13:50  hrs. 4 de Diciembre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-881

Ciudad Universitaria

 


José Luis Calva

 

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NO HA SIDO EL TLCAN LA SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS NACIONALES, SINO PARTE DE LOS MISMOS

 

 

A diez años de su entrada en vigor, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no ha sido la solución para mitigar la situación que vive la nación, sino parte del problema, aseguró José Luis Calva Téllez, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

 

Por ello, el también coordinador del Departamento de Coyuntura y Análisis Prospectivo de dicho Instituto señaló que en el futuro será necesario reflexionar, sobre todo, en torno a la estrategia económica que ha seguido México, porque “no existe un solo país en el mundo que haya tenido éxito con una de carácter neoliberal”.

 

Recordó que a principios de los años 80 se tenía un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de 2 mil 570 dólares  y Corea del Sur de mil 800; en la actualidad el de la nación asiática asciende a 16 mil dólares y el de nuestro país a 7 mil 224. “La diferencia es que aquellos no aplicaron el Consenso de Washington”.

José Luis Calva advirtió que “mientras no se abandone el neoliberalismo y la ortodoxia macroeconómica, México no va a salir adelante”.

 

Subrayó que ese modelo económico tiene dos grandes problemas: la apertura comercial y el desmantelamiento de las políticas de fomento. De hecho, abundó, los países exitosos nunca han estropeado sus estrategias de desarrollo sectorial.

 

En el auditorio Mario de la Cueva, resaltó que México podría pensar en modificar su táctica financiera incluso sin renunciar al TLCAN, porque hay aspectos que no están incluidos en el acuerdo, como la política cambiaria.

 

Trajo a colación que cuando estaban en proceso las negociaciones para su firma se prometió todo: que la nación llegaría por la vía rápida al primer mundo, se reduciría o terminaría la migración de trabajadores a Estados Unidos, y que en el sector agropecuario los campesinos pasarían de los segmentos tradicionales a la agricultura de exportación, y que lo mismo sucedería con la industria manufacturera.

 

Además, auguró una tasa de crecimiento acelerada, mediante la fuerza de un torrente de inversión extranjera que se alimentaría gracias a las reformas estructurales. La inversión llegó, pero no trajo la prosperidad, sentenció.

 

Calva Téllez destacó que las exportaciones mexicanas progresaron de manera impresionante, no sólo durante estos diez años, sino en toda la etapa del modelo neoliberal. Empero, los efectos en el desarrollo y el empleo jamás llegaron.

 

La tasa media de crecimiento del PIB registrada durante el TLCAN ha sido de 2.85 por ciento, inferior a la que se tuvo en los 50 –años previos a la puesta en marcha de este sistema–, de 6.1 por ciento. Por ello, “las cuentas que entrega el Tratado no son buenas”, aclaró.

 

Por su parte, Clemente Ruiz Durán, jefe de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía (FE), aseveró que en la última década la geopolítica ha cambiado, cuando comenzaron las negociaciones del TLCAN el mundo era otro, con la caída de la Unión Soviética se iniciaba la super hegemonía de Estados Unidos.

 

Diez años después todo ha variado: el mundo, la percepción que de él y de las relaciones internacionales se tienen; pero también se pasó de una visión económica a otra de seguridad; es decir, la relación actual de EU se tiene que centrar en una cuestión de defensa frente al mal del resto del mundo, agregó.

 

“No se puede olvidar la construcción del muro en el norte del país, ni abstraerse de que si bien EU quiere una relación con México, la quiere diferente, en la cual no se puede hablar de integración, porque va en el sentido opuesto al propio TLCAN”. El libre comercio es el rompimiento de fronteras, el inicio de una correlación de igualdad y un esquema de cooperación, apuntó.

 

Se negoció un acuerdo, que incluyó al campo, pero las regiones que se han visto más afectadas son aquellas directamente vinculadas con los recursos naturales. “Ahí el clamor nacional es que se debe renegociar el sector agropecuario, porque de lo contrario la situación empeorará aún más”.

 

Ruiz Durán afirmó que una década después la lección es que “hay que fortalecer el mercado interno”. La mejor agenda para una relación externa es dejar que los demás defiendan sus políticas como quieran. Sólo al fortalecer el país se tendrá viabilidad como nación y se podrán enfrentar los embates de un mundo cada vez más conservador, cuya agenda actual es la seguridad nacional.

 

En su oportunidad, Mónica Gambrill Ruppert, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), coincidió que el sector agrícola ha sido el más crítico para México, por lo que es necesario renegociarlo.

 

Sin embargo, aclaró, es indispensable impulsar algunas opciones que permitan hacerlo. “Se abre el lugar a un debate más detallado sobre todos los aspectos del Tratado que se tienen que cambiar”.

Los ponentes participaron en la presentación de libro Diez años del TLCAN en México, editado por el IIEc, la FE y el CISAN, y coordinado por Mónica Gambrill Ruppert.

 

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FOTO 01.

 

Los investigadores de la UNAM José Luis Calva Téllez y Clemente Ruiz Durán hablaron sobre el impacto social y económico en nuestro país del TLCAN, a diez años de su entrada en vigor.

 

 

FOTO 02

 

Mónica Gambrill Ruppert, del CISAN de la UNAM, afirmó que el sector agrícola ha sido el más crítico para México, por lo que es necesario renegociarlo e impulsar opciones que permitan hacerlo.