Boletín
UNAM-DGCS-931
Ciudad
Universitaria
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final del boletín
NECESARIO, DEFINIR CON PRECISIÓN LA AGENDA AMBIENTAL
·
Señaló Antonio Azuela, del Instituto de
Investigaciones Sociales de la UNAM
·
Para ello debe convocarse a los expertos de
instituciones de educación superior y centros de docencia, dijo
·
En el país hay una intensa movilización social de
políticos, científicos, empresarios y organizaciones no gubernamentales en
torno a esta problemática, refirió
Es necesario
definir con precisión la agenda ambiental de México y hacer un balance de las
experiencias antes de tomar cualquier decisión; para ello debe convocarse a los
expertos de instituciones de educación superior y centros de docencia, señaló
Antonio Azuela, miembro del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la
UNAM.
Luego de definir al
Derecho ambiental como el conjunto de normas que rigen la conducta humana y
tienen impacto en el entorno, afirmó que México tiende a mejorar en este rubro,
aunque no lo suficiente. Hay que trabajar más, dijo, porque las sociedades
contemporáneas siempre tendrán nuevos retos.
En algunos sectores hay un avance
claro, como en la calidad del aire. No es que sea satisfactoria pero es un
logro significativo. Es una prueba de que sí se pueden cambiar las cosas”,
refirió.
El especialista en
Derecho urbano y problemas ambientales aseguró también que en el país hay una
intensa movilización social de políticos, científicos, empresarios y
organizaciones no gubernamentales en torno a esta problemática.
En México, como en
casi todo el mundo, se ha conformado un nuevo campo social cuya fuerza proviene
de la actividad de quienes se interesan en él, así como de la disposición que
otros muestran para escucharlos, apuntó.
Dentro de las
principales cuestiones determinadas como parte de este esfuerzo es que debido a
que el proceso de urbanización continúa, los problemas del hábitat –asociados a
la gestión de las ciudades– se agravan, por lo que es necesario controlarlo,
alertó.
Incluso, la
ocupación de tierras en donde existen posibilidades de inundaciones y deslaves
constituye la fuente de riesgo más generalizada, lo cual sólo atrae la atención
pública cuando se producen desastres, pero rara vez forma parte de la agenda
ambiental, añadió.
En este sentido,
Antonio Azuela subrayó que el Derecho ha dado estabilidad a este aspecto; más precisamente: la
“juridificación” de lo ambiental ha traído consigo la estabilidad de las
expectativas dentro de las normas jurídicas.
El debate sobre
estos rubros está formado por una enorme cantidad de voces que provienen de
todo el espectro del pensamiento actual. No hay disciplina, profesión, religión
o identidad que no haya tratado de producir su propio discurso y es imposible
reconocer en ese conjunto a un corpus de conocimientos organizados
sistemáticamente, aseveró.
Esto último bien
sea porque la mayoría de las propuestas tienen un carácter fuertemente
especializado, o porque no van más allá de la jerga propia de una determinada
corriente, incluso porque proponen nada menos que romper con las formas
conocidas de la civilización, aclaró.
Han surgido tanto
en México como en casi todo el mundo, un campo
que no es otra cosa que un espacio social en donde entran en juego
actores colectivos con diferentes disposiciones frente a lo que todos reconocen
en principio como problemas ambientales, refirió.
Es en ese campo
donde se elaboran, se procesan y se seleccionan las respuestas de diferentes
comunidades a la crisis del entorno, es ahí donde hay que buscar el sentido de
las normas, concluyó.
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FOTO 1.
El investigador del
IIS de la UNAM, Antonio Azuela, definió al Derecho ambiental como el conjunto
de normas que rigen las conductas humanas y tienen un impacto en su entorno.
FOTO 2
En el país hay
una intensa movilización social de políticos, científicos, empresarios y
organizaciones no gubernamentales en torno al ambiente, señaló el especialista
de la UNAM Antonio Azuela.