06:00  hrs. 14 de Septiembre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-684

Ciudad Universitaria

Oscar Alarcón Sánchez

 

Pie de fotos al final del boletín

 

RECIBEN CUATRO ESTUDIANTES DE LA UNAM  EL PREMIO NACIONAL DE LA JUVENTUD 2005

 

 

Óscar Alarcón Sánchez, Mario Alberto Borja Martínez, Ramón Morales Izaguirre y Jessica Rojas Alegría, estudiantes de la UNAM, obtuvieron en diferentes categorías el Premio Nacional de la Juventud 2005, que otorga el Gobierno de la República.

 

El reconocimiento, que concede la Secretaría de Educación Pública a través del Instituto Mexicano de la Juventud a jóvenes mexicanos de 12 a 29 años de edad, consiste en diploma, medalla, roseta de oro y un estímulo económico, y se asigna por su trayectoria ejemplar y labor destacada en su conducta o dedicación al trabajo y estudio.

 

Óscar Alarcón y Mario Alberto Borja, de la Facultad de Medicina, compartieron el Premio en el rubro de Labor Social; Ramón Morales, de la Facultad de Derecho, lo obtuvo en Oratoria, y Jessica Rojas, de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, en Aportación a la Cultura Política y la Democracia.

 

La tarea de Mario Alberto Borja y Óscar Alarcón fue atender la situación de las poblaciones marginadas del país y tomar decisiones alternativas de solución a rezagos que afectan la salud de las localidades de Atenxoxola, Zizicazapa y áreas de influencia, en Guerrero.

 

Alarcón Sánchez reconoció que trabajar en esas zonas les dejó muchas experiencias. “Aprendimos a colaborar en equipo con las comunidades, a ser líderes de un grupo de personas, pero no autoritarios, sino quienes se ponen en su lugar, viven su realidad, y que desde ahí tratan de resolver sus problemas".

 

No se limitaron a dar consulta sino que trataron de romper esa barrera. “Mucha gente ya no confiaba en los médicos porque no iban con la idea de servir, sino de lucrar. A veces no nos damos cuenta de la realidad, se ha perdido el contexto de ver por los demás”, aseveró.

 

Por ello, recalcó, es necesario reforzar el servicio social en zonas de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Puebla, Veracruz y Estado de México. El ideal de un universitario no es despegarse de la situación del país, sino formar parte de ella y juntos salir adelante.

 

Por su parte, Mario Alberto Borja expuso que todo lo que vivieron en Guerrero es importante, porque los hace más sensibles a la cosmovisión y necesidades de la gente. Los facultativos que no salen de la ciudad tienen una idea distinta, no conocen la pobreza en el territorio, y la de Guerrero y otras entidades es impresionante. La gente vive en casas de carrizo, duermen en el suelo y a veces comen una vez al día frijol y maíz; la carne les es casi desconocida.

 

“Ahí es donde se valora lo que uno tiene, porque siempre nos quedamos con una idea falsa. México cada vez se vuelve más pobre porque quienes tienen el conocimiento no lo quieren socializar. Nos estamos volviendo una sociedad cada vez más individualista”, afirmó.

 

“Queremos seguir ayudando a quien lo necesita; apoyarla y protegerla, porque cada vez es más discriminada; pero sin ellos no seríamos lo que somos. Por eso, los jóvenes debemos continuar esforzándonos en promocionar el servicio social”, refirió.

 

En su oportunidad, Ramón Morales indicó que en una nación como la nuestra, se requiere de una participación directa de la ciudadanía por cualquier medio posible. Destacó que, como buen orador, en los foros que ha estado su intervención se ha centrado en discutir temas como políticas de desarrollo sustentable, la condición política y social de la mujer, y ecología en México.

 

“Los jóvenes no tenemos por qué esperar a fraguarnos en la política o en el debate que no progresa, hasta llegar lo suficientemente maduros hacia una actividad que tal vez no perdure, sino ser reconocidos por el Estado mexicano como una fuerza progresiva que tiene las herramientas para ayudar a crecer al país en general”, dijo.

 

Para Jessica Rojas Alegría, quien se convirtió en la primera ganadora del Premio en Aportación a la Cultura Política y la Democracia, de reciente creación, “representa un doble orgullo”, porque fue apoyada por medio centenar de cartas de organizaciones de todos los sectores, lo que fortaleció su propuesta.

 

Con diez años de trabajar desde la sociedad civil en participación ciudadana y observación electoral, consideró que su principal aportación ha sido contribuir a construir ciudadanía y cohesión social, promover el asociacionismo juvenil y sumar voluntades.

 

Señaló que siempre se tiende a decir que los jóvenes en México son apáticos al involucrarse en procesos políticos; pero no es así. Rojas Alegría apuntó que se insertan en proyectos de corto y mediano plazos, pero no están dispuestos a invertir en asuntos paulatinos en los cuales difícilmente verán resultados.

 

Con el Premio, subrayó Mario Alberto Borja, se demuestra que los jóvenes universitarios tienen el valor de lograr los objetivos que se trazan, y que si uno se plantea una meta la puede conseguir.

 

En ese sentido, Jessica Rojas concluyó que el hecho de que la Universidad Nacional haya ganado tres posiciones habla de su liderazgo. “Cuando vas a otro país dices que eres de la UNAM y te abren las puertas en cualquier lado. Este es un ejemplo mínimo del papel tan relevante que están jugando los universitarios”.

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ESCUDO DE LA UNAM.

 

Cuatro estudiantes de la UNAM obtuvieron en diferentes categorías el Premio Nacional de la Juventud 2005, que otorga el Gobierno de la República.

 

 

FOTO 01

 

Ramón Morales, alumno de la Facultad de Derecho de la UNAM, obtuvo el Premio Nacional de la Juventud 2005 en el rubro de Oratoria.

 

 

FOTO 02

 

Mario Albero Borja y Óscar Alarcón, de la Facultad de Medicina de la UNAM, compartieron el Premio Nacional de la Juventud 2005  en el rubro de Labor Social.