12:30  hrs. 12 de Noviembre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-830

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

CREA LA UNAM ANTÍDOTO CONTRA SERPIENTES AFRICANAS

 

·        El Instituto de Biotecnología desarrolló un proyecto para producir el antídoto Africamyn

·        Protege contra el veneno de aproximadamente 85 por ciento de las especies de ofidios de ese continente

 

La UNAM, a través del Instituto de Biotecnología (IBt), desarrolló un proyecto para producir el antídoto Africamyn, que protege contra el veneno de aproximadamente 85 por ciento de las especies de serpientes africanas.

 

“Africamyn se elaboró a partir de fragmentos de anticuerpos de caballo –explicó Alejandro Alagón Cano, corresponsable del proyecto e investigador del IBt–. Su presentación es en polvo, lo que permite un fácil manejo y una mejor distribución en zonas alejadas. Empezará a comercializarse en los primeros meses de 2007 y su costo será accesible. Las primeras tres mil dosis ya fueron enviadas a la República de Benín para su evaluación”.

 

Esta iniciativa nació luego de que hace casi siete años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una convocatoria para solucionar el problema de la escasez de antivenenos en África. En ese continente, 500 mil hombres y mujeres son mordidos cada año por serpientes venenosas; de ellos, alrededor de 20 mil mueren.

 

Un número igual o mayor de personas pierden un dedo, una mano o una pierna, porque no reciben a tiempo un antídoto que impida que se desencadene una necrosis y se gangrene el músculo del miembro mordido. Así, quedan incapacitadas el resto de sus días. La mayoría es gente que trabaja en el campo y, con la pérdida de uno de sus miembros corporales, compromete su medio de vida y el de su familia.

 

Este año concluyó la primera fase del estudio clínico con Africamyn en la República de Benín, donde se aplicó, con resultados positivos, a más de 300 pacientes.

 

“También se verificaron en caballos y conejos, con buenos resultados, las reacciones inmunológicas cruzadas de 32 venenos de serpientes africanas de las familias de los vipéridos (víboras de cascabel y nauyacas) y de los elápidos (cobras y mambas) con este antídoto”, señala el investigador.

 

El próximo año se realizará la segunda fase en Burkina Faso. El IBt, en colaboración con el Instituto Bioclon del Grupo Silanes, pretende llevar este proyecto a 10 ó 12 países de la parte oeste del continente africano, en un plazo de tres a cinco años, dependiendo de las prioridades establecidas por la OMS.

 

Luego de la convocatoria de dicha instancia surgieron dos iniciativas: una del Instituto Clodomiro Picado de Costa Rica y un grupo de investigadores ingleses; y otra del IBt de la UNAM, en colaboración con el Instituto Bioclon del Grupo Silanes y el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD, por sus siglas en francés) de Francia.

 

Esta unión de esfuerzos fue fructífera. Como se sabe, México es el mayor productor de antivenenos en el mundo, debido a que, por un lado, tiene una gran incidencia de picaduras de alacrán y, por el otro, a que cuenta con una tecnología depurada, segura, efectiva y de bajo costo.

 

Además, el grupo científico francés poseía todas las estadísticas y los datos de ensayos clínicos en África con antídotos; incluso tenían acceso a los venenos de las diferentes especies de serpientes africanas.

 

“A estos esfuerzos –apuntó Roberto Stock, del IBt y otro corresponsable del proyecto– también se sumaron la Facultad de Ciencias de la Salud de Cotonú (Benín), el Hospital Principal de Dakar (Senegal) y la Escuela de Medicina de Bamako (Malí). Ello permitió conocer el avance de las investigaciones y de los estudios clínicos efectuados en África”.

 

Incluso, Roberto Stock vivió un año en Senegal, donde realizó una serie de estudios de acciones cruzadas de los antídotos para neutralizar los venenos de alrededor de 40 especies y sacar uno polivalente (Africamyn) que cubriera 85 o 90 por ciento de las serpientes de esa región. De hecho, precisó, no se puede diseñar un antiveneno para cada especie; hay que tomar en cuenta que muchas veces las personas no saben qué tipo de animal los mordió.

 

Durante su estancia en África, observó que no todas las serpientes resultan importantes desde el punto de vista médico: algunas son venenosas, pero jamás se acercan a los sitios donde hay gente; otras pueden ser mortíferas, pero nunca muerden.

 

En cambio comprobó que otras más no son tan ponzoñosas, pero acostumbran meterse en las casas o colonizar determinadas plantaciones donde la gente trabaja, por lo que su presencia cobra gran importancia desde el punto de vista médico (es alta la probabilidad de que alguien que labore en el campo sea mordido por una de ellas).

 

“Noventa por ciento de los individuos mordidos no mueren, aunque corren el riesgo de perder un miembro, pues, sin tratamiento, se les tiene que amputar. Ahora bien, la mayor parte de los ataques (70 por ciento) es en las piernas”, informa Stock.

 

En opinión de este investigador, una de las tres serpientes más venenosas del mundo, la mamba negra (africana), mata a ocho de cada 10 personas que muerde. Algunos individuos que son atacados por las serpientes más agresivas (de los géneros Echis y Bitis) y que no reciben tratamiento, mueren; otros quedan incapacitados.

 

Con tratamiento se curan todos, a menos que se presenten tardíamente en una clínica, con una gangrena tremenda, dijo Roberto Stock, y concluyó: En esos casos, el antiveneno no podrá regenerar la zona destruida. Hay que considerar que poco veneno en mucho tiempo puede hacer más daño que mucho veneno en poco tiempo. De ahí la importancia de atenderse rápidamente.

 

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FOTO 01

Alejandro Alagón Cano, investigador del IBt de la UNAM, dijo que Africamyn se elaboró a partir de fragmentos de anticuerpos de caballo y su presentación es en polvo, lo que permite su fácil manejo.

 

FOTO 02

Roberto Stock, del IBt de la UNAM, realizó acciones cruzadas de antídotos para neutralizar los venenos de alrededor de 40 especies y obtener uno polivalente, que cubriera hasta 90 por ciento de los ofidios de África.

 

FOTO 03.

El IBt de la UNAM desarrolló un proyecto para producir el antídoto Africamyn, que protege contra el veneno de aproximadamente 85 por ciento de las especies de serpientes africanas.

 

FOTO 04

En la UNAM realizaron estudios con 32 venenos de serpientes africanas de las familias de los vipéridos (víboras de cascabel y nauyacas) y elápidos (cobras y mambas), para obtener un antídoto.

 

FOTO 05

Unidades médicas de Benín involucradas en los estudios de científicos de la UNAM, para obtener un antídoto contra el veneno de 80 por ciento de las especies de ofidios africanos. Además se recibió apoyo de Senegal y Malí.