Boletín
UNAM-DGCS-686
Ciudad Universitaria
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DEBE MÉXICO
SEGUIR LOS DICTADOS DE SU VOCACIÓN PACIFISTA
México debe seguir los
dictados de su vocación pacifista y apoyarse en el más importante de sus
activos de política exterior: el no tener enemigos, aseguró Gustavo Iruegas
Evaristo, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de
la UNAM.
Agregó que nuestro país debe
asumir tres líneas de conducta: no acompañar a Estados Unidos en sus aventuras
militares, no convalidar las rupturas del Derecho Internacional, y ordenar sus
prioridades de seguridad según su propio criterio y necesidades.
Al participar en el ciclo de
conferencias Relaciones México-Latinoamérica en el siglo XXI, organizado por el
Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos (CCyDEL) y la Casa de
las Humanidades, señaló que la nación continuará su relación con Norteamérica y
América Latina, pero lo importante es determinar si debe orientar su actuación
a la integración.
Contrario a lo que se ha
dicho, la Unión Europea –que promueve su desarrollo, asociación y fortaleza por
sí misma– mantiene su seguridad vinculada a la Organización del Tratado del
Atlántico Norte, y a la Unión Americana. Por tanto, argumentó, México precisa
reforzar su vínculo con su vecino, y confiar su protección a sus propios medios
y a los de la comunidad internacional.
En su ponencia Visión general
de las relaciones México-América Latina, recordó que desde el Congreso de
Panamá la integración ha sido un argumento permanente de la retórica
latinoamericana, pero en los hechos la solidaridad regional ha sido menguada.
Resaltó que 85 por ciento del
comercio mexicano se realiza con Estados Unidos mediante el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte, y el resto con Europa, Asia y América Latina.
Al final, dijo, Latinoamérica
se encuentra ante la alternativa del panamericanismo y la búsqueda de una
opción regional. Si bien las democracias sociales sudamericanas son, hasta
cierto punto, contrarias al neoliberalismo, también son regímenes concebidos
como capitalistas.
Indicó que la oposición al
Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es más exitosa que los esfuerzos
a favor. Centroamérica está totalmente entregada a los dictados
estadounidenses, mientras que el Caribe trabaja en consolidar su próspera
comunidad.
México, por su parte, abundó,
se encuentra en una encrucijada, al margen de la disyuntiva, que en política
exterior significaría retomar una actitud progresista ejercida con
independencia, o continuar las actitudes obsecuentes hacia el norte, a pesar
del portazo migratorio.
Sin embargo, el ex embajador
en Jamaica, Noruega y Uruguay subrayó que en el futuro previsible la
integración no está dentro de las expectativas nacionales, ni por la derecha ni
por la izquierda.
Iruegas Evaristo advirtió que
nuestro país pasa por una crisis de identidad. “Estamos en América, pero no somos
americanos a menos que subrayemos que no es Estados Unidos, sino el continente.
Indudablemente somos latinoamericanos”.
Esta última adscripción es
incuestionable. La colonización europea sobre las culturas autóctonas la
vinculó de manera definitiva a la civilización occidental, la que
persistentemente le ha negado la pertenencia en plenitud y así ha terminado con
la conformación y ocupación de un espacio propio en la cultura universal,
explicó.
Pero América Latina no es una
entidad jurídica, apuntó, no tiene una organización política formal que le dé
orientación y rumbo comunes, tampoco es una economía unitaria, sus mercados son
más competidores que complementarios. Es decir, en la región hay identidad pero
no es una entidad.
Reconoció que la integración
en diversos grados y modelos ha sido una constante en el discurso
latinoamericano, desde la independencia hasta nuestros días, pero es una
aspiración que nunca ha alcanzado las vías de hecho. De manera furtiva, en los
inicios del neoliberalismo mexicano y hasta hoy, la unificación se ha
reorientado en ciertos medios políticos, económicos y hasta académicos hacia el
norte, sostuvo.
El nexo con EU siempre ha sido
el más importante de México desde hace más de 20 años, y se le ha agregado el
carácter de estratégico, porque en él se ha cifrado el objetivo nacional del
desarrollo. Nuestro país ha iniciado un proceso de asociación creciente que,
sin embargo, no tiene ese postulado en el horizonte, porque requiere sociedades
homogéneas, voluntad política y social, y trabajo administrativo, amplio, largo
y minucioso.
La integración no se dará en
el futuro previsible, porque el factor eficiente y el carácter homogéneo de las
sociedades no están presentes. De hecho, 80 por ciento de la población mexicana
no califica para sumarse a la sociedad más adelantada del mundo, concluyó.
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FOTO 01.
Gustavo Iruegas
Evaristo, de la FCPyS de la UNAM, recomendó a México no acompañar a EU en sus
aventuras militares ni convalidar las rupturas al Derecho Internacional, y
ordenar sus prioridades.
FOTO 02
El profesor
Gustavo Iruegas participó en el ciclo de conferencias Relaciones
México-Latinoamérica en el siglo XXI, organizado por el CCyDEL de la UNAM.