Boletín
UNAM-DGCS-727
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Dictó la conferencia Tertulias bacterianas.
Descifrando el lenguaje de las bacterias, en el auditorio del CCADET
Científicos del
Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM estudian el
“lenguaje” por señales moleculares de las bacterias, para evitar enfermedades,
señaló Jorge Membrillo Hernández, integrante del Laboratorio de Microbiología y
Genética Molecular de esa entidad.
Buscan entender
cómo forman los microorganismos las biocapas o biofilmes en superficies como
ductos petroleros o de agua, dispensadores de refrescos, recipientes para
fermentación, catéteres –principal causa de infección nosocomial– o, incluso,
en los dientes, como la placa dentobacteriana, indicó.
Esta investigación básica
intenta comprender el mecanismo que utilizan las bacterias para comunicarse y
adherirse a una superficie. Si se determina tendrá muchas aplicaciones, como la
disminución drástica de las infecciones dentro de los hospitales. “A los primeros
síntomas se podría evitar la formación de biocapas”, dijo.
Al dictar la conferencia Tertulias
bacterianas. Descifrando el lenguaje de las bacterias, refirió que la
sensibilidad de los microorganismos cambia cuando están solos o al formar
conjuntos, tanto que al crear un biofilm son más resistentes y requieren mil
veces más concentración de antibiótico; también les permite enfrentar ambientes
hostiles.
Algunos
integran comunidades; otros deciden no hacerlo y unos más –ya en un “grupo”–
llegan a separarse. Cuando se comunican entre ellos y se escuchan, tal
interacción hace que decidan pegarse en una superficie, ya sea de acero,
plástico o algún otro material. Una vez establecido el vínculo celular químico
y que las microcolonias se adhieren, entonces desarrollan corpúsculos llenos de
polisacáridos; a esa estructura se le llama “biofilm maduro”, explicó.
Dentro de éste, por alguna
razón desconocida, se indican entre ellos y con una “palabra” que “oyen”
deciden disgregarse y volver a la vida libre. Si se llega a entender cuáles con
las señales moleculares de fijarse o no se podría controlar cuándo lo hacen o
dejan la superficie. Ese es el gran reto del Laboratorio en el IIBm, enfatizó.
Las tertulias bacterianas
existen; las bacterias se hablan y viven en conjunto porque de ese modo ciertas
funciones les resultan más fáciles. Para lograr tales fenómenos, se requiere un
“lenguaje”. “Hoy se sabe que se comunican con moléculas, compuestos químicos
autoinductores; mediante una compleja detección pueden activar la expresión
genética requerida”, refirió.
Además, detalló Jorge
Membrillo en el auditorio del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo
Tecnológico (CCADET), son por lo menos
“bilingües”, ya que crean un idioma que sólo entienden las propias de su
grupo, y otro, que capta el resto.
El destacado científico
expuso que la población mexicana ha desarrollado una gran resistencia a los
antibióticos, provocada por la automedicación. Por eso, “si logramos determinar
cuál es el lenguaje de las bacterias podríamos hacer que lo escucharan y que se
despegaran de cierta superficie. Eso sería sensacional”.
El universitario y su
equipo han usado como modelo de estudio a Escherichia coli (E. Coli). “Nuestra primera aportación fue observar que
las de esta especie se adhieren un máximo en 24 horas y después se empiezan a
despegar”, apuntó. Descubrieron que los biofilmes son dinámicos, que por alguna
razón se juntan y disgregan.
Cuando crecen en ausencia
de oxígeno (anaeróbicamente) se desapegan. Ese gas parece ser importante, ya
que incluso al disminuir su concentración atmosférica hasta el 10 e incluso uno
por ciento, se sigue formando la biocapa, reveló.
Se investigó si en la E.
Coli que hubieran vivido en ambientes diferentes podía existir alguna capaz de
formar biofilmes en condiciones anaeróbicas. Se encontró que una de ratón, otra
de humano y una más de tapir sí podían. Esas tienen, mantienen o han adquirido
tal capacidad, expresó.
“Estudiarlas podría dar
una información valiosa de por qué en condiciones anaeróbicas otras no pueden
hacerlo”. Eso tiene que ver, una vez más, con su lenguaje. “Analizamos qué
puede hacer posible la producción de unidades bacterianas”, concluyó Membrillo Hernández.
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FOTO 01.
Jorge Membrillo Hernández, del IIBm de la UNAM, informó sobre los
estudios sobre el “lenguaje” por señales moleculares de las bacterias, para
evitar enfermedades.
FOTO 02
El investigador
de la UNAM, Jorge Membrillo Hernández, subrayó la importancia de analizar a las
bacterias para las industrias alimentaria, farmacéutica y de energía, así como
en el ámbito hospitalario.