06:00  hrs. 26 de Octubre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-792

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

OBTIENE PROFESOR DE LA UNAM PREMIO PENSIONES A LA INVESTIGACIÓN ECONÓMICA Y ACTUARIAL

 

·        Darío Guadalupe Ibarra Zavala, de la FES Aragón, obtuvo el segundo lugar en el certamen convocado por la AMAFORE y la CONSAR

·        Presentó el trabajo Un enfoque de modelación de datos para evaluar la viabilidad del nuevo sistema de pensiones

·        Entre sus propuestas figura aumentar la edad del retiro y diversificar la cartera de inversión de las Afores

 

Darío Guadalupe Ibarra Zavala, profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, obtuvo el segundo lugar del Premio Pensiones a la Investigación Económica y Actuarial en materia pensionaria, al cual convocan la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro (AMAFORE) y la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR).

 

Este reconocimiento se otorga a aquellas investigaciones inéditas que abordan el análisis –desde la perspectiva económica y actuarial– de temas relevantes en materia pensionaria y que, al mismo tiempo, contribuyen al desarrollo y avance en esta área.

 

El docente presentó el texto Un enfoque de modelación de datos para evaluar la viabilidad del nuevo sistema de pensiones. “Llevo alrededor de seis años trabajando en este tema y me pareció una buena oportunidad presentar parte de mi investigación, la cual constituye una versión preliminar de mi tesis de doctorado, que realicé en la New School University de Nueva York”, dijo.

 

Investigaba sobre ahorro y uno de sus componentes es el de tipo forzoso y ese es el caso de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores), añadió. En particular, me interesa la viabilidad del sistema de pensiones, porque se piensa que al privatizar la mejor opción son estos fondos, y la realidad ha mostrado que no es así.

 

De hecho, aseveró, es riesgoso. Se dice que los recursos de cada trabajador se depositan en una cuenta individual y es garantía para que, llegado el momento del retiro, tenga suficiente dinero para pagar su pensión; pero no es así, porque la densidad de cotización de las personas no siempre es la misma, incluso hay momentos en donde no aportan.

 

Si bien existe una pensión mínima garantizada para quienes cotizan 25 años o más en el Seguro Social, no creo que el ideal de un derechohabiente sea obtener sólo esta retribución; además, no le garantiza que con su ahorro pueda alcanzar por lo menos esa suma.  En este contexto se puede decir que sólo hubo una transferencia de riesgo, porque éste antes lo tenía el IMSS y ahora lo han asumido los trabajadores, indicó.

 

Por ello, puntualizó, el trabajo que presenté sugiere la adopción de medidas necesarias para la subsistencia y efectividad de este sistema. En primer lugar, es preciso aumentar la edad del retiro, porque actualmente la esperanza es por lo menos diez años mayor que hace dos décadas y, por lo tanto, el tiempo de aportación también debería incrementarse.

 

Al mismo tiempo, abundó, las tasas de natalidad han decrecido; entonces, se podría llegar a un punto donde habrá más viejos que jóvenes, por lo cual cabría preguntarse quién va a trabajar para pagar las pensiones, si el número de personas jubiladas es mayor que el de quienes ingresan al mercado laboral.

 

Así ha sucedido en algunos países de Europa y Japón; ahí, muchos empleados ya retirados han tenido que regresar a ocupar una plaza porque no hay quien lo haga, acotó.

 

El otro punto, señaló, es diversificar la cartera de inversión, porque en este momento la de las Afores se encuentra principalmente en el sector público –CETES, bonos de desarrollo–, pero los fondos de pensiones están creciendo a tasas tan inesperadas que en unos años habrá la necesidad de utilizar otros instrumentos.

 

La propuesta va encaminada a invertir en la Bolsa de valores, porque la experiencia ha demostrado que en periodos de más de 10 años es menos riesgoso hacerlo así, refirió. Para demostrarlo, realicé una simulación de las trayectorias de saldos en las cuentas de los trabajadores, considerando cambios en aspectos como tasas de rendimiento y salario.

 

Utilicé datos del Banco de México y de la página electrónica Economagic, con el propósito de simular qué pasaría si una parte de las cuentas de las Afores se invirtiera en el índice Dow Jones o en los Bonos del Tesoro de Estados Unidos, mencionó.

 

El Premio consistió en un estímulo económico y la publicación electrónica de su trabajo en la página de la CONSAR. De hecho, destacó, el ideal de todo académico es ver reflejado su trabajo en alguna política pública.

 

Por ello, un primer paso es dar a conocer sus propuestas a los interesados, en este caso al Banco de México, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y las Afores, y este concurso es un espacio propicio para hacerlo, subrayó.

 

Pero además, agregó, escribo sobre este tema en periódicos como El Economista y Excélsior, porque es preciso hacer entender a la gente que el dinero manejado por las administradoras de pensiones les pertenece. En la medida en que tomen conciencia de ello, habrá mayor competencia, lo cual va a repercutir en una disminución de las tarifas, concluyó.

 

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Darío Guadalupe Ibarra Zavala, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM, obtuvo el segundo lugar del Premio Pensiones a la Investigación Económica y Actuarial.

 

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Las Afores deben invertir en la Bolsa de valores, porque se ha demostrado que en periodos de más de 10 años es menos riesgoso, sugirió Darío Guadalupe Ibarra Zavala, docente de la UNAM.