06:00  hrs. 6 de Diciembre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-885

Ciudad Universitaria


Ignacio Salazar

 

 

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CUMPLE 225 AÑOS LA ACADEMIA DE SAN CARLOS DE LA UNAM; FORMADORA ARTÍSTICA DE MÉXICO

 

·        En este recinto se condensa lo realizado en ese campo a partir del siglo XVIII y hasta nuestros días; por sus aulas pasaron José María Velasco y Diego Rivera, quien incluso llegó a dirigirla

·        Hoy es una excelente escuela de arte y diseño, que ofrece enormes oportunidades a estudiantes y profesores, aseguró Ignacio Salazar, director de la ENAP, a donde está adscrita

·        Ha sido punto importante para la educación artística del continente americano: Luis Nishizawa, pintor contemporáneo y profesor

 

La Academia de San Carlos de la UNAM cumple 225 años como la institución que representa la visión artística del pueblo mexicano a través de su historia, después de la época prehispánica. En este recinto se condensa lo realizado en ese campo a partir del siglo XVIII y hasta nuestros días.

 

Es fundada en la Nueva España en 1781 con la finalidad de formar profesionistas en Artes. Aunque en sus inicios, de acuerdo con Ignacio Salazar, director de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) de la Universidad Nacional, su objetivo principal fue educar y capacitar a los llamados “naturales”, es decir, los indígenas americanos.

 

En 1781 en honor al Rey Carlos III, el día de su santo el 4 de noviembre, en ella se empiezan a impartir clases bajo el nombre de Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos: arquitectura, pintura y escultura de la Nueva España.

 

Posteriormente, se expide la Cédula Real el 18 de noviembre de 1784 para constituir la Real Academia de San Carlos de la Nueva España. Se difunde la real orden por el Virrey Matías de Gálvez el 1º de julio de 1785.

 

Originalmente, empieza a trabajar en la ciudad de México en la Casa de Moneda. Después de 10 años se establece en el edificio, antes Hospital del Amor de Dios, hasta hoy en día, con otros títulos a lo largo de sus más de dos siglos de vida, y con otras características conforme a las políticas culturales y educativas de México.

 

Se invita a participar como profesores a artistas españoles relevantes, de la talla de Manuel Tolsá. Los modelos que se seguían entonces tenían que ver con las academias francesas, inglesas y españolas.

 

Muy pronto, se convierte en el centro medular de la creación artística en América, siéndolo particularmente durante los siglos XVIII y XIX. Casi toda la pintura, escultura y dibujo que se produce en México y Centroamérica se genera a partir de la Academia de San Carlos.

 

Al ser la primera escuela de arte en el continente, cuando se crea vienen a estudiar a ella de otros países de forma importante durante varios siglos, a pesar de que no tenía muchos lugares: contaba con 300 ó 400 alumnos y alrededor de 80 profesores.

 

Las primeras bibliotecas de artes en América fueron creadas en la Academia de San Carlos. En su acervo cuenta con libros del siglo XV hasta nuestros días, muchos de ellos de un enorme valor bibliográfico e histórico.

 

Por cuestiones de seguridad, en los años 60 y 70 del siglo XX se dividió: actualmente en sus instalaciones mantiene un fondo reservado, del orden de 400 a 500 volúmenes, y en la Biblioteca Nacional está el llamado Fondo San Carlos, de alrededor de 300 libros, algunos incunables que fueron traídos a la Nueva España o elaborados en los principios de la Academia.

 

Se empiezan a crear grandes colecciones de arte. Una parte de ellas pertenecen todavía a la UNAM; otra está en diferentes recintos. Por ejemplo, el Museo de San Carlos, que está en la calle de Puente de Alvarado en la ciudad de México, se forma con algunas de sus piezas. Hoy en día la Academia cuenta con más de 65 mil piezas en sus acervos artísticos, muchas de las cuales son únicas en el mundo.

 

A lo largo del siglo XIX y el primer tercio del XX, prácticamente todas las construcciones realizadas en México –iglesias y centros educativos, entre otras– se originan en la Academia.

 

El siglo XX es interesante en San Carlos, porque en sus inicios, y a finales del XIX, empiezan a coexistir los movimientos europeo y uno con características de mexicanidad, que da pie al muralismo, del cual dicha institución es el centro neurálgico: algunos de sus representantes eran profesores o tenían un fuerte vínculo con docentes de la misma. De hecho, Diego Rivera una temporada fue director de la Academia.

 

Durante la Revolución se cierra la Academia cerca de tres años, pues la revuelta fue intensa en el centro de la ciudad. Posteriormente, se reabre como Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1910 se había incorporado a la Universidad Nacional de México.

 

Cuando se declara la autonomía universitaria, la Academia se divide en Escuela Nacional de Arquitectura y Escuela Central de Artes Plásticas. En 1933, ésta última recibe su nombre que la regirá hasta hoy en día: Escuela Nacional de Artes Plásticas. En 1953, Arquitectura fue trasladada a su actual recinto en Ciudad Universitaria.

 

 

Hacia 1970 se propone a la máxima casa de estudios de México que se constituya una licenciatura que, en lugar de llamarse en Artes Plásticas, sea en Artes Visuales, la cual persiste hasta nuestros días. Dos años después se crea el Posgrado, específicamente la Maestría en Artes Visuales, la cual puede derivar actualmente en cualquiera de las siguientes orientaciones: Diseño Urbano o Diseño y Comunicación Visual

 

En 1974 se crean también las carreras de Diseño Gráfico y la de Comunicación Gráfica. Las licenciaturas –ahora de Artes Visuales y la de Diseño y Comunicación Visual– fueron mantenidas en la Academia de San Carlos hasta 1979, cuando la ENAP se traslada a sus nuevas instalaciones en Xochimilco.

 

San Carlos hoy

En el edificio de la Academia de San Carlos se encuentra la División de Posgrado en Artes Visuales y Diseño Gráfico, la Jefatura de Educación Continua, la Coordinación de Difusión Cultural, distintos talleres, galerías, biblioteca y su Acervo Patrimonial.

 

Básicamente, comentó Ignacio Salazar, el perfil de trabajo en ese recinto actualmente incluye tres aspectos: lo académico, cuyo centro es el posgrado; el museo, donde se exponen sus colecciones (los más de 60 mil objetos producto de la historia de la Escuela), y el edificio, el cual es patrimonial encontrándose custodiado, en primer lugar, por la UNAM y luego por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

 

En San Carlos, informa el director de la ENAP, se tienen hoy en día alrededor de 160 estudiantes de posgrado, divididos en los cuatro semestres. Cursan la maestría, que ya tiene 34 años operando en ese recinto.

 

También se ofrecen alrededor de 15 cursos de educación continua (talleres o diplomados) para principiantes y avanzados, así como de tres a cuatro simposios por año y un número de entre 15 y 20 conferencias semestrales. Su planta docente es de alrededor de 60 profesores. Como apoyo, cuenta ya con un centro de cómputo de primera y área de videoconferencias.

 

De las galerías, Ignacio Salazar comentó que San Carlos tiene dos modelos. Uno lo comprenden las que están en el acceso principal del edificio, destinadas al arte contemporáneo del siglo XX. Otro, las que se encuentran en la planta más alta, las originales y de las cuales está a punto de ser concluida la restauración tras 15 años de trabajo: en junio o julio del próximo año han calculado se termine definitivamente este trabajo. Estas últimas datan de principios del siglo XIX y son totalmente neoclásicas; en ellas no hay luz eléctrica, no existía cuando fueron construidas.

 

Sobre las colecciones, el funcionario universitario dijo que están bien custodiadas, en buen estado e inventariadas. Una es de numismática, de la que forman parte troqueles originales de las primeras monedas que se acuñaron en la Nueva España.

 

Está la de yesos, que contiene vaciados de esculturas grecolatinas del Museo del Vaticano y de Miguel Ángel. La de gráfica, que suma miles de obras, entre otros, de Rubens, Durero y Rembrandt, así como una serie casi única de Giovanni Battista Piranesi. Además, están las piedras litográficas originales de la primera emisión de billetes mexicanos.

 

También está la de fotografía, con alrededor de mil 400 imágenes tomadas por Guillermo Kahlo, padre de Frida Kahlo, así como una colección completa de aspectos de la Ópera de París, las cuales han sido solicitadas en diversas ocasiones por museos internacionales, como el de Louvre, “porque somos los únicos que tenemos una colección de esa naturaleza”.

 

La colección de dibujo posee cientos de ellos, de todo tipo y valor histórico importante, pues hay obras de Francisco José de Goya, Diego Velázquez, José María Velasco, Rufino Tamayo y Diego Rivera,  por mencionar algunos de sus autores más renombrados.

 

En la de arquitectura se encuentran los proyectos y modelos que se utilizaron hace siglos para la enseñanza de esta rama del conocimiento; tiene planos del siglo XIX, fundamentalmente, y una vasta colección del arquitecto Javier Cavallari, quien hizo la fachada de San Carlos.

 

Del edificio –que es el recinto histórico original de la Academia de San Carlos, el cual data del siglo XVIII y que comparten la ENAP y la Facultad de Arquitectura de la UNAM–, consideró que es un reto mantenerlo.

 

El primer desafío de la Academia de San Carlos es el fortalecimiento de los planes y programas de estudio del posgrado, consideró. Otro es consolidar el proyecto de las colecciones en el patrimonio universitario. Uno más, abrir el museo de la Academia, las galerías restauradas.

 

 

Ignacio Salazar aseguró que es una excelente escuela de arte y diseño, la cual ofrece enormes oportunidades para estudiantes, profesores y trabajadores, y ahora, dijo, tenemos la oportunidad de trabajar por que siga siendo un espacio académico de cultura y arte de la UNAM.

 

Para muestra, un botón

 

Quién puede dudar de la calidad artística de Luis Nishizawa, pintor contemporáneo, reconocido internacionalmente, quien ha estado ligado a San Carlos, tanto como alumno y como docente. En 1942 inició sus estudios en ese recinto. Hacia 1955 inicia sus labores en dicha institución como maestro, las cuales desarrolla hasta el momento.

 

Tan destacado profesor emérito de la UNAM, uno de los mejores exponentes actuales del arte mexicano, se refiere a la Academia de la siguiente manera: “Ha sido punto importante para la educación artística del continente americano”. Incluso, recordó, cuando fue estudiante acudían a ella jóvenes de Estados Unidos y Japón. 

 

Rememoró también que antes de dedicarse a la pintura fue joyero y aprendió música, tanto piano como composición, en el Conservatorio Nacional, “porque tenía una hermana que estudiaba allí”. Pero siempre, afirmó, “tuve la ilusión de entrar a la Academia, lo cual logró cuando tenía de 24 años. Desde que se recibió, agregó, ha sido docente en Artes Plásticas, y ahora ya tiene alrededor de 50 años en esta casa de estudios.

 

En San Carlos, resaltó, tuvo grandes maestros, tales como Bulmaro Guzmán, Julio Castellanos, Alfredo Zalce, Benjamín Coria, Antonio Rodríguez Luna, José Chávez Morado y Luis Sahagún. De sus alumnos, recordó a Benjamín Domínguez, quien, si bien pasó poco tiempo por su clase, lo considera en este momento uno de los mejores artistas de México; “su labor ha sido muy importante: ha expuesto en Europa, por ejemplo”.

 

Hoy, opinó, en México hay dos centros importantes de enseñanza de las artes plásticas: la Esmeralda y San Carlos (ENAP), donde se pretende que además de la maestría se lleve a cabo el doctorado en ese campo del conocimiento.

 

Respecto al edificio donde se ubica San Carlos, el maestro Nishizawa consideró que es una maravilla, la cual forma parte del Centro Histórico de la ciudad: se encuentra en la calle de Academia 22. Cabe señalar que únicamente la cúpula que tiene el patio fue construida en los años 20 del siglo pasado; el proyecto lo realizó el arquitecto Antonio Rivas Mercado.

 

Finalmente, comentó estar feliz, pues “voy para casi medio siglo, como profesor y alumno, y espero seguir con mi clase para convivir con los estudiantes, quienes me tienen siempre al día, lo cual me interesa mucho de los jóvenes”. La materia que imparte actualmente a alrededor de 40 alumnos es Técnica de los Procedimientos, la cual abarca desde escultura, pasando por grabado y pintura. “Doy en el primer año porque quiero preparar a los estudiantes para sus estudios subsiguientes; que tengan buenas bases”.

 

Como él, muchos otros docentes han logrado a lo largo del tiempo hacer de San Carlos, origen de la ENAP y la Facultad de Arquitectura de la UNAM, cuna de grandes artistas de nuestra nación.

 

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FOTO 01

Ignacio Salazar, director de la ENAP de la UNAM, refirió que durante los siglos XVIII y XIX casi toda la producción artística de México y Centroamérica se genera a partir de la Academia de San Carlos.

 

FOTO 02

Luis Nishizawa, pintor y profesor emérito de la UNAM, dijo que la Academia de San Carlos de la UNAM “ha sido punto importante para la educación artística del continente americano”.

 

FOTO 03

El profesor y artista Luis Nishizawa imparte en la UNAM a alrededor de 40 alumnos la materia de Técnica de los Procedimientos, la cual abarca desde escultura, pasando por grabado y pintura.

 

FOTO 04

El profesor de la UNAM Luis Nishizawa comparte su saber con alumnos: “quiero preparar a los estudiantes para sus estudios subsiguientes; que tengan buenas bases”.

 

FOTO 05.

La Academia de San Carlos de la UNAM cumple 225 años como la institución que representa la visión artística del pueblo mexicano a través de su historia.

 

FOTO 06

La Academia de San Carlos fue fundada en la Nueva España en 1781 con la finalidad de formar profesionistas en Artes. Aunque en sus inicios educó y capacitó a los indígenas americanos.

 

FOTO 07

En la Academia de San Carlos de la UNAM las colecciones están bien custodiadas, en buen estado e inventariadas, como estas esculturas grecolatinas.

 

FOTO 08

En la Academia de San Carlos, que cumple 225 años de ser la formadora artística de México, pueden observarse reproducciones grecolatinas del Museo del Vaticano y de Miguel Ángel.