12:30  hrs. 5 de Noviembre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-815

Ciudad Universitaria


Gerardo Ceballos

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EN RIESGO DE DESAPARECER, 40 POR CIENTO DE LAS ESPECIES DE FLORA Y FAUNA EN MÉXICO

 

·        Advirtió Gerardo Ceballos González, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM

·        En el último siglo se han perdido 22 familias de peces, once de aves e igual número de mamíferos, así como por lo menos 50 especies de plantas, informó

·        Entre las variedades amenazadas están el bisonte, berrendo, jaguar, manatí, teporingo, tapir, pecarí de labios blancos, perrito de las praderas y la ardilla voladora, entre otros

 

Cuarenta por ciento del total de especies de plantas y animales en México está en peligro de desaparecer, por lo que padece una grave crisis de extinción de variedades y poblaciones, advirtió Gerardo Ceballos González, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.

 

Subrayó que el tema ambiental debe ser uno de los ejes rectores de la política del país, a fin de detener y revertir los daños ecológicos, pues en el último siglo se han perdido 22 familias de peces, once de aves e igual número de mamíferos, así como por lo menos 50 especies de plantas.

 

Durante los últimos 20 años, detalló, se incrementó en casi el doble el número de especies consideradas amenazadas, al pasar de 25 a 40 por ciento, lo que significa que cuatro de cada diez se encuentran hoy en peligro.

 

El ecólogo y conservacionista con mayor número de libros de este tema  publicados en México, precisó que en nuestro territorio existen aproximadamente 25 mil variedades de plantas, de las cuales unas 12 mil están en riesgo, mientras que hay unas 3 mil 500 familias de animales vertebrados (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces), de las cuales por lo menos mil 200 pueden perderse.

 

Por otro lado, agregó, se calcula que en el país existen unos 100 mil tipos de invertebrados, respecto de los que no existen datos concretos sobre su estado de conservación.

 

Explicó que en el último siglo se extinguieron en la República Mexicana el pescado blanco de Cuitzeo, sardinita de Durango, cachorrito del Potosí, sardina de parras, charalito y charalote. De aves, 11 linajes desaparecieron, como el carpintero imperial, paloma pasajera, cisne trompetero, caracará de Guadalupe y la grulla gritona.

 

En mamíferos están extintas especies como el lobo mexicano (aunque algunos ejemplares se conservan en cautiverio), oso gris, nutria marina, foca monje. y  rata canguro de San Quintín, entre otras, dijo.

 

Los factores que han agravado esta situación, alertó el experto –quien ha dedicado sus investigaciones a abordar temas de frontera relacionados con la conservación de la diversidad biológica de México y el mundo– son el crecimiento desmedido de la población, las políticas inadecuadas de desarrollo y el deterioro ambiental.

 

Respecto al tráfico ilegal de variedades, apuntó que es un problema grave en el país, similar en su importancia al narcotráfico, ya que sus jugosas ganancias corrompen a sectores importantes de la sociedad. Se ha convertido, dijo, en el principal factor de amenaza de grupos de reptiles de la Península de Baja California o de algunos cactus.

 

Gerardo Ceballos dio a conocer ejemplos de algunos de los mamíferos en peligro de extinción, tales como bisonte, berrendo, jaguar, manatí, teporingo, tapir, pecarí de labios blancos, perrito de las praderas y la ardilla voladora, entre otros. En aves, guacamayas verde, roja y  enana, urraca de Sinaloa, codorniz moctezuma y flamenco.

 

Entre los reptiles más amenazados se encuentra el cocodrilo de río, tortugas marinas, terrestres y lagartijas, al tiempo que más de 100 especies de peces de agua dulce están en riesgo. Respecto a las plantas, aseveró, entre los grupos más vulnerables están las cactáceas, orquídeas, cícadas, pinos y árboles de maderas preciosas como la caoba.

 

Al hablar de las zonas de gran concentración de variedades de peces amenazadas, señaló Cuatro Ciénegas, Coahuila; la Cuenca de Lerma-Chapala, y los ríos Pánuco, Bravo y Conchos.

 

Otros grupos de vertebrados terrestres en esta condición están ubicados en selvas tropicales como la Selva Lacandona en Chiapas y la región de Calakmul en Campeche, las selvas bajas del occidente de México como las de la Reserva de la biosfera Chamela-Cuixmala, así como en los Bosques de Pino y Encino del Eje Neovolcánico, cerca de la Ciudad de México.

 

Estos bosques, aledaños a una de las urbes más pobladas del planeta, poseen ejemplares exclusivos del país, como teporingo, ardilla voladora y gallina de monte, los cuales están en riesgo por la pérdida arbórea, resaltó.

 

Respecto de las selvas tropicales húmedas, el investigador precisó que había 22 millones de hectáreas continuas desde Veracruz hasta Chiapas, de las cuales queda menos de un millón, concentradas en Los Chimalapas en Oaxaca y la Selva Lacandona en Chiapas. Están severamente amenazadas por presiones humanas, al igual que los manglares y litorales, por la sobrepesca.

 

México, resaltó, es una de las tres naciones más ricas en diversidad biológica, precedida por Indonesia y Brasil. Entre 30 y 40 por ciento de todas las plantas y animales son endémicos o exclusivos de este suelo. 

 

Gerardo Ceballos abundó que en el  territorio mexicano habita una de cada diez especies de flora y fauna conocidas, por lo que se considera un país megadiverso. Ocupa el primer lugar en reptiles y anfibios con más de mil 100 variedades, el tercero en mamíferos (529), el cuarto en plantas vasculares (22 mil) y el onceavo en aves (mil 50).

 

Destacó que el país es uno de los pocos que cuenta con un vasto conocimiento de su diversidad biológica, gracias a instituciones como la UNAM, pero es necesario instrumentar políticas públicas eficientes para aprovechar esas aportaciones.

 

Otra característica sobresaliente de esa riqueza es el elevado porcentaje de variedades endémicas, es decir, que son exclusivas de la nación, las cuales incluyen 9 por ciento de las aves, 30 de mamíferos, 50 de reptiles y 64 de los anfibios. Estos porcentajes son menores de los de Filipinas, Madagascar y Australia, pero mayores que cualquier otro Estado continental, con excepción de Brasil, aclaró.

 

En general, refirió, las selvas húmedas tienen un mayor número de familias; en contraste, la mayor concentración de linajes endémicos se localiza en los bosques templados del Eje Neovolcánico y las selvas secas del oeste de México.

 

El experto sostuvo que los dos grandes ejes de la destrucción son la desigualdad social y el crecimiento poblacional, ya que la pobreza tiene un gran impacto en el uso de recursos naturales, al tiempo que los grandes intereses depredan bosques y selvas.

 

Aseveró que las especies de flora y fauna desaparecen por la pérdida y destrucción del hábitat y la sobreexplotación legítima o ilegítima, como la cacería furtiva. Además, el cambio climático global las daña también, así como las enfermedades reemergentes, como paludismo, dengue o rabia, que afectan a animales, plantas y a los seres humanos, indirectamente.

 

Gerardo Ceballos señaló que la extinción de comunidades es el preámbulo de la destrucción de especies, “y en México hemos perdido cientos de miles de poblaciones de plantas y animales”, lo que ha tenido consecuencias importantes.

 

Insistió en que el país debe tener una política de Estado de gran espectro, para considerar el tema ambiental como uno de los cuatro ejes rectores, al nivel de lo social, político y económico, para detener y revertir los impactos ambientales en fauna y flora, así como conservar los servicios que, de manera gratuita, brinda la naturaleza.

 

Sugirió que se definan directrices claras y se refuerce la norma mexicana de las especies en peligro de extinción, así como la restitución de la relativa a los manglares.

 

México, sentenció, requiere que se destinen mayores recursos a la investigación básica y aplicada en materia ambiental, así como un reconocimiento a la importancia de la diversidad biológica por parte de los gobiernos federal y estatal, de la sociedad civil y de la iniciativa privada.

 

Al respecto, Jesús Pacheco Rodríguez, técnico académico del IE, indicó que uno de los elementos para preservar variedades a largo plazo es la reintroducción de las mismas, previa reproducción en cautiverio.

 

Tocó la problemática que ha generado la entrada de especies exóticas que han desplazado a las naturales, así como el avance de enfermedades que han minado su salud.

 

Por su parte, Rurik List, investigador asociado al Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre, explicó que cuando hay un ejemplar en riesgo, se deben investigar las causas que la han llevado a estar en esa condición.

 

Se debe averiguar “dónde vive, qué come, sus requerimientos de hábitat y la pérdida del mismo, para estructurar medidas de recuperación, porque de otra manera, las acciones no estarán sustentadas en información real, ni habrá garantía de buenos resultados”, observó.

 

Asimismo, concluyó que se realizan técnicas nuevas que permiten mantener material genético en un banco, lo que posibilitará en el futuro, nuevos métodos de preservación.

 

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El tema ambiental debe ser uno de los ejes rectores de la política del país, a fin de detener y revertir los daños ecológicos, advirtió Gerardo Ceballos González, investigador del IE de la UNAM.

 

FOTO 02

Durante los últimos 20 años se incrementó a 40 por ciento el número de especies consideradas amenazadas en México, como esta tortuga de carey, afirmó el investigador de la UNAM Gerardo Ceballos.

 

FOTO 03.

En el país hay unas 3 mil 500 familias de animales vertebrados, de los que mil 200 podrían perderse, como el hurón de patas negras, revelan especialistas de la UNAM.

 

FOTO 04

Jesús Pacheco Rodríguez, técnico académico del IE de la UNAM, dijo que es necesario considerar la problemática que ha generado la entrada de especies exóticas que han desplazado a las naturales.