Boletín
UNAM-DGCS-744
Ciudad
Universitaria
· Aseveró
Eftychia Bournazou, de la Facultad de Arquitectura de la UNAM
· Como
la desconexión de las zonas periféricas con el resto de la urbe, y la
deficiencia en bienes y servicios, dijo
· Francisco
Sabatini, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, consideró que es un
fenómeno con complejas conexiones con las diferencias y desigualdades sociales
· Intervinieron durante el curso Segregación del Espacio, en el Instituto de Investigaciones Antropológicas
La planificación en las
periferias urbanas es una medida que podría evitar acciones segregatorias, como
la desconexión de zonas con el resto de la urbe y la deficiencia en bienes y
servicios, así como la accesibilidad, que provoca daños para la población que
vive en esos espacios, señaló Eftychia Bournazou, de la Facultad de
Arquitectura (FA) de la UNAM.
Al participar en el curso Segregación
Social del Espacio –acompañada por Manuel Perló, director del Programa
Universitario de Estudios sobre la Ciudad, y Andrés del Ángel, secretario
académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA)–, explicó que
esta situación dificulta el contacto entre los individuos de distinta condición
social, lo que lleva a implementar barreras entre ellos.
En el auditorio del IIA,
apuntó que en nuestro país la marginación es común en los fraccionamientos
cerrados, donde habitan personas con altos ingresos, y con similares
condiciones socioeconómicas y culturales.
Por ello es necesario
implementar políticas como las de redensificación, que eviten la expansión
desmedida de la población urbana en la Ciudad de México, sobre todo en las
zonas depauperadas y, al mismo tiempo, proporcionen los servicios indispensables
para mejorar su calidad de vida, indicó.
Por su parte, Francisco
Sabatini, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, consideró que la
segregación social del espacio urbano, también conocida como residencial, es un
fenómeno con complejas conexiones con las diferencias y desigualdades sociales.
En términos generales, recalcó que la separación
habitacional corresponde a la aglomeración de familias de una misma condición,
más allá de cómo se definan las estratificaciones, que pueden ser según
condición étnica, origen migratorio o socioeconómica, entre otras.
Apuntó que en América Latina la atención ha estado
centrada en esta última, y los pocos estudios empíricos realizados se
circunscriben a ella, pasando por alto otras formas. Es un ángulo comprensible,
si se considera que las fuertes desigualdades de ingreso, rango o clase
representan la característica más sobresaliente de la estructura colectiva de
los países de América Latina, más allá de la pobreza, dijo.
En este sentido, Francisco Sabatini
comentó que muchas familias acomodadas prefieren evitar la cercanía de la gente
más pobre porque, de acuerdo con una creencia común, ello podría obstaculizar
la valorización de sus propiedades.
El investigador chileno concluyó que otras motivaciones son
las relativas a la calidad de vida. Los grupos que tienen posibilidad de elegir
su localización en la ciudad buscan el acceso a bienes públicos y comunitarios
(a los que difícilmente se accede de forma individual), agrupándose en el
espacio.
-o0o-
FOTO 01.
Manuel Perló y
Andrés del Ángel previo a su participación en el curso Segregación Social del
Espacio, efectuada en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la
UNAM.
FOTO 02
Francisco
Sabatini, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y Eftychia Bournazou,
de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, en el curso Segregación Social del
Espacio.