Boletín
UNAM-DGCS-621
Ciudad Universitaria
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EL PROFUNDO DETERIORO
AMBIENTAL DE MÉXICO, ESTUDIO MULTIDISCIPLINARIO EN LA UNAM
·
Buscan reestablecer las cuencas de los ríos
Magdalena, en el DF; Zapotitlán, Puebla; Apatlaco y Tembembe, Morelos; así como
en la cuenca de Cuitzeo, Michoacán
·
Ello como parte del macroproyecto Manejo de
ecosistemas y desarrollo humano, informó Patricia Dávila, su coordinadora
·
Se pretende construir una red de
investigación universitaria, enfocada al manejo sustentable de los ecosistemas,
dijo
Ante el profundo deterioro
ambiental que padecen los ecosistemas en el país, investigadores de la
Universidad Nacional Autónoma de México trabajan en el diagnóstico y
restauración de cuatro áreas fundamentales para el territorio nacional.
Se trata de las cuencas de los
ríos Magdalena, Distrito Federal; Zapotitlán, Puebla; y Apatlaco y Tembembe,
Morelos; así como en la de Cuitzeo, Michoacán. En ellas, más de 150
especialistas, técnicos y estudiantes, entre sociólogos, economistas, biólogos,
geógrafos, edafólogos e hidrólogos, trabajan mediante el macroproyecto Manejo
de ecosistemas y desarrollo humano.
Al respecto, Patricia Dávila Aranda, coordinadora de este
macroproyecto perteneciente al Programa Transdisciplinario en Investigación y
Desarrollo para Facultades y Escuelas, explicó que se busca construir una red
enfocada al manejo sustentable de los ecosistemas, a fin de generar modelos
aplicados de ordenamiento, conservación, uso y restauración de los valores,
recursos y servicios ambientales.
La también jefa de la División
de Investigación y Posgrado de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala,
aseguró que si en unos cuantos años llegan a responder las preguntas que se han
planteado y arribar a los objetivos establecidos, “se resolverán muchos
problemas en las diferentes regiones del país”.
Reconoció que es factible
manejar de manera adecuada los ecosistemas afectados. Si bien no hay recetas
únicas, porque no es posible establecer un modelo para todas las regiones
afectadas, sí hay principios y esquemas o direcciones generales, que es lo que
se pretende aportar.
Dávila Aranda afirmó que es
viable atacar la problemática de las zonas analizadas mediante el ordenamiento,
pero al mismo tiempo trabajando con las comunidades, que son la parte más
importante.
Expuso que la única forma de
hacer un buen manejo de los recursos, es trabajando con las propias
comunidades. Es decir, aquella idea de conservar los ecosistemas con bardas y
que nadie entrara en ellos es utópica, porque ese patrimonio se tiene que
utilizar, la gente lo necesita y vive de él.
“Por desgracia, la situación
del país y del mundo nos ha llevado a trabajar en cuestiones de remediación o
restauración de ambientes que han sido degradados, mutilados o
deteriorados, e intentar recuperar un
sistema si bien no como estaba en sus orígenes, sí algo más cercano”, añadió.
De esa forma, en colaboración
con el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM), en
Morelos; la Facultad de Ciencias (FC) y el Centro de Investigaciones en
Ecosistemas (CIEco), en Michoacán, comenzaron a trabajar en las cuatro áreas,
cada una encabezada por una entidad, pero con la participación de todos.
Detalló que en la cuenca de
los ríos Apatlaco y Tembembe, en el norponiente de Morelos, académicos del CRIM
laboran en las barrancas que alimentan de agua a Cuernavaca, una ciudad que
crece de manera importante, pero que registra graves problemas de
contaminación.
Por ello, dijo que en esa zona
se trabaja en el ordenamiento territorial, aunque también se colabora
estrechamente a nivel de comunidades, al impulsar su restauración. Incluso, se
creó una estación para ello, desde la cual pueden desarrollarse actividades de
viveros y ecológicas, para rehabilitar el medio.
En tanto, precisó, en la cuenca
del Río de Zapotitlán, Puebla, a cargo de la FES Iztacala, se trabaja en el
Valle de Tehuacán Culcatlán, en particular con la comunidad de la colonia San
Martín, donde uno de los graves problemas es la leña, que no sólo utilizan para
consumo doméstico, sino que también representa una entrada.
La leña del mezquite es la
única unidad de aprovechamiento que pueden tener a lo largo del año. Empero,
sostuvo, la presión a que han sido sometidos los árboles, que no son muchos, ha
sido enorme.
Por ello, indicó la
coordinadora del macroproyecto, “estamos haciendo un esquema para quitarle
presión a su demanda, mediante el uso de otras plantas y unidades productivas.
Además de un sistema de reforestación.
“En ambas áreas, en las que se
colabora con las comunidades locales, se tienen varios años de apoyo, y por lo
tanto un amplio bagaje de conocimientos. Pero las otras dos son menos
conocidas”, apuntó.
Señaló que la FC comenzó a
estudiar la situación de la cuenca del Río Magdalena, en la delegación
Magdalena Contreras, casi el único pulmón que queda en la Ciudad de México y
uno de los centros de captación y formación de agua en la zona metropolitana.
Lamentablemente, refirió la
investigadora universitaria, este lugar no cuenta con ningún tipo de protección
de manejo de recursos ni de conocimiento. Pero aún no se puede trabajar con las
comunidades, porque se necesita reunir toda la información territorial
biológica, climática, y del movimiento y captación del vital líquido.
De forma similar, agregó, el
CIEco labora en la cuenca de Cuitzeo. Este lago es una masa de agua
impresionante que alimenta en buena medida a la ciudad de Morelia y que tiene
problemas de contaminación importantes, en buena medida por el mal manejo de
ese cuerpo hidrológico y de sus alrededores.
Ahí se busca estudiar los
procesos de degradación del ambiente de la cuenca con un enfoque integral
sociedad-ambiente, inducidos por los procesos de urbanización, crecimiento
demográfico, emigración y cambios de uso de suelo. Es decir, aclaró, se empieza
por el ordenamiento y el diagnóstico.
Reiteró que aún trabajando
zonas totalmente desiguales, con niveles de conocimiento diferentes y
condiciones ambientales distintas (zonas áridas, semiáridas, medio-selvas y
bosque templado), se tienen intereses comunes.
La idea es construir un marco
conceptual uniforme en el que se tenga una misma manera de enfocar las
situaciones, independientemente de la región, y con ello una serie de modelos y
metodologías que permitan enfrentar, junto con la población, los problemas
ambientales; así como crear sistemas que puedan aplicarse en otros lugares,
argumentó.
Patricia Dávila comentó que
parte importante de este macroproyecto es la formación de recursos, ya que en
estas cuatro zonas hay una cantidad importante de estudiantes involucrados de
las entidades universitarias.
Concluyó que si los resultados
que se obtengan son los esperados, “dentro de algunos años podríamos trabajar
en otras regiones, aunque sean diferentes a todas éstas, siguiendo las pautas y
experiencias adquiridas”.
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FOTO 01
Patricia Dávila
explicó el macroproyecto Manejo de ecosistemas y desarrollo humano, del
Programa Transdisciplinario en Investigación y Desarrollo para Facultades y
Escuelas de la UNAM.
FOTO 02.
La UNAM labora en
el diagnóstico y restauración de cuatro áreas esenciales para México, con el
macroproyecto Manejo de ecosistemas y desarrollo humano, afirmó su
coordinadora, Patricia Dávila.