Boletín
UNAM-DGCS-671
Ciudad Universitaria
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final del boletín
CUMPLE EL MUSEO
DE GEOLOGÍA DE LA UNAM UN SIGLO DE
HISTORIA
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Primer edificio de México creado con una idea
museográfica, y que desde su diseño ha conservado su vocación como centro de
estudios y exhibiciones
·
Alberga tesoros científicos, como 60 kilogramos
de la meteorita Allende; un mamut original y el fósil de un ictiosaurio, entre
otros
·
Cuenta con las salas de Minerales, Rocas y
Fósiles; además de la sala interactiva Sistema Tierra, que son visitadas por un
promedio de cien mil personas al año
El Museo del Instituto de Geología de la
UNAM, primer edificio de México creado con una idea museográfica y que desde su
diseño ha conservado la vocación de ser un centro de estudios y exhibiciones
científicas, cumple su primer siglo de vida.
Hoy, ese recinto alberga verdaderos tesoros
científicos, como 60 kilogramos de la meteorita Allende, la más importante del
mundo por ser una piedra con más edad que el Sistema Solar y más cara que el
oro; además de un mamut original descubierto en la carretera a Puebla, que
llegó al vetusto edificio de Santa María La Ribera, donde fue armado para su
exhibición.
Incluso posee un ictiosaurio, reptil que
empollaba el huevo dentro del vientre materno, en la roca original, con un peso
de más de dos toneladas y el más famoso del mundo sólo después de otro fósil
que tiene una cría, el cual fue donado por Alemania.
También cuenta con la colección de minerales
y rocas más completa y antigua de México, informó Julio Caballero, jefe del
Departamento de Difusión de ese Museo.
Actualmente,
detalló, tiene tres salas tradicionales: Minerales, Rocas y Fósiles; además de
una sala interactiva denominada Sistema Tierra, donde se presentan los más
modernos conceptos museográficos.
Además
del aspecto didáctico, el Museo desarrolla con éxito una dinámica de difusión,
a fin de sensibilizar a la población sobre los problemas de contaminación,
fracturamiento del suelo, extracción de agua subterránea, explotación de
materiales de construcción.
Así
como abastecimiento, transporte y utilización de agua en esta gran ciudad, la
presencia de eventos potencialmente peligrosos como erupciones volcánicas,
inundaciones y, sobre todo, la enorme necesidad de conservar el entorno
ecológico en la mejor forma y el mayor tiempo posible en el planeta.
En
el último lustro, puntualizó Julio Caballero, el número de visitantes se ha
incrementado hasta alcanzar un promedio de cien mil personas cada año.
Su
primer antecedente se dio en 1886, cuando el gobierno de México crea la
Comisión Geológica Nacional, para estudiar la geología del territorio y
publicar un mapa del mismo. Esto se logró en 1889, presentándose en París
durante la Exposición Internacional junto con una carta minera y una de
meteoritos.
El
17 de septiembre de 1888, siendo presidente Porfirio Díaz, el Congreso de la
Unión decretó la creación del Instituto Geológico Nacional, dependiente de la
Secretaría de Fomento. Se iniciaron entonces los planes para la organización y
construcción del edificio que albergara a la institución.
El
1917 el organismo pasó a ser dependiente de la Secretaría de Industria,
Comercio y Trabajo, y cambió por Departamento de Exploraciones y Estudios
Geológicos. En 1929 se incorporó junto con el Sistema Sismológico Nacional a la
UNAM, con el nombre que aún conserva: Instituto de Geología.
En
1955 se inauguran las instalaciones de Ciudad Universitaria, trasladándose a
éstas la mayor parte del personal y laboratorios, y el viejo edificio quedó
operando como museo, aclaró Julio Caballero.
El
papel que ha jugado esta institución en el desarrollo científico del país es
notable. En febrero de 1944, por iniciativa de este Instituto, se fundó el
Comité Directivo para la Investigación de Recursos Minerales, hoy conocido como
Consejo de Recursos No Renovables. En 1945 una de sus secciones pasó a integrar
el Instituto de Geofísica, y posteriormente en su seno también germinó el
Instituto de Ciencias del Mar y Limnología. En la actualidad el Departamento de
Edafología sigue la misma trayectoria.
Este
Instituto, abundó, proporcionó personal para el Departamento de Exploración de
Petróleos Mexicanos, y hoy día sus programas de vinculación lo involucran en
multitud de proyectos de organismos estatales y particulares en todo el
territorio nacional. El nivel de sus investigadores le permite estar presente
con trabajos originales y en colaboración con instituciones de gran prestigio
en los foros internacionales de mayor nivel.
En
el diseño arquitectónico del edificio fueron considerados los señalamientos
propuestos por José Aguilera, célebre personaje del ambiente geológico en
México. Además, intervino en la ilustración de escenas temáticas el paisajista
más renombrado del país, José María Velasco, del cual se conservan y exhiben
pinturas únicas en su tipo. De ese modo el recinto también alberga tesoros
artísticos.
Aprobados
los planos, el proyecto fue encomendado al arquitecto Carlos Herrera López, y
el 7 de julio de 1900 fue colocada la primera piedra por el presidente Porfirio
Díaz. Se estrenó oficialmente en septiembre de 1906 con motivo de la
celebración del Congreso Geológico Internacional.
Los
elementos arquitectónicos han sido definidos en diversas formas. José Aguilera,
director del instituto a principios de siglo, los definió como renacentistas,
otros como grecorromanos, y los más recientes como eclécticos. La fachada
pertenece al primer estilo, pues se procuró darle un aspecto monumental, con
una decoración que trata de precisar el carácter del edificio, presentando
inscripciones temáticas y fósiles.
El
mobiliario y la decoración interior muestran una majestuosidad que refleja la
enorme importancia económica de los resultados de exploración que se obtuvieron
en aquella época. Destaca en el vestíbulo una escalera en forma helicoidal con
peldaños de mármol de Carrara y una estructura de hierro fundido.
Son
notables sus peraltes calados en grecas; la escalera es sostenida por seis
columnas compuestas, cuyos capiteles son de estilo dórico y corintio.
En
la parte media, el descanso es flanqueado por candelabros enlazados con el
barandal terminando en un ramillete de cinco luces que penden de corales y
pétalos forjados en hierro. Los barandales, de ese mismo material, presentan
motivos botánicos aplicados delicadamente en todos sus detalles.
Aunado
a su valor histórico, esta obra representa dentro de la arquitectura del siglo
XIX el primer edificio construido con fines museográficos, donde se habrían de
realizar investigaciones geológicas en un centro construido expresamente para
ello.
En
sus bodegas se custodian núcleos de perforación de proyectos de importancia
mundial. Además, el Museo es objeto de numerosas donaciones que le hace la
comunidad geológica nacional para su estudio y exhibición, y además cuenta con
talleres de paleontología, tallado de piedras y una sala de usos múltiples,
donde cotidianamente se presentan conferencias, con el fin de difundir las
Ciencias de la Tierra.
Es
sede de las sociedades Geológica Mexicana y Mexicana de Paleontología; así como
de las asociaciones Mexicana de Geólogos Petroleros y de Ingenieros de Minas,
Metalurgistas y Geólogos de México.
Asimismo,
tiene estrecha colaboración con Protección Civil y el Servicio Geológico
Metropolitano, entidades del gobierno de la ciudad.
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FOTO 01
Julio Caballero, jefe del
Departamento de Difusión del Museo del Instituto de Geología de la UNAM, habló
sobre el primer siglo que cumple este edificio.
FOTO 02.
El Museo del
Instituto de Geología de la UNAM, que cumple cien años de ser un centro de
estudios y exhibiciones científicas, resguarda 60 kilogramos de la meteorita
Allende.
FOTO 03
El público en
general puede visitar las salas de Minerales, Rocas y Fósiles del Museo del
Instituto de Geología de la UNAM; además de una sala interactiva denominada
Sistema Tierra.
FOTO 04
En el Museo del
Instituto de Geología de la UNAM, que cumple cien años de dar servicio, puede
observarse el esqueleto de un mamut encontrado en Puebla.
FOTO 05
La fachada del
Museo del Instituto de Geología de la UNAM es de estilo neoclásico, que refleja
la prosperidad obtenida por la extracción minera en nuestro país.