, se aíslan arterias pequeñas y grandes. Asimismo,
se usan otros esquemas para medir la respuesta vascular en órganos complejos,
como el riñón, adelantó.
Así, se puede caracterizar lo que pasa en
animales hipertensos, compararlo con los sanos, y definir alteraciones. Entre
ellas, la respuesta medida por el endotelio, capa de células que cubre la parte
interna de los vasos sanguíneos, y que cuando se comunica mediante señales
químicas con las células sanguíneas y vasculares, mantiene un tono vascular
adecuado. No obstante, en la hipertensión esa comunicación se altera y libera
gran cantidad de sustancias que promueven la vasoconstricción y la hipertrofia,
subrayó.
Conforme se envejece también hay cambios
en dichos vasos, semejantes a los que ocurren en la hipertensión. De hecho, las
personas adultas tienen una incidencia mucho mayor que los jóvenes a padecer
ese mal, probablemente debido a que el paso del tiempo conlleva alteraciones en
el ámbito vascular, renal y cardiaco. Tal aspecto también es abordado por
Ibarra Barajas.
Recordó que el estudio de los cambios en
tal reactividad permitió determinar posibles factores que pudieran ser
importantes en el desarrollo de la hipertensión, como la enzima COX-2, ya que
ésta es importante en la regulación del sistema renina-angiotensina. Se ha
determinado “que la cicloxigenasa 2, además, puede tener un papel importante en
el desarrollo de alteraciones renales”.
Por ello, se ha iniciado una etapa de
experimentación en la cual un grupo de animales es tratado con fármacos
inhibidores de la COX-2 antes de que desarrollen el padecimiento, con
resultados alentadores.
A corto plazo, el científico espera
definir cuál es el posible mecanismo sobre el cual inciden esos fármacos
inhibidores y cómo rompen la cadena de eventos que llevan a la hipertensión arterial.
Además, observar si normalizan la respuesta vascular en los animales
hipertensos y cuál es su efecto sobre el riñón, concluyó.
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FOTO 01
Científicos de la FES Iztacala de la
UNAM, encabezados por Maximiliano Ibarra, descubrieron que una enzima, conocida
como COX-2, participa en el desarrollo de la hipertensión arterial.
FOTO 02.
En la FES Iztacala de la UNAM un grupo de animales es tratado con fármacos inhibidores de la COX-2 antes de que desarrollen hipertensión arterial, informó el investigador Maximiliano Ibarra.