17:45  hrs. 04 de Octubre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-738

Ciudad Universitaria

 


Juan Ramón de la Fuente

Pie de foto al final del boletín

MEJORAR LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL, ENTRE LAS PRIORIDADES DE MÉXICO: DE LA FUENTE

 

 

El rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, aseguró que para que México logre aumentar su competitividad se requieren tres acciones de la más alta prioridad: mejorar la educación y la formación profesional; promover el desarrollo científico –porque ha faltado una política de promoción de la ciencia más agresiva, decidida y comprometida–, y gestionar con eficacia la transferencia del conocimiento para evitar perder oportunidades importantes.

 

Pidió a la clase política del país apoyo para generar una serie de cambios que permitan el crecimiento de la competitividad, al destacar que aún cuando es un problema de toda la sociedad, el Estado juega un papel relevante como motor y promotor de esta transformación.

 

El rector alertó que de acuerdo a las cifras referentes a la Población Económicamente Activa (PEA) –la cual es de 30 millones de personas–, sólo el 11 por ciento tiene estudios profesionales concluidos. Por esto, México carece del bagaje educativo necesario para incursionar en una dinámica de competitividad a fin de tener estructuras de clase mundial.

 

Al participar en la Reunión Anual de Industriales y la 88 Asamblea General Ordinaria de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin), durante la conferencia Competitividad e innovación, De la Fuente precisó que la política de promoción de la ciencia sería rentable no en el futuro inmediato, pero sí en la perspectiva de mediano y largo plazos.

 

Subrayó que es impensable hablar de competitividad e innovación si no se incluye a la educación como el factor más importante de esta ecuación. Por ello, consideró necesario elevar la inversión en la enseñanza pública y privada.

 

En los últimos años, puntualizó, la ciencia y la tecnología han cambiado los modos de la producción. Esto es, hay un nuevo paradigma de la productividad, resultado del efecto que han tenido ambos campos. Así, hay novedosos artículos y servicios o los existentes tienen un valor agregado, el cual es el contenido tecnológico.

 

De la Fuente definió dos variables fundamentales para mejorar la productividad, necesarias para países como México, que vayan más allá de un discurso y donde ha faltado “aterrizar” de manera más eficiente las formas de alcanzarla: el capital humano y tecnológico, porque este último no funciona sin recursos humanos capaces de operar, y sin el acervo de conocimientos y la capacidad de innovación de una nación.

 

Hizo énfasis en este último punto, porque como parte esencial de esta nueva economía ha dejado de ser un asunto abstracto. Dijo que primero se genera en los centros de investigación y también se aplica, patenta y exporta.

 

Entonces, el rector de la UNAM se refirió a la fuga de cerebros como la forma más clara de la exportación de conocimientos. Advirtió que es una situación preocupante porque el 50 por ciento de los estudiantes de posgrado consultado, que cursan una maestría y doctorado en Estados Unidos, contestó que tenía la intención de quedarse en ese territorio.

 

La vecina nación, dijo, está en un proceso de importación de muchos de los recursos humanos más preparados de diversos países, incluido México. En los últimos 10 años un número creciente de migrantes mexicanos ilegales no atraviesan la frontera a pie, sino que llegó a la Unión Americana por avión, con visa de turista y con estudios profesionales. Es decir, un flujo importante de conocimiento se está yendo a través de centenares de jóvenes.

 

Desde el punto de vista de la inversión, agregó, también es un peso porque toda la formación costó muchos años y dinero.

 

De la Fuente argumentó con cifras: en 2005 el Banco Mundial (BM) señalaba que poco menos del 20 por ciento de la población del orbe controla el 80 por ciento de la producción. Pero, ese porcentaje concentra, además, el 93 por ciento de los esfuerzos del planeta en investigación y desarrollo.

 

Concretó que quienes controlan la producción mundial son los que, de tiempo atrás, desarrollan políticas de mediano y largo plazos en ambos rubros y que en México es ciencia y tecnología. Otro dato del BM es que casi la mitad de toda la inversión del orbe en estos campos proviene del sector privado, el cual se ha dado cuenta que es la adquisición más rentable.

 

De acuerdo con índices del Foro Económico Mundial, abundó, la inversión en investigación y desarrollo es la variable que mejor predice el buen desempeño de un país. Otro parámetro, recalcó, es la disponibilidad de científicos e ingenieros, al ser la mejor expresión del acervo de conocimientos y de capacidad competitiva de una nación.

 

Ejemplificó que en los últimos cinco años se han visto relevantes avances en Estados como la India, que está en el primer lugar. En cambio México se encuentra en el sitio 92, es decir, se tiene un gran déficit de estos profesionales, por lo que se debe inducir a los jóvenes y abrir los espacios educativos en estas materias.

Según el Foro Económico Mundial, agregó, el índice de competitividad muestra que en los últimos años México ha tenido un retroceso: en 2000 tenía el lugar 33, ahora se encuentra en el 56, lo que significa que cayó este indicador.

 

De la eficiencia de las instituciones, informó, el país está en el espacio 71, debajo de sus socios comerciales más importantes: Estados Unidos y Canadá, lo que muestra en toda su crudeza las asimetrías con las que tiene que competir. “Estamos en clara desventaja”, lo cual “no es motivo de lamentación sino un estímulo que unifique y permita trabajar de manera coordinada, y tratar de mejorar en los próximos años”.

 

El rector dio más cifras: en Estados Unidos están preocupados porque, dicen, “sólo” destinan para investigación y desarrollo 900 dólares por habitante; España, 410 dólares, pero en México únicamente 14 dólares por persona.

 

Hace dos años, la Unión Europea designaba en promedio cerca del dos por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) para investigación y desarrollo y acordó que para el 2010 llegará al tres por ciento para poder competir como grupo con Estados Unidos, Japón y las nuevas economías de Asia. En México, se dedica a ese rubro el 0.36 por ciento.

 

En nuestra nación hay 270 investigadores por millón de habitantes, Estados Unidos tiene cuatro mil 500, y Canadá tres mil 500.

 

Luego, hizo referencia al panorama educativo, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la situación de México tampoco es buena. El gasto por estudiante de primaria en nuestra nación es de mil 650 dólares anuales, el promedio de la OCDE es de cinco mil 400.

 

Para secundaria, México gasta dos mil 790 dólares al año por alumno, y el promedio de ese organismo es de siete mil 580; para educación superior, aquí se destinan cinco mil 774 dólares anuales, mientras la OCDE 11 mil 254 dólares.

 

Sólo el 25 por ciento de los mexicanos entre los 25 y 34 años tienen completo el bachillerato, mientras que las tasas de cobertura en educación superior son de sólo 23 por ciento. Tan sólo en 2005 México graduó mil 500 doctores, en tanto Brasil, Corea y España, siete mil 500, y Estados Unidos 45 mil, concluyó.

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FOTO 1.

 

Juan Ramón de la Fuente, rector de la UNAM, participó en la conferencia Competitividad e innovación que organizó la Concamin. Lo acompañan Carlos Noriega, Gastón Azcárraga y María Elena Estabillo.