Boletín
UNAM-DGCS-645
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final del boletín
INVESTIGAN EN LA UNAM EL MAL DE PARKINSON
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Aunque aún es incurable, existen y se
desarrollan estrategias que permiten a los pacientes tener una mejor calidad de
vida
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Aseguró René Drucker, coordinador de la
Investigación Científica, quien busca llevar células madre o troncales desde la
zona subventicular hasta el área del cerebro lesionada
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Participó en el XXV Coloquio de Investigación
de la FES Iztacala
Investigadores de la UNAM, encabezados
por René Drucker Colín, coordinador de la Investigación Científica, han
desarrollado diferentes trabajos para tratar la enfermedad de Parkinson, que
aunque aún es incurable, permiten incrementar la calidad de vida de los
pacientes.
En el más reciente de ellos
pretenden llevar células madre o troncales desde la zona subventicular hasta el
área del cerebro lesionada, introduciéndole a dichas células nanopartículas
ferromagnéticas y colocando en la zona lesionada un nanomagneto, con el
objetivo de que ahí se diferencien y produzcan dopamina, adelantó el propio
Drucker Colín.
Al participar en el XXV
Coloquio de Investigación de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala
–donde estuvo acompañado del titular de esa entidad, Ramiro Jesús Sandoval–,
expuso que en poco tiempo, dos o tres años, habrá alrededor de 40 millones de
afectados en el mundo con ese trastorno.
Se trata de un padecimiento
que surge, en general, a partir de la sexta década de la vida (aunque 10 por
ciento padece Parkinson juvenil) y el número de casos crece debido al aumento
en la expectativa de vida de la población. De ahí su importancia, agregó.
Al dictar la conferencia
magistral Estrategias futuras para enfrentar la enfermedad de Parkinson,
recordó que este mal es neurodegenerativo y progresivo, relacionado con
desórdenes del movimiento. Sus características clínicas son el temblor en
reposo, la dificultad para iniciar movimiento y, en su parte incapacitante, la
rigidez muscular.
Al inicio, añadió, se puede
tratar con medicamentos que permiten reducir la sintomatología clínica; sin
embargo, con el paso del tiempo los fármacos dejan de tener efectividad y al
cabo de 6 ó 7 años los pacientes presentan grandes dificultades; entonces, las
alternativas que se ofrecen son quirúrgicas.
En el auditorio del Centro
Cultural de la FES explicó que la enfermedad tiene que ver con el sistema de
ganglios basales; deriva de la degeneración de neuronas que se localizan en la
región denominada sustancia nigra, en la cual se produce el 80 por ciento de la
dopamina cerebral.
“Cuando se degenera esa zona,
las aferencias hacia los ganglios basales se deterioran, se disminuye el aporte
de dopamina hacia estas estructuras y como consecuencia, los pacientes empiezan
a tener los síntomas”, detalló.
En los últimos 20 años, dijo,
se han hecho trasplantes de células dopaminérgicas en la zona lesionada de
modelos animales, empero, la mejoría no va más allá del 50 por ciento.
Hace 18 años, abundó, en
México fuimos los primeros en el mundo en hacer transplantes en pacientes con
la misma idea de colocar células dopaminérgicas en la zona de los ganglios
basales, en particular en la zona del núcleo caudado.
Así se encontró que en algunos
pacientes si ocurría mejoría (tres o cuatro de cada 10) y durante un tiempo
determinado se registraba una reducción de los síntomas. No obstante, no se
resuelve el problema, aclaró.
Por ello, expresó el ganador
del Premio Nacional de Ciencias, en los últimos años se ha buscado una serie de
alternativas que puedan facilitar o hacer más sencillo el procedimiento.
Había que averiguar el mejor
tipo de célula que sustituyera a las dopaminérgicas degeneradas. Se trabajó
entonces con las de la médula suprarrenal, llamadas cromafines, que son de tipo
hormonal, las cuales tienen la propiedad de diferenciarse en otras de tipo
neuronal. Además se observó que con ayuda de campos magnéticos se puede lograr
esa diferenciación, especificó.
De un donador se obtuvo la
médula suprarrenal; se cultivaron las células y se aplicaron campos magnéticos.
Al cabo de 10 días se habían transformado. Entonces fueron transplantadas en
dos sitios diferentes del núcleo caudado de una paciente que tomaba la dosis
más alta de medicamento, apuntó.
Gracias al procedimiento se redujo
en 70 por ciento la dosis del fármaco y se tuvo una mejoría clara en la
enferma. También se le hizo una tomografía por emisión de positrones (PET)
donde se midió la cantidad de receptores dopaminérgicos en el núcleo caudado;
se observó que después del transplante aumentaba de forma significativa; es
decir, se incrementó el metabolismo celular en la zona de los ganglios, indicó.
Después de ocho meses de la
inyección de alrededor de un millón de células cromafines diferenciadas en
células dopaminérgicas tipo neuronal, se notó que la paciente estaba más
erguida y se movía con más facilidad. Todavía padece Parkinson, pero con este
procedimiento (efectuado con anestesia local) mejoró su calidad de vida,
informó.
Recientemente, René Drucker y
su equipo han decidido aplicar los campos magnéticos transcraneales para
diferenciar las células cromafines in situ. Se ha visto que mejora la
sintomatología.
Asimismo, llevar las células
troncales o madre electrofisiológicamente activas que aparecen en la pared del ventrículo
lateral, como resultado de la lesión de la sustancia nigra y los transplantes,
a donde se necesitan para que ahí se diferencien en dopaminérgicas.
El problema, recalcó Drucker
Colín, es que no hay caminos de
migración. Eso es lo que se requiere, generarlos. Para lograrlo se pensó
introducir en esas células las nanopartículas ferromagnéticas y colocar en la
zona lesionada el nanomagneto para tratar de atraerlas, como un imán, hacia
donde son requeridas y renovar así la zona lesionada.
Con eso quizás podríamos
resolver el mal, expuso el coordinador de la Investigación Científica, aunque
pasarán varios años antes de que ese procedimiento se haga en humanos. Hasta
ahora “ninguna solución es perfecta porque el Parkinson es una enfermedad
progresiva y degenerativa”, finalizó.
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FOTO 1
René Drucker
Colín, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, aseguró que la
enfermedad de Parkinson todavía es incurable, aunque se puede incrementar la
calidad de vida de los pacientes.
FOTO 2.
Ramiro Jesús
Sandoval y René Drucker Colín, previo a la conferencia magistral Estrategias
futuras para enfrentar la enfermedad de Parkinson, que dictó el segundo en la
FES Iztacala de la UNAM.