Boletín
UNAM-DGCS-863
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
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Consignados en el texto constitucional, como la
solución pacífica de las controversias y la no intervención en los asuntos de
otro Estado
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Indicó Fernando Pérez Correa, director de la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
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Inauguró el XIV Foro Nacional de Política
Exterior de México
México debe dar
“una vuelta clara y transparente” a la defensa de los principios fundamentales
de su política exterior, consignados en el texto constitucional, como la
solución pacífica de las controversias y la no intervención en los asuntos de
otro Estado, señaló Fernando Pérez Correa, director de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
El país, agregó, debe regresar a la
concepción de que las relaciones internacionales no deben estar guiadas por
valores abstractos, apoyados en la fuerza y la hegemonía de las potencias, sino
orientarse hacia la realización plena del derecho internacional, “legado de la
modernidad que se incorporó al corpus jurídico occidental desde el
Renacimiento”.
Al inaugurar el XIV Foro Nacional de
Política Exterior de México, cuyo tema es Evaluación de la política exterior de
México en el sexenio de Vicente Fox, el funcionario universitario recordó que
el actual gobierno inició su gestión en el ámbito de la política exterior con
una posición extremadamente controvertida, y muchas veces áspera, con el Poder
Legislativo y otros sectores.
Lo anterior ocurrió “al emprender un
esfuerzo de modernización o innovación del ámbito de las relaciones
internacionales”, dijo el director de la FCPyS en el Auditorio Ricardo Flores
Magón.
Como punto de partida, comentó, en el
Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 se definen seis objetivos estratégicos
para la política exterior: la defensa de la democracia, los derechos humanos y
los mexicanos en el extranjero, así como la participación activa en los foros
multilaterales, el equilibrio de las relaciones regionales prioritarias y la
proyección de la imagen de México en el mundo.
Al respecto, agregó, se pueden desprender
varias lecciones. La primera, que para el país “resulta clave un ordenamiento,
una clarificación en sus prioridades en el mundo contemporáneo”.
Hoy, sostuvo Pérez Correa, no es
exagerado señalar que “México es un país aislado en América Latina, que ha
generado tensiones en los foros nacionales, particularmente aquellos tendentes
a generar un comercio más intenso, y una colaboración entre las diversas
naciones de la región”.
Prueba de ello es la participación en el
proceso de designación del secretario de la Organización de los Estados
Americanos, el cual “puso de relieve que se contaba con los votos de algunos
países centroamericanos y del Caribe, así como con la oposición de la mayor
parte de los del Sur”, refirió.
En ese mismo sentido, el director de la
FCPyS dijo que México ha sido protagonista de la afirmación de una de las
doctrinas más perniciosas y descabelladas en la historia reciente de las
relaciones internacionales: la de la seguridad preventiva, la cual se opone
frontalmente al mandato de nuestra Constitución respecto a la política
exterior.
En el mundo contemporáneo, caracterizado
por la conformación de bloques de intereses comerciales, geopolíticos,
estratégicos, “en rigor, México ha tomado una decisión estratégica: la de
vincular las prioridades de la nación con América del Norte”, aseveró.
Es en este cuadro de aislamiento y de
incorporación a la comunidad económica conformada por Estados Unidos y Canadá”,
concluyó Pérez Correa, “que debemos preguntarnos cuáles son las perspectivas
que se abren a la política exterior”.
Estuvieron presentes en la inauguración
Juan Palma, Rafael Reséndiz, Silvia Cabrera y Graciela Arroyo, integrantes de
la Facultad.
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FOTO 01.
Juan Palma,
Rafael Reséndiz, Fernando Pérez Correa, Silvia Cabrera y Graciela Arroyo, en la
inauguración del XIV Foro Nacional de Política Exterior de México, en la FCPyS
de la UNAM.
FOTO 02
Fernando Pérez Correa, director de la FCPyS de la UNAM, afirmó que el país debe volver a la concepción de que las relaciones internacionales se orienten hacia la realización plena del derecho internacional.