14:00  hrs. 7 de Diciembre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-889

Ciudad Universitaria


Gilberto Rincón Gallardo

Pie de fotos al final del boletín

 

IMPOSIBLE HABLAR DE DEMOCRACIA EN UN SISTEMA DE DESIGUALDADES

 

·        Afirmó en la UNAM, Gilberto Rincón Gallardo, presidente del Conapred

·        Si los logros no se acompañan con un nuevo sentido de la igualdad ciudadana, se corre el riesgo de retrocesos y desvíos de alta peligrosidad social, advirtió

·        Participó en la Jornada Internacional sobre la No discriminación, organizada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas y el Conapred

 

Es imposible hablar de democracia en un sistema de desigualdades y falta de equidad, y la única forma para afianzar ese proceso en el país es mediante la consolidación de la no discriminación, lo cual tiene que ver con el respeto a las diferencias, aseguró en la UNAM Gilberto Rincón Gallardo, presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

 

Durante su participación en la Jornada Internacional sobre la No discriminación, organizada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) y el Conapred, consideró que la lucha contra todas las formas de exclusión es una de las principales tareas de cualquier sociedad abierta.

 

Recalcó que “si los logros de México en democracia electoral no son acompañados con un nuevo sentido de la igualdad ciudadana, y una consideración sobre la relevancia de nuestros derechos, se corre el riesgo de retrocesos y desvíos de alta peligrosidad social”.

 

En el aula de seminarios Dr. Guillermo F. Margadant del IIJ, advirtió que la democracia vacía, aquella que no puede llegar a los bolsillos, tiene muchos peligros, y el primero y más visible es su desgaste, su falta de credibilidad.

 

Por ello, la lucha contra la discriminación no puede basarse en la represión y el castigo, tiene que ser, sobre todo, una estrategia del Estado en su conjunto, que privilegie los estímulos, las compensaciones, la acción afirmativa, la educación, el cambio cultural y la conciliación de las partes, sugirió.

 

Se trata de un proyecto que, consciente de que el pasado no se puede repetir, ha decidido apostar por lo que se pueda construir en el futuro, sin olvidar la reparación de las huellas negativas, que dejan una deuda histórica pendiente. Todos “tenemos que poner algo para pagar el menosprecio hacia la mayoría de la población. La discriminación amerita una condena y exige una alternativa”, aseveró.

 

Sostuvo que la segregación es una forma específica de la desigualdad, que hace imposible el disfrute de derechos y oportunidades para un amplio conjunto de personas y grupos en la sociedad. Sin ello, es difícil hablar de democracia, porque una comunidad que excluye no puede considerarse inserta en este sistema.

 

Gilberto Rincón indicó que la discriminación es una actitud o conducta de desprecio hacia personas o grupos a los que se considera inferiores e indignos de trato equitativo, en razón de un prejuicio social o de un estigma.

 

La exclusión social se convierte en uno de los grandes problemas. No se trata de conductas inofensivas o de actos de escasas consecuencias, sino de acciones u omisiones que dañan a los demás en aspectos tan valiosos como sus derechos u oportunidades; es decir, los afecta en su integridad humana, aclaró.

 

Abundó que son un conjunto de prácticas que generan daños colectivos, definen el perfil de las instituciones públicas y privadas, que marcan tanto la cultura política como la popular de una nación, con un alto costo económico y de justicia, y fragmentan aún más el frágil tejido social.

 

El presidente del Conapred sostuvo que la lucha contra este flagelo tiene que llevarse a cabo sobre la base de un criterio fundamental: la absoluta inviolabilidad de los derechos y dignidad de las personas.

 

Consideró que el Estado tiene la responsabilidad y la obligación de establecer las condiciones adecuadas para que a través de su acción directa o de su estímulo sobre el actuar de los particulares exista la garantía de que toda persona sea tratada en términos de igualdad y no de exclusión, que será compensada por los daños inmerecidos que provienen de su pertenencia a un grupo, como las mujeres, indígenas, homosexuales, personas con discapacidad o de edad avanzada.

 

“La discriminación no es cuestión de minorías, y no se trata de subrayar la identidad que une a un determinado grupo, porque no se pretende fomentar guetos; sino que es un problema de derechos y oportunidades para todos, de igualdad y respeto a la diferencia, porque a final de cuentas no todos somos idénticos”, concluyó.

 

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FOTO 01.

 

En la UNAM, Gilberto Rincón, presidente del Conapred, subrayó que la lucha contra todas las formas de discriminación es una de las principales tareas de cualquier sociedad democrática.

 

 

FOTO 02

 

En el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM se llevó a cabo la Jornada Internacional sobre la No discriminación.