14:30  hrs. 16 de Octubre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-768

Ciudad Universitaria


Andrea Trejo Márquez

Pie de fotos al final del boletín

 

OBTIENEN ALUMNAS DE LA UNAM PREMIO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE ALIMENTOS 2006

 

·        Carla Karina Pérez Guillén y Karen Ramos López, de la FES Cuautitlán merecieron esta distinción en la categoría estudiantil

·         Por aplicar un recubrimiento comestible a las fresas que aumenta su vida útil, reduce la pérdida de peso poscosecha y las protege contra microorganismos

·        Fueron asesoradas por María Andrea Trejo Márquez, responsable del Laboratorio de Poscosecha de Productos Vegetales de esa entidad

 

Alumnas de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC) de la UNAM obtuvieron el Premio Nacional en Ciencia y Tecnología de Alimentos 2006 en la categoría estudiantil, por la aplicación de un recubrimiento comestible a las fresas que aumenta su vida útil, disminuye la pérdida de peso poscosecha y las protege contra el ataque de microorganismos como los hongos.

 

Se trata de Carla Karina Pérez Guillén y Karen Ramos López –asesoradas por María Andrea Trejo Márquez, responsable del Laboratorio de Poscosecha de Productos Vegetales de la FESC–, quienes presentaron el trabajo Efecto de la aplicación de un recubrimiento comestible a base de gelatina en la calidad de fresa (fragaria vesca L.) almacenada en refrigeración, que fue su tesis de licenciatura para obtener el título de ingenieras en alimentos.

 

Las universitarias, seleccionadas por el jurado de entre más de 80 participantes que se sometieron al concurso, provenientes de todo el país, fueron distinguidas por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, bajo los auspicios de la empresa Coca Cola.

 

El Premio consistió en la entrega de diplomas tanto para la institución, en este caso la Facultad, como para cada una de las autoras del trabajo y su asesora; así como un estímulo económico para que continúen sus trabajos de investigación.

 

Andrea Trejo Márquez, al comentar el trabajo de sus alumnas, refirió que, por lo general, la fresa en refrigeración tiene una vida útil de cuatro a cinco días, pero gracias a la aplicación del recubrimiento con colágeno (obtenido a partir de huesos y pieles) más la refrigeración, se obtuvo una vida de 9 a 10 días; es decir, se incrementó en 100 por ciento.

 

Además, agregó, se encontraron otros efectos positivos como una disminución en el peso que tienen todos los frutos después de que son cosechados. Es decir, durante su almacenamiento pierden entre 15 y 20 por ciento de su peso, mientras que con este recubrimiento llegan a niveles de sólo 6 por ciento.

 

La académica universitaria resaltó que gracias a esta investigación se creó en el fruto una barrera física ante el ataque de microorganismos como los hongos, que también sirvió para reducir todo su metabolismo.

 

Ello trajo como consecuencia el incremento en la vida útil de la fresa, y el decremento de las pérdidas económicas. Además, otras ventajas es que “el producto es atractivo para el consumidor; el recubrimiento es comestible y no daña la salud de quienes lo comen”, explicó.

 

Lo importante de este trabajo, precisó, es que es una tecnología de fácil implementación entre los sectores productivos, sobre todo para los que se encargan de exportar o comercializar a nivel nacional este fruto.

 

Es decir, abundó, la tecnología se puede utilizar en una empacadora normal, en los procesos iniciales. Desde la selección, lavado, clasificación y empaquetado se puede introducir el recubrimiento, mediante una inmersión.

 

Esto sólo implicaría cierto costo en cuanto a los materiales que se requieren, pero no en lo que se refiere a la infraestructura. Además, abundó Trejo Márquez, la capa que se le coloca es a base de gelatina, obtenida a partir de colágeno hidrolizado.

 

Mencionó que, por el momento, hay productores interesados en esta tecnología, sobre todo de Michoacán y Jalisco, a pesar de que en esta última entidad no se produce fresa en gran cantidad. Quieren utilizar este desarrollo porque saben que en este fruto en particular hay muchas pérdidas porque es altamente perecedero.

 

De hecho, dijo, se está en la elaboración de la patente para que en el mediano plazo se pueda hacer la transferencia de la tecnología.

 

Subrayó que el haber obtenido este Premio es de gran satisfacción porque es una manera de motivar a los estudiantes, no sólo para que participen en este tipo de concursos, sino que vean la importancia que tiene para un país como México realizar investigaciones, que puedan resolver problemas económicos.

 

Concluyó que para la Facultad es fundamental la distinción porque la FES Cuautitlán, junto con la Facultad de Química, son de las pocas entidades que realizan investigación en alimentos.

 

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FOTO 01

La profesora María Andrea Trejo Márquez, y las alumnas Karen Ramos López y Carla Karina Pérez Guillén, de la FES Cuautitlán de la UNAM, previo a la entrega del Premio Nacional en Ciencia y Tecnología de Alimentos 2006.

 

 

FOTO 02.

La profesora María Andrea Trejo Márquez y las alumnas Karen Ramos López y Carla Karina Pérez Guillén, en la FES Cuautitlán de la UNAM, en su trabajo de investigación.