12:30  hrs. 10 de Septiembre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-671

Ciudad Universitaria


Julio Caballero

Pies de foto al final del boletín

 

CUMPLE EL MUSEO DE GEOLOGÍA DE LA UNAM  UN SIGLO DE HISTORIA

 

·        Primer edificio de México creado con una idea museográfica, y que desde su diseño ha conservado su vocación como centro de estudios y exhibiciones

·        Alberga tesoros científicos, como 60 kilogramos de la meteorita Allende; un mamut original y el fósil de un ictiosaurio, entre otros

·        Cuenta con las salas de Minerales, Rocas y Fósiles; además de la sala interactiva Sistema Tierra, que son visitadas por un promedio de cien mil personas al año

 

El Museo del Instituto de Geología de la UNAM, primer edificio de México creado con una idea museográfica y que desde su diseño ha conservado la vocación de ser un centro de estudios y exhibiciones científicas, cumple su primer siglo de vida.

 

Hoy, ese recinto alberga verdaderos tesoros científicos, como 60 kilogramos de la meteorita Allende, la más importante del mundo por ser una piedra con más edad que el Sistema Solar y más cara que el oro; además de un mamut original descubierto en la carretera a Puebla, que llegó al vetusto edificio de Santa María La Ribera, donde fue armado para su exhibición.

 

Incluso posee un ictiosaurio, reptil que empollaba el huevo dentro del vientre materno, en la roca original, con un peso de más de dos toneladas y el más famoso del mundo sólo después de otro fósil que tiene una cría, el cual fue donado por Alemania.

 

También cuenta con la colección de minerales y rocas más completa y antigua de México, informó Julio Caballero, jefe del Departamento de Difusión de ese Museo.

 

Actualmente, detalló, tiene tres salas tradicionales: Minerales, Rocas y Fósiles; además de una sala interactiva denominada Sistema Tierra, donde se presentan los más modernos conceptos museográficos.

 

Además del aspecto didáctico, el Museo desarrolla con éxito una dinámica de difusión, a fin de sensibilizar a la población sobre los problemas de contaminación, fracturamiento del suelo, extracción de agua subterránea, explotación de materiales de construcción.

 

Así como abastecimiento, transporte y utilización de agua en esta gran ciudad, la presencia de eventos potencialmente peligrosos como erupciones volcánicas, inundaciones y, sobre todo, la enorme necesidad de conservar el entorno ecológico en la mejor forma y el mayor tiempo posible en el planeta.

 

En el último lustro, puntualizó Julio Caballero, el número de visitantes se ha incrementado hasta alcanzar un promedio de cien mil personas cada año.

 

Su primer antecedente se dio en 1886, cuando el gobierno de México crea la Comisión Geológica Nacional, para estudiar la geología del territorio y publicar un mapa del mismo. Esto se logró en 1889, presentándose en París durante la Exposición Internacional junto con una carta minera y una de meteoritos.

 

El 17 de septiembre de 1888, siendo presidente Porfirio Díaz, el Congreso de la Unión decretó la creación del Instituto Geológico Nacional, dependiente de la Secretaría de Fomento. Se iniciaron entonces los planes para la organización y construcción del edificio que albergara a la institución.

 

El 1917 el organismo pasó a ser dependiente de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, y cambió por Departamento de Exploraciones y Estudios Geológicos. En 1929 se incorporó junto con el Sistema Sismológico Nacional a la UNAM, con el nombre que aún conserva: Instituto de Geología.

 

En 1955 se inauguran las instalaciones de Ciudad Universitaria, trasladándose a éstas la mayor parte del personal y laboratorios, y el viejo edificio quedó operando como museo, aclaró Julio Caballero.

 

El papel que ha jugado esta institución en el desarrollo científico del país es notable. En febrero de 1944, por iniciativa de este Instituto, se fundó el Comité Directivo para la Investigación de Recursos Minerales, hoy conocido como Consejo de Recursos No Renovables. En 1945 una de sus secciones pasó a integrar el Instituto de Geofísica, y posteriormente en su seno también germinó el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología. En la actualidad el Departamento de Edafología sigue la misma trayectoria.

 

Este Instituto, abundó, proporcionó personal para el Departamento de Exploración de Petróleos Mexicanos, y hoy día sus programas de vinculación lo involucran en multitud de proyectos de organismos estatales y particulares en todo el territorio nacional. El nivel de sus investigadores le permite estar presente con trabajos originales y en colaboración con instituciones de gran prestigio en los foros internacionales de mayor nivel.

 

En el diseño arquitectónico del edificio fueron considerados los señalamientos propuestos por José Aguilera, célebre personaje del ambiente geológico en México. Además, intervino en la ilustración de escenas temáticas el paisajista más renombrado del país, José María Velasco, del cual se conservan y exhiben pinturas únicas en su tipo. De ese modo el recinto también alberga tesoros artísticos.

 

Aprobados los planos, el proyecto fue encomendado al arquitecto Carlos Herrera López, y el 7 de julio de 1900 fue colocada la primera piedra por el presidente Porfirio Díaz. Se estrenó oficialmente en septiembre de 1906 con motivo de la celebración del Congreso Geológico Internacional.

 

Los elementos arquitectónicos han sido definidos en diversas formas. José Aguilera, director del instituto a principios de siglo, los definió como renacentistas, otros como grecorromanos, y los más recientes como eclécticos. La fachada pertenece al primer estilo, pues se procuró darle un aspecto monumental, con una decoración que trata de precisar el carácter del edificio, presentando inscripciones temáticas y fósiles.

 

El mobiliario y la decoración interior muestran una majestuosidad que refleja la enorme importancia económica de los resultados de exploración que se obtuvieron en aquella época. Destaca en el vestíbulo una escalera en forma helicoidal con peldaños de mármol de Carrara y una estructura de hierro fundido.

 

Son notables sus peraltes calados en grecas; la escalera es sostenida por seis columnas compuestas, cuyos capiteles son de estilo dórico y corintio.

 

En la parte media, el descanso es flanqueado por candelabros enlazados con el barandal terminando en un ramillete de cinco luces que penden de corales y pétalos forjados en hierro. Los barandales, de ese mismo material, presentan motivos botánicos aplicados delicadamente en todos sus detalles.

 

Aunado a su valor histórico, esta obra representa dentro de la arquitectura del siglo XIX el primer edificio construido con fines museográficos, donde se habrían de realizar investigaciones geológicas en un centro construido expresamente para ello.

 

En sus bodegas se custodian núcleos de perforación de proyectos de importancia mundial. Además, el Museo es objeto de numerosas donaciones que le hace la comunidad geológica nacional para su estudio y exhibición, y además cuenta con talleres de paleontología, tallado de piedras y una sala de usos múltiples, donde cotidianamente se presentan conferencias, con el fin de difundir las Ciencias de la Tierra.

 

 

Es sede de las sociedades Geológica Mexicana y Mexicana de Paleontología; así como de las asociaciones Mexicana de Geólogos Petroleros y de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México.

 

Asimismo, tiene estrecha colaboración con Protección Civil y el Servicio Geológico Metropolitano, entidades del gobierno de la ciudad.

 

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Julio Caballero, jefe del Departamento de Difusión del Museo del Instituto de Geología de la UNAM, habló sobre el primer siglo que cumple este edificio.

 

FOTO 02.

El Museo del Instituto de Geología de la UNAM, que cumple cien años de ser un centro de estudios y exhibiciones científicas, resguarda 60 kilogramos de la meteorita Allende.

 

FOTO 03

El público en general puede visitar las salas de Minerales, Rocas y Fósiles del Museo del Instituto de Geología de la UNAM; además de una sala interactiva denominada Sistema Tierra.

 

FOTO 04

En el Museo del Instituto de Geología de la UNAM, que cumple cien años de dar servicio, puede observarse el esqueleto de un mamut encontrado en Puebla.

 

FOTO 05

La fachada del Museo del Instituto de Geología de la UNAM es de estilo neoclásico, que refleja la prosperidad obtenida por la extracción minera en nuestro país.