Boletín
UNAM-DGCS-684
Ciudad
Universitaria
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RECIBEN CUATRO ESTUDIANTES DE LA UNAM EL PREMIO NACIONAL DE LA JUVENTUD 2005
Óscar Alarcón
Sánchez, Mario Alberto Borja Martínez, Ramón Morales Izaguirre y Jessica Rojas
Alegría, estudiantes de la UNAM, obtuvieron en diferentes categorías el Premio
Nacional de la Juventud 2005, que otorga el Gobierno de la República.
El reconocimiento, que concede
la Secretaría de Educación Pública a través del Instituto Mexicano de la
Juventud a jóvenes mexicanos de 12 a 29 años de edad, consiste en diploma,
medalla, roseta de oro y un estímulo económico, y se asigna por su trayectoria
ejemplar y labor destacada en su conducta o dedicación al trabajo y estudio.
Óscar Alarcón y Mario Alberto
Borja, de la Facultad de Medicina, compartieron el Premio en el rubro de Labor
Social; Ramón Morales, de la Facultad de Derecho, lo obtuvo en Oratoria, y
Jessica Rojas, de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, en Aportación a
la Cultura Política y la Democracia.
La tarea de Mario Alberto
Borja y Óscar Alarcón fue atender la situación de las poblaciones marginadas
del país y tomar decisiones alternativas de solución a rezagos que afectan la
salud de las localidades de Atenxoxola, Zizicazapa y áreas de influencia, en
Guerrero.
Alarcón Sánchez reconoció que
trabajar en esas zonas les dejó muchas experiencias. “Aprendimos a colaborar en
equipo con las comunidades, a ser líderes de un grupo de personas, pero no
autoritarios, sino quienes se ponen en su lugar, viven su realidad, y que desde
ahí tratan de resolver sus problemas".
No se limitaron a dar consulta
sino que trataron de romper esa barrera. “Mucha gente ya no confiaba en los
médicos porque no iban con la idea de servir, sino de lucrar. A veces no nos
damos cuenta de la realidad, se ha perdido el contexto de ver por los demás”,
aseveró.
Por ello, recalcó, es
necesario reforzar el servicio social en zonas de Oaxaca, Chiapas, Guerrero,
Puebla, Veracruz y Estado de México. El ideal de un universitario no es
despegarse de la situación del país, sino formar parte de ella y juntos salir
adelante.
Por su
parte, Mario Alberto Borja expuso que todo lo que vivieron en Guerrero es
importante, porque los hace más sensibles a la cosmovisión y necesidades de la
gente. Los facultativos que no salen de la ciudad tienen una idea distinta, no
conocen la pobreza en el territorio, y la de Guerrero y otras entidades es
impresionante. La gente vive en casas de carrizo, duermen en el suelo y a veces
comen una vez al día frijol y maíz; la carne les es casi desconocida.
“Ahí es
donde se valora lo que uno tiene, porque siempre nos quedamos con una idea
falsa. México cada vez se vuelve más pobre porque quienes tienen el
conocimiento no lo quieren socializar. Nos estamos volviendo una sociedad cada
vez más individualista”, afirmó.
“Queremos
seguir ayudando a quien lo necesita; apoyarla y protegerla, porque cada vez es
más discriminada; pero sin ellos no seríamos lo que somos. Por eso, los jóvenes
debemos continuar esforzándonos en promocionar el servicio social”, refirió.
En su oportunidad, Ramón
Morales indicó que en una nación como la nuestra, se requiere de una participación
directa de la ciudadanía por cualquier medio posible. Destacó que, como buen
orador, en los foros que ha estado su intervención se ha centrado en discutir
temas como políticas de desarrollo sustentable, la condición política y social
de la mujer, y ecología en México.
“Los jóvenes no tenemos por
qué esperar a fraguarnos en la política o en el debate que no progresa, hasta
llegar lo suficientemente maduros hacia una actividad que tal vez no perdure,
sino ser reconocidos por el Estado mexicano como una fuerza progresiva que
tiene las herramientas para ayudar a crecer al país en general”, dijo.
Para Jessica Rojas Alegría,
quien se convirtió en la primera ganadora del Premio en Aportación a la Cultura
Política y la Democracia, de reciente creación, “representa un doble orgullo”,
porque fue apoyada por medio centenar de cartas de organizaciones de todos los
sectores, lo que fortaleció su propuesta.
Con diez años de trabajar
desde la sociedad civil en participación ciudadana y observación electoral,
consideró que su principal aportación ha sido contribuir a construir ciudadanía
y cohesión social, promover el asociacionismo juvenil y sumar voluntades.
Señaló que siempre se tiende a
decir que los jóvenes en México son apáticos al involucrarse en procesos
políticos; pero no es así. Rojas Alegría apuntó que se insertan en proyectos de
corto y mediano plazos, pero no están dispuestos a invertir en asuntos
paulatinos en los cuales difícilmente verán resultados.
Con el
Premio, subrayó Mario Alberto Borja, se demuestra que los jóvenes
universitarios tienen el valor de lograr los objetivos que se trazan, y que si
uno se plantea una meta la puede conseguir.
En ese
sentido, Jessica Rojas concluyó que el hecho de que la Universidad Nacional
haya ganado tres posiciones habla de su liderazgo. “Cuando vas a otro país
dices que eres de la UNAM y te abren las puertas en cualquier lado. Este es un
ejemplo mínimo del papel tan relevante que están jugando los universitarios”.
–o0o–
ESCUDO DE LA
UNAM.
Cuatro
estudiantes de la UNAM obtuvieron en diferentes categorías el Premio Nacional
de la Juventud 2005, que otorga el Gobierno de la República.
FOTO 01
Ramón Morales,
alumno de la Facultad de Derecho de la UNAM, obtuvo el Premio Nacional de la
Juventud 2005 en el rubro de Oratoria.
FOTO 02
Mario Albero
Borja y Óscar Alarcón, de la Facultad de Medicina de la UNAM, compartieron el
Premio Nacional de la Juventud 2005 en
el rubro de Labor Social.