06:00  hrs.  21 de Agosto de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-621

Ciudad Universitaria


Patricia Dávila

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EL PROFUNDO DETERIORO AMBIENTAL DE MÉXICO, ESTUDIO MULTIDISCIPLINARIO EN LA UNAM

 

·        Buscan reestablecer las cuencas de los ríos Magdalena, en el DF; Zapotitlán, Puebla; Apatlaco y Tembembe, Morelos; así como en la cuenca de Cuitzeo, Michoacán

·        Ello como parte del macroproyecto Manejo de ecosistemas y desarrollo humano, informó Patricia Dávila, su coordinadora

·        Se pretende construir una red de investigación universitaria, enfocada al manejo sustentable de los ecosistemas, dijo

 

Ante el profundo deterioro ambiental que padecen los ecosistemas en el país, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México trabajan en el diagnóstico y restauración de cuatro áreas fundamentales para el territorio nacional.

 

Se trata de las cuencas de los ríos Magdalena, Distrito Federal; Zapotitlán, Puebla; y Apatlaco y Tembembe, Morelos; así como en la de Cuitzeo, Michoacán. En ellas, más de 150 especialistas, técnicos y estudiantes, entre sociólogos, economistas, biólogos, geógrafos, edafólogos e hidrólogos, trabajan mediante el macroproyecto Manejo de ecosistemas y desarrollo humano.

 

Al respecto, Patricia Dávila Aranda, coordinadora de este macroproyecto perteneciente al Programa Transdisciplinario en Investigación y Desarrollo para Facultades y Escuelas, explicó que se busca construir una red enfocada al manejo sustentable de los ecosistemas, a fin de generar modelos aplicados de ordenamiento, conservación, uso y restauración de los valores, recursos y servicios ambientales.

 

La también jefa de la División de Investigación y Posgrado de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, aseguró que si en unos cuantos años llegan a responder las preguntas que se han planteado y arribar a los objetivos establecidos, “se resolverán muchos problemas en las diferentes regiones del país”.

 

Reconoció que es factible manejar de manera adecuada los ecosistemas afectados. Si bien no hay recetas únicas, porque no es posible establecer un modelo para todas las regiones afectadas, sí hay principios y esquemas o direcciones generales, que es lo que se pretende aportar.

 

Dávila Aranda afirmó que es viable atacar la problemática de las zonas analizadas mediante el ordenamiento, pero al mismo tiempo trabajando con las comunidades, que son la parte más importante.

 

Expuso que la única forma de hacer un buen manejo de los recursos, es trabajando con las propias comunidades. Es decir, aquella idea de conservar los ecosistemas con bardas y que nadie entrara en ellos es utópica, porque ese patrimonio se tiene que utilizar, la gente lo necesita y vive de él.

 

“Por desgracia, la situación del país y del mundo nos ha llevado a trabajar en cuestiones de remediación o restauración de ambientes que han sido degradados, mutilados o deteriorados,  e intentar recuperar un sistema si bien no como estaba en sus orígenes, sí algo más cercano”, añadió.

 

De esa forma, en colaboración con el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM), en Morelos; la Facultad de Ciencias (FC) y el Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco), en Michoacán, comenzaron a trabajar en las cuatro áreas, cada una encabezada por una entidad, pero con la participación de todos.

 

Detalló que en la cuenca de los ríos Apatlaco y Tembembe, en el norponiente de Morelos, académicos del CRIM laboran en las barrancas que alimentan de agua a Cuernavaca, una ciudad que crece de manera importante, pero que registra graves problemas de contaminación.

 

Por ello, dijo que en esa zona se trabaja en el ordenamiento territorial, aunque también se colabora estrechamente a nivel de comunidades, al impulsar su restauración. Incluso, se creó una estación para ello, desde la cual pueden desarrollarse actividades de viveros y ecológicas, para rehabilitar el medio.

 

En tanto, precisó, en la cuenca del Río de Zapotitlán, Puebla, a cargo de la FES Iztacala, se trabaja en el Valle de Tehuacán Culcatlán, en particular con la comunidad de la colonia San Martín, donde uno de los graves problemas es la leña, que no sólo utilizan para consumo doméstico, sino que también representa una entrada.

 

La leña del mezquite es la única unidad de aprovechamiento que pueden tener a lo largo del año. Empero, sostuvo, la presión a que han sido sometidos los árboles, que no son muchos, ha sido enorme.

 

Por ello, indicó la coordinadora del macroproyecto, “estamos haciendo un esquema para quitarle presión a su demanda, mediante el uso de otras plantas y unidades productivas. Además de un sistema de reforestación.

 

“En ambas áreas, en las que se colabora con las comunidades locales, se tienen varios años de apoyo, y por lo tanto un amplio bagaje de conocimientos. Pero las otras dos son menos conocidas”, apuntó.

 

Señaló que la FC comenzó a estudiar la situación de la cuenca del Río Magdalena, en la delegación Magdalena Contreras, casi el único pulmón que queda en la Ciudad de México y uno de los centros de captación y formación de agua en la zona metropolitana.

 

Lamentablemente, refirió la investigadora universitaria, este lugar no cuenta con ningún tipo de protección de manejo de recursos ni de conocimiento. Pero aún no se puede trabajar con las comunidades, porque se necesita reunir toda la información territorial biológica, climática, y del movimiento y captación del vital líquido.

 

De forma similar, agregó, el CIEco labora en la cuenca de Cuitzeo. Este lago es una masa de agua impresionante que alimenta en buena medida a la ciudad de Morelia y que tiene problemas de contaminación importantes, en buena medida por el mal manejo de ese cuerpo hidrológico y de sus alrededores.

 

Ahí se busca estudiar los procesos de degradación del ambiente de la cuenca con un enfoque integral sociedad-ambiente, inducidos por los procesos de urbanización, crecimiento demográfico, emigración y cambios de uso de suelo. Es decir, aclaró, se empieza por el ordenamiento y el diagnóstico.

 

Reiteró que aún trabajando zonas totalmente desiguales, con niveles de conocimiento diferentes y condiciones ambientales distintas (zonas áridas, semiáridas, medio-selvas y bosque templado), se tienen intereses comunes.

 

La idea es construir un marco conceptual uniforme en el que se tenga una misma manera de enfocar las situaciones, independientemente de la región, y con ello una serie de modelos y metodologías que permitan enfrentar, junto con la población, los problemas ambientales; así como crear sistemas que puedan aplicarse en otros lugares, argumentó.

 

Patricia Dávila comentó que parte importante de este macroproyecto es la formación de recursos, ya que en estas cuatro zonas hay una cantidad importante de estudiantes involucrados de las entidades universitarias.

 

Concluyó que si los resultados que se obtengan son los esperados, “dentro de algunos años podríamos trabajar en otras regiones, aunque sean diferentes a todas éstas, siguiendo las pautas y experiencias adquiridas”.

 

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FOTO 01

Patricia Dávila explicó el macroproyecto Manejo de ecosistemas y desarrollo humano, del Programa Transdisciplinario en Investigación y Desarrollo para Facultades y Escuelas de la UNAM.

 

FOTO 02.

La UNAM labora en el diagnóstico y restauración de cuatro áreas esenciales para México, con el macroproyecto Manejo de ecosistemas y desarrollo humano, afirmó su coordinadora, Patricia Dávila.