14:30  hrs. 14 de Septiembre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-686

Ciudad Universitaria


Gustavo Iruegas Evaristo

Pie de fotos al final del boletín

 

DEBE MÉXICO SEGUIR LOS DICTADOS DE SU VOCACIÓN PACIFISTA

 

 

México debe seguir los dictados de su vocación pacifista y apoyarse en el más importante de sus activos de política exterior: el no tener enemigos, aseguró Gustavo Iruegas Evaristo, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

 

Agregó que nuestro país debe asumir tres líneas de conducta: no acompañar a Estados Unidos en sus aventuras militares, no convalidar las rupturas del Derecho Internacional, y ordenar sus prioridades de seguridad según su propio criterio y necesidades.

 

Al participar en el ciclo de conferencias Relaciones México-Latinoamérica en el siglo XXI, organizado por el Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos (CCyDEL) y la Casa de las Humanidades, señaló que la nación continuará su relación con Norteamérica y América Latina, pero lo importante es determinar si debe orientar su actuación a la integración.

 

Contrario a lo que se ha dicho, la Unión Europea –que promueve su desarrollo, asociación y fortaleza por sí misma– mantiene su seguridad vinculada a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, y a la Unión Americana. Por tanto, argumentó, México precisa reforzar su vínculo con su vecino, y confiar su protección a sus propios medios y a los de la comunidad internacional.

 

En su ponencia Visión general de las relaciones México-América Latina, recordó que desde el Congreso de Panamá la integración ha sido un argumento permanente de la retórica latinoamericana, pero en los hechos la solidaridad regional ha sido menguada.

 

Resaltó que 85 por ciento del comercio mexicano se realiza con Estados Unidos mediante el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y el resto con Europa, Asia y América Latina.

 

Al final, dijo, Latinoamérica se encuentra ante la alternativa del panamericanismo y la búsqueda de una opción regional. Si bien las democracias sociales sudamericanas son, hasta cierto punto, contrarias al neoliberalismo, también son regímenes concebidos como capitalistas.

 

Indicó que la oposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es más exitosa que los esfuerzos a favor. Centroamérica está totalmente entregada a los dictados estadounidenses, mientras que el Caribe trabaja en consolidar su próspera comunidad.

 

México, por su parte, abundó, se encuentra en una encrucijada, al margen de la disyuntiva, que en política exterior significaría retomar una actitud progresista ejercida con independencia, o continuar las actitudes obsecuentes hacia el norte, a pesar del portazo migratorio.

 

Sin embargo, el ex embajador en Jamaica, Noruega y Uruguay subrayó que en el futuro previsible la integración no está dentro de las expectativas nacionales, ni por la derecha ni por la izquierda.

 

Iruegas Evaristo advirtió que nuestro país pasa por una crisis de identidad. “Estamos en América, pero no somos americanos a menos que subrayemos que no es Estados Unidos, sino el continente. Indudablemente somos latinoamericanos”.

Esta última adscripción es incuestionable. La colonización europea sobre las culturas autóctonas la vinculó de manera definitiva a la civilización occidental, la que persistentemente le ha negado la pertenencia en plenitud y así ha terminado con la conformación y ocupación de un espacio propio en la cultura universal, explicó.

 

Pero América Latina no es una entidad jurídica, apuntó, no tiene una organización política formal que le dé orientación y rumbo comunes, tampoco es una economía unitaria, sus mercados son más competidores que complementarios. Es decir, en la región hay identidad pero no es una entidad.

 

Reconoció que la integración en diversos grados y modelos ha sido una constante en el discurso latinoamericano, desde la independencia hasta nuestros días, pero es una aspiración que nunca ha alcanzado las vías de hecho. De manera furtiva, en los inicios del neoliberalismo mexicano y hasta hoy, la unificación se ha reorientado en ciertos medios políticos, económicos y hasta académicos hacia el norte, sostuvo.

 

El nexo con EU siempre ha sido el más importante de México desde hace más de 20 años, y se le ha agregado el carácter de estratégico, porque en él se ha cifrado el objetivo nacional del desarrollo. Nuestro país ha iniciado un proceso de asociación creciente que, sin embargo, no tiene ese postulado en el horizonte, porque requiere sociedades homogéneas, voluntad política y social, y trabajo administrativo, amplio, largo y minucioso.

 

La integración no se dará en el futuro previsible, porque el factor eficiente y el carácter homogéneo de las sociedades no están presentes. De hecho, 80 por ciento de la población mexicana no califica para sumarse a la sociedad más adelantada del mundo, concluyó.

 

–o0o–

 

 

FOTO 01.

Gustavo Iruegas Evaristo, de la FCPyS de la UNAM, recomendó a México no acompañar a EU en sus aventuras militares ni convalidar las rupturas al Derecho Internacional, y ordenar sus prioridades.

 

FOTO 02

El profesor Gustavo Iruegas participó en el ciclo de conferencias Relaciones México-Latinoamérica en el siglo XXI, organizado por el CCyDEL de la UNAM.