06:00  hrs. 03 de Octubre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-732

Ciudad Universitaria


Alicia Sánchez Mendoza

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SE REQUIERE UN MEJOR DIAGNÓSTICO DE LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN MÉXICO

 

 

 

 

En México hace falta diagnosticar de manera adecuada la hipertensión arterial entre la población en general, pues la mayor parte de la gente desconoce que la padece; además de dar los tratamientos adecuados para cada caso y realizar un control permanente sobre sus indicadores, afirmó en la UNAM la especialista Alicia Sánchez Mendoza.

 

Al participar en el Seminario Institucional organizado por los institutos de Química (IQ) de la Universidad Nacional y el Nacional de Cardiología (INC) Ignacio Chávez, la investigadora de esta última institución explicó que este trastorno se conoce como un aumento en los valores normales de la presión arterial. Puede no causar síntomas, pero en casos extremos hay dolor de cabeza y derrames oculares.

 

Durante la conferencia PPARs e Hipertensión Arterial, Sánchez Mendoza agregó que alrededor de 33 por ciento de la población mexicana entre 25 y 60 años tiene hipertensión arterial. La mayor incidencia, 95 por ciento, es primaria o esencial, donde no se conocen las causas; mientras el resto es secundaria relacionada con otra patología: alteraciones renales, endócrinas, enzimáticas, neurológicas o inducidas por medicamentos.

 

Al hablar sobre su trabajo, la integrante del Departamento de Farmacología del INC destacó que se aborda desde un punto de vista básico; mediante un modelo experimental particular que permite tener algunos parámetros elevados y otros disminuidos en cuanto a reactividad vascular.

 

En particular, se basan en la sugerencia de que existe una participación de los medicamentos denominados PPARs en su regulación, lo cual ya ha sido observado por otros especialistas; además, hay estudios en los que se han reportado efectos como disminución de presión. Algunos de estos fármacos son utilizados contra la diabetes mellitus, pues reducen la glucosa que hay en sangre; otra clase baja el colesterol y los triglicéridos, con aumentos del colesterol bueno o de partículas de alta densidad.

 

Los estudios que hacen, recalcó, tienen que ver con cierto tipo de receptores que fueron descritos por primera vez a principios de los 90, que activan la proliferación peroxisomal (o de PPARs). Éstos se llaman así porque aumentan el número de unos organelos en las células o peroxisomas, los cuales se encargan del metabolismo de los ácidos grasos en el organismo; lo anterior, aclaró, se ha observado en roedores, “en humano no se ha visto que sea de la misma forma”.

 

Hay tres clases: alfa, beta o delta, y gamma. Los que estimulan a los primeros son sustancias que disminuyen los ácidos grasos en la sangre, entre otras funciones; los segundos, intervienen en la proliferación celular y la cicatrización; los últimos, bajan la glucosa en la sangre. Se ha encontrado, precisó, “que los fármacos utilizados sí disminuyen la presión en el modelo experimental empleado, que es el de la coartación de la aorta en ratas”.

 

En el auditorio Lidia Rodríguez Hahn del IQ señaló que hay diversos modelos experimentales utilizados para analizar la hipertensión, pero ella utiliza la aorta de animales.

 

“Nos dimos a la tarea de llevar a cabo un experimento en el cual tomamos seis grupos. A aquellas que les administraron el fármaco clofibrato (agonista de los PPAR alfa) fue capaz de prevenir a diferentes grados el desarrollo de la hipertensión arterial. La dosis que mejor funcionó fue la de cien miligramos por kilogramo”, concluyó.

 

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FOTO 01

La especialista Alicia Sánchez Mendoza participó en el Seminario Institucional organizado por los institutos de Química de la UNAM y el Nacional de Cardiología.

 

FOTO 02.

La investigadora Alicia Sánchez Mendoza afirmó en la UNAM, que falta en nuestro país diagnosticar de manera adecuada la hipertensión arterial entre la población en general.