Boletín
UNAM-DGCS-894
Ciudad Universitaria
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final del boletín
NO PUEDEN QUEDAR
LAS UNIVERSIDADES AL MARGEN DE LA
EQUIDAD DE GÉNERO
·
Señaló Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de
Desarrollo Institucional de la Universidad Nacional
·
Para René Drucker, coordinador de la
Investigación Científica, en la investigación científica la mujer no está
suficientemente representada
·
Participaron en la presentación del libro Presencia
de mujeres y hombres en la UNAM: una radiografía
Las
universidades no pueden quedar al margen de un asunto de gran relevancia como
la equidad de género, que constituye una condición sine qua non para el
progreso económico, político, social y cultural del país, aseguró Rosaura Ruiz
Gutiérrez, secretaria de Desarrollo Institucional de la Universidad Nacional.
Durante
la presentación del libro Presencia de mujeres y hombres en la UNAM: una
radiografía, editado por el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG)
y la Comisión de Seguimiento a las Reformas de la Equidad de Género en esta
casa de estudios, expuso que se debe reconocer que la exclusión, la
subordinación y la discriminación sistemáticas son expresión de la violencia
contra el sector femenino.
“Por ello, abundó, la atención inmediata a
este tópico es una prioridad irrenunciable en la agenda nacional”. Las
universidades, que sustentan su trabajo académico cotidiano en la reflexión, el
análisis y la imaginación, y aportan a la sociedad la creación, transmisión y
difusión de conocimientos, no pueden quedar apartadas de esta responsabilidad.
La
función cultural, científica y humanística que desempeñan parte del principio
elemental de que la igualdad es esencial para el desarrollo humano y la paz.
“Tanto hombres como mujeres juegan un papel en la construcción de una sociedad
más justa, en la que todo el mundo sea igualmente valorado por sus
contribuciones”, aseveró la funcionaria.
Presencia
de mujeres y hombres en la UNAM ofrece un amplio y minucioso panorama
estadístico de las diferencias entre ambos géneros de las cuatro poblaciones
que integran a la Universidad: personal académico, estudiantes, funcionarios y
administrativos.
De
tal forma, se establece que en el semestre 2006-1 la matrícula de esta casa de
estudios fue de 304 mil 230 estudiantes de nuevo ingreso y reigreso en bachillerato,
licenciatura y posgrado. De ellos, 153
mil 263 (50.4 por ciento) mujeres y 150 mil 967 (49.6 por ciento) hombres, lo
que refleja una participación equitativa por sexo.
Por
niveles, en el bachillerato la matrícula fue de 115 mil 899 alumnos: 57 mil 799
(49.9 por ciento) mujeres y 58 mil 100 (50.1) hombres; en licenciatura, 167 mil
584: 85 mil 966 (51.3) mujeres y 81 mil 618 (48.7) varones; y en posgrado 20
mil 747 estudiantes: nueve mil 498 (45.8) mujeres y 11 mil 249 (54.2) hombres.
Durante
la presentación en la Casa de las Humanidades, René Drucker Colín, coordinador
de la Investigación Científica, aseguró que la publicación de esta obra será
fundamental en los próximos años, ya que permitirá realizar un análisis de la
situación de la equidad de género no sólo en la UNAM sino en toda la sociedad
mexicana.
Dijo
que en la investigación científica la mujer no está suficientemente
representada. No obstante, ello es consecuencia de lo ocurrido varias décadas
atrás, cuando el sector femenino no estaba presente en la ciencia; es decir,
tienen una vida más corta que los hombres en este rubro.
Por
ello, Drucker Colín advirtió que esta situación no se debe a una discriminación
hacia ellas, sino que tiene raíces en lo que ocurría hace 20 ó 25 años, cuando
80 por ciento de la matrícula estaba conformada por varones. Además, hay áreas
en donde la población es preferentemente femenina, sobre todo en ciencias
naturales.
Ello
“es preocupante, porque es el problema de una sociedad que no ha generado las
condiciones adecuadas para que las mujeres tengan realmente las mismas
oportunidades”. Se tienen rasgos que no permiten a dicho sector acceder a
ciertas estructuras, lo cual “afortunadamente está cambiando”, afirmó.
Por
su parte, Marisa Belausteguigoitia, directora del PUEG y coordinadora de la
Comisión, señaló que este esfuerzo permitirá continuar la tarea de impulsar
medidas de equidad, y su reflexión y concreción tendrán la ventaja de estar
sustentadas en una base sólida cuantitativa, lo cual disminuye las especulaciones
sobre las condiciones en las que se encuentra la Universidad.
Aseveró
que una comunidad que produce saber en condiciones de falta de equidad no ha
incorporado uno de los efectos más importantes del conocimiento: aplicarlo para
favorecer a los propios individuos o grupos marginados de los beneficios que
conlleva el estudio, del efecto reparador y alentador obtenido cuando el
trabajo realizado se traduce en remuneraciones y reconocimientos justos.
En
su oportunidad, Martha Lamas, directora de la revista Debate feminista,
consideró que con esta radiografía la UNAM retoma la preocupación sobre las
consecuencias educativas y laborales que provoca el sistema sexo-género. La
complejidad con la que opera la cultura de género hace que no baste con la
buena voluntad para lograr avances, se requieren acciones afirmativas.
El
minucioso análisis muestra cambios y continuidades, pero es evidente que lo que
ocurre refleja un patrón general en el país, la indudable relación entre el
progreso de las mujeres y la persistencia de su responsabilidad en el cuidado
humano, refirió.
A su
vez, Emilio Álvarez Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del
Distrito Federal, destacó la importancia de que la UNAM aborde el debate sobre
equidad de género. “Temas como éste tienen que ser los elementos que ayuden a
mantener su liderazgo”.
Resaltó
que la Universidad juega un papel de locomotora en la educación pública
universitaria del país, es un espejo del sistema nacional, reflejo de la
sociedad, por eso es fundamental que funcione como locomotora de esa transición
democrática y que permita evolucionar.
Por
último, Jaime Escamilla, de la Dirección General de Planeación de la UNAM, se
pronunció por actualizar la obra por lo menos cada dos años, con el fin de incorporar
nuevos indicadores.
La
obra
Presencia
de mujeres y hombres en la UNAM: una radiografía, realizada por Ana Buquet
Corleto, Jennifer A. Cooper, Hilda Rodríguez Loredo y Luis Bottelo Lonngi,
revela que la participación de la mujer dentro de la población estudiantil
(bachillerato, licenciatura y posgrado) mostró un notable incremento entre 1980
y 2005, periodo en el cual, en un contexto de bajo crecimiento de la matrícula
global, significó no sólo la reducción relativa de la intervención masculina, sino
su disminución en números absolutos.
Por
dependencias, las que tienen mayor porcentaje femenino son: Escuela Nacional de
Enfermería y Obstetricia (74.7 por ciento), Instituto de Investigaciones
Estéticas (67.7), Escuela Nacional de Trabajo Social (66.4), dependencias de
extensión (64.9), Instituto de Investigaciones Filológicas (63.2) y
Coordinación Universitaria de Educación a Distancia (60).
En
tanto, las de menor presencia son los institutos de Ciencias Nucleares (14.1
por ciento), de Física (18.1), Investigaciones en Materiales (19.7),
Matemáticas (19.8), Astronomía (20.9) y Geofísica (21.1).
Respecto
al personal académico, éste se encuentra integrado por 32 mil 531 personas, de
las cuales 13 mil 229 son mujeres (40.7 por ciento) y 19 mil 302 hombres (59.3
por ciento).
La
presencia actual de las mujeres en la Universidad expresa equidad en la
matrícula, pero no de manera uniforme: en el posgrado hay una importante
disminución que refleja la dificultad para continuar los estudios con
responsabilidades asociadas al género, con que socialmente se ha identificado
al matrimonio y nacimiento de los hijos; eventos que coinciden con las edades
de ingreso a este nivel y afectan de manera diferencial.
Además,
a partir de 1980 en el bachillerato se observa un alza en la participación de
las mujeres, que llega a superar la masculina en 2004; sin embargo, a partir de
2005 se detiene para alcanzar en el presente año una relación que las
desfavorece ligeramente.
De
acuerdo con el texto, el mejor desempeño escolar femenino se expresa también en
su mayor intervención entre los egresados y en un número más amplio de becas
obtenidas. Los indicadores revisados para el bachillerato no permiten detectar
segregación por sexo en la formación escolar.
En
la licenciatura su crecimiento en la matrícula se observó en el sistema
escolarizado y no en el abierto; de hecho, desde 1995 este último muestra una
disminución en participación relativa.
Asimismo,
del total de carreras que ofrece la institución, el 36 por ciento son masculinas
(cuentan con menos de 40 por ciento de proporción de mujeres); otro 36 son
mixtas (tienen una participación de entre 40 y 60 por ciento) y 28 por ciento
son femeninas (más del 60 por ciento del alumnado son de ese sexo).
La
obra revela que en la matrícula de posgrado disminuye la participación de las
mujeres respecto de la de bachillerato y licenciatura; sin embargo, es
significativa. De esa forma, el grado que cuenta con mayor proporción es el de
maestría (47.2 por ciento), le sigue el de especialidad (45.2) y finalmente el
de doctorado (con 44.4 por ciento).
En
cuanto al personal académico, se destaca que la presencia global de la mujer en
esta área va en aumento. No obstante, tal tendencia no se mantiene al analizar
de manera desagregada cada uno de los nombramientos, pues su estancia se acrecienta en los de menor
jerarquía y disminuye en los de mayor reconocimiento, sobre todo cuando se
consideran categorías y niveles.
Además,
se añade que de los docentes en el Sistema Nacional de Investigadores, a medida
que aumenta el nivel disminuye la participación femenina: en el I participan
40.8 por ciento, mientras que en el III disminuye a 20 puntos porcentuales.
También
hace una revisión a conciencia del personal administrativo, desglosándolo por
sexo, tipo de pago, puesto, función, escolaridad, estado civil y antigüedad. Se
analiza el personal administrativo de base, de confianza, temporal, por
honorarios y funcionarios.
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FOTO 01.
Marisa
Belausteguigoitia, René Drucker y Ana Buquet durante la presentación del libro Presencia
de mujeres y hombres en la UNAM: una radiografía, editado por la Universidad
Nacional.
FOTO 02
Emilio Álvarez Icaza, Martha Lamas, Ilya Cazés, Marisa Belausteguigoitia, René Drucker, Ana Buquet y Jaime Escamilla comentaron la obra Presencia de mujeres y hombres en la UNAM: una radiografía.