Boletín
UNAM-DGCS-781
Ciudad Universitaria
Pies de foto al
final del boletín
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Señaló John Saxe-Fernández, del Centro de
Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM
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La colonialidad es una de las características de
la clase dominante de América Latina, la cual se contenta con una
coparticipación en la propiedad de excedentes, apuntó
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Participó en las Jornadas Anuales de
Investigación 2006 del CEIICH, junto con Guillermo Guajardo Soto y José
Guadalupe Gandarilla Salgado
En América Latina hay una crisis del esquema oligárquico
imperial, expresada en fenómenos políticos como los ocurridos en Brasil,
Argentina, Bolivia y Venezuela, que resquebrajan las estructuras tradicionales
de poder, afirmó John Saxe-Fernández, del Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.
Esos hechos se han enfrentado a la colonialidad, una de
las características de la clase dominante latinoamericana –la cual demostró
Marcos Kaplan en el caso de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica y México–,
expresada a través de la predisposición a contentarse con una coparticipación
en la propiedad de excedentes, añadió durante las Jornadas Anuales de
Investigación 2006 del CEIICH.
Al abordar el tema el Capital
monopolista, presidencia imperial y colonialidad energética en América Latina,
aseveró que en el caso de nuestro país, dicho fenómeno se expresa en la
utilización del petróleo para fortalecer la seguridad energética de los
principales socios comerciales, con Estados Unidos a la cabeza.
A su vez, Guillermo Guajardo
Soto, investigador del CEIICH, habló del proyecto Innovación y empresa:
evolución y experiencias en América Latina y España, que tiene como propósito
consolidar una línea de análisis comparativo, avanzar hacia una mejor
comprensión sobre los procesos de innovación en Latinoamérica y entregar una
matriz conceptual sobre los progresos en la región, a partir tanto de una
revisión de los conceptos de “cooperación”
y “combinación”, como de una reconstrucción de algunas actividades de
producción industrial.
Mediante un trabajo
interdisciplinario desde la historia económica y de empresas, con la
administración y las ciencias sociales para analizar las estrategias de
negocios y tecnología, se ha comparado con España por la internacionalización
de sus empresas, que estimulan una agenda de investigación sobre su labor en la
economía internacional y de la región latinoamericana, apuntó.
Se establecieron paralelismos
históricos entre ese país y la región durante el siglo XX en ideas y políticas
de proteccionismo, autarquía, monopolio, apertura, integración y divergencias
dadas desde la democratización e integración a Europa, agregó.
Entre los resultados se
encuentra el énfasis en la unicidad de las condiciones macroeconómicas,
institucionales y culturales para la innovación, con un favorable balance
histórico a las aperturas al exterior, a las condiciones de estabilidad, a una
sostenida y sofisticada regulación propicia para el mercado, así como la
actividad del empresario en regiones con fuertes dinámicas comerciales,
refirió.
Por su parte, el especialista
José Guadalupe Gandarilla Salgado abordó el Pensamiento latinoamericano y
sociologías del sistema mundial, que tomó como base diferentes hechos, entre
ellos que la historia de la región, que vio la luz en los años de 1929 a 1939,
“está flanqueada, de un lado, por la atmósfera de una crisis de enormes
dimensiones y de repercusiones insospechadas, y por la luminosidad de un
periodo, el de 1928-1937”.
Empero, precisó, los años de
dificultad económica no ensombrecieron los grandes avances en múltiples campos
del saber: difusión de la relatividad general, radioactividad, astronomía,
antibióticos, cibernética o psicoanálisis. Lo que ocurre en el terreno de la
historia no es sino una correspondencia entre una rama de la misma y una
ciencia humana de ese convulso presente.
Entre 1940-1950 puede hablarse
ya de la consolidación y empuje de la nueva historia financiera y social; en
los años que arrancan de fines de los 60 hasta los 70 se puede ubicar el
nacimiento de una corriente de pensamiento cuyo interés se centra en el
análisis de la entidad conformada por el sistema mundial capitalista, lo cual
significa un doble desbordamiento en las escalas que integran la unidad de
análisis: en términos espaciales, en la forma de lógicas que rebasan las
fronteras territoriales de los Estados, y temporales, en el sentido de una
doble superación de la linealidad, enfatizó.
Aclaró que la entonces nueva historia económica y social
de mediados del siglo XX es resultado de una doble influencia: es un movimiento
intelectual que acude a la cita a que le convocan dos formulaciones de gran
consistencia intelectiva: la primera generación de historiadores
cuantitativistas, y la segunda, que la marca hasta el presente, es aquella con
vocación por la totalidad, concentrándose en el tiempo largo, inmóvil.
El periodo que se abre a fines
de los años 60 y se prolonga hasta fines de los 70 es igual de floreciente y ve
emerger la conformación de grupos de trabajo, cuya mayor preocupación será
establecer una relación de conocimiento con totalidades tan amplias como sea
posible y que involucran amplitudes temporales de varias centurias. Acompaña el
surgimiento del interés por el análisis del sistema capitalista mundial en su
conjunto la segunda generación de estudios de sociología histórica, concluyó.
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FOTO 01
La colonialidad
es una de las características de la clase dominante, afirmó John
Saxe-Fernández, del CEIICH de la UNAM, durante el tema Capital monopolista,
presidencia imperial y colonialidad energética en América Latina.
FOTO 02.
Guillermo
Guajardo, John Saxe-Fernández y José Gandarilla, durante las Jornadas Anuales
de Investigación 2006 del CEIICH de la UNAM.