06:00  hrs. 10 de Noviembre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-826

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

TIENEN UNA DIMENSIÓN GLOBAL LOS MOVIMIENTOS SOCIALES ACTUALES

 

·        Señaló en la UNAM Michael Wieviorka, profesor de la EHESS de Francia, y discípulo de Alain Touraine

·        Dictó la conferencia magistral Los nuevos movimientos sociales: perspectivas y desafíos

·        Estuvieron presentes Rosalba Casas, directora del IIS; Fernando Pérez Correa y Judit Bokser, director y jefa de la DEP de la FCPyS, respectivamente

 

Los movimientos sociales actuales se caracterizan no sólo por la organización de diversas luchas, sino por tener una dimensión global, afirmó en la UNAM Michael Wieviorka, profesor del Centro de Sociología en la Escuela de Estudios Superiores de Ciencias Sociales (EHESS) de Francia.

 

Al dictar la conferencia magistral Los nuevos movimientos sociales: perspectivas y desafíos, en la sala Isabel y Ricardo Pozas de la  Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), el discípulo de Alain Touraine señaló que dichas manifestaciones se caracterizan porque la subjetividad individual es concretada antes de la acción.  

 

Es decir, el sujeto se define antes de iniciar la actividad, pues debe poseer la capacidad de tomar la decisión de ser un actor político, social o cultural, refirió en el evento donde estuvieron presentes Rosalba Casas, directora del Instituto de Investigaciones Sociales;  Fernando Pérez Correa y Judit Bokser, director y jefa de la División de Estudios de Posgrado (DEP) de la FCPyS, respectivamente.

 

El sociólogo mencionó que la noción de movimientos sociales es confusa, “no es clara, porque hay quienes todavía los ven como pequeños fenómenos”. No obstante, en el campo teórico es una expresión que puede analizarse de tres maneras distintas: la primera es la llamada funcionalista o posneofuncionalista y lo trata como reacción a cambios en una situación.

 

La segunda, agregó, se refiere a un momento central en los años setenta y ochenta. Es defendida por sociólogos, historiadores y politólogos, que la definen como una conducta racional de un acto colectivo que utilizan diversos recursos, de manera instrumental, para acceder, mantenerse y, tal vez, desarrollar su influencia en un determinado sistema político.  Este planteamiento es conocido como la teoría de la movilización de los recursos.

 

Ello se contrapone con los planteamientos de Alain Touraine, quien ha propuesto, al mismo tiempo, que es la acción de un actor dominado y contestatario que se opone a un adversario social dominante, y que este conflicto tiene como objetivo apropiarse del control de la historicidad y de los valores de la sociedad, detalló.

 

Si bien las dos últimas exposiciones son distintas, no son opuestas o contradictorias, subrayó. Esta confrontación no es tan fuerte hoy día, las dos escuelas de pensamiento existen y hay otras acepciones.

 

De acuerdo con el paradigma de Alain Touraine se vive una tercera era del análisis de los movimientos sociales, la cual los distingue por su carácter global. Ahí, puntualizó, los actores se centran en el campo humanitario y atienden lo relacionado con agua, contaminación o ecología, pero de manera renovada y, en ese sentido, se les puede llamar altermundistas.

 

De hecho, abundó, muchas de sus acciones tienen dimensiones planetarias, pero con incidencia local. Este tema es central, porque no se busca acabar con una dominación, sino reconocer sus causas y su labor.

 

Asimismo, añadió, consideran que el Estado nacional es un obstáculo para la acción social. Aunque no tienen una imagen única u homogénea de su adversario, la percepción es fragmentada y diversa. Por ejemplo, el movimiento obrero actual puede ver la causa de sus conflictos laborales lo mismo en los patrones que en las máquinas o los sindicatos.

 

Otro aspecto importante es el cultural, pero no significa que no haya dimensiones sociales en sus demandas, sólo que son fundamentales en la construcción de un proyecto alterno, apuntó.

 

Lo político, aseveró, es un tema difícil, pues los actores piensan en tres ámbitos: local, nacional y supranacional. Por ello, deben ser capaces de actuar al grado de producir nuevos espacios, otras regulaciones jurídicas y formas de negociación internacional.

 

En su oportunidad, Fernando Pérez Correa, director de la FCPyS, consideró que la originalidad del acercamiento que propone el conferencista –en el ámbito de la sociedad y de la política– llama la atención sobre ciertos aspectos comunitarios, cuyo surgimiento, formas de expresión, demandas y procesamiento, responden a realidades atípicas de la realidad institucional.

 

En el ámbito político, dijo, se ha compartido con los autores franceses, a lo largo de muchos años, un enfoque institucionalista para la comprensión de los desarrollos del Estado moderno, del desarrollo del mismo, y de las demandas y conflictos sociales.

 

Sin embargo, es un marco insuficiente, no porque sea defectuoso, sino porque las instituciones mismas no ofrecen la amplitud de espacio y canalización de las demandas colectivas, para encauzar el conjunto fundamental de la agenda política, enfatizó.

 

En realidad, los conflictos más importantes que se han planteado en los últimos años pertenecen a un ámbito de los movimientos sociales, que se expresan al margen del marco institucional, concluyó.

 

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FOTO 01

El especialista Michael Wieviorka afirmó en la UNAM que los movimientos sociales actuales se caracterizan por su dimensión global. Le acompaña Rosalba Casas, director del IIS.

 

FOTO 02.

Michael Wieviorka y Fernando Pérez Correa en la FCPyS de la UNAM, donde el primero refirió que, de acuerdo con Alain Touraine, se vive una tercera era del análisis de los movimientos sociales, la cual los distingue por su carácter global.

 

FOTO 03

Rosalba Casas, Michael Wieviorka, Fernando Pérez y Judit Bokser durante la conferencia magistral Los nuevos movimientos sociales: perspectivas y desafíos, en la FCPyS de la UNAM.