12:30 hrs.  03 de Agosto de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-578

Ciudad Universitaria

 

 


Isabel Moya

Pie de fotos al final del boletín  

 

CONSTITUYE EL CUERPO FEMENINO

REPRODUCCIÓN DEL PENSAMIENTO HEGEMÓNICO

 

·        Aseveró en la UNAM la especialista Isabel Moya, durante la conferencia Ese Cuerpo Orlado de Bellezas

·        Tan sólo en Estados Unidos uno de cada tres mensajes incluyen definiciones sobre atractivo físico, agregó

·        El arquetipo de la belleza es utilizado como indicador para medir el grado de civilización de las culturas: Natividad Gutiérrez, del IIS

 

La representación del cuerpo de la mujer en mensajes articulados en una dinámica global y dentro de un proceso de integración, constituye una de las formas que el pensamiento hegemónico utiliza en sus actuales estrategias de reproducción, afirmó en la UNAM la especialista Isabel Moya Richard.

 

Ello puede advertirse en que 56 por ciento de los comerciales dirigidos a mujeres jóvenes y 57 por ciento de las revistas femeninas en nuestro país hablan sobre belleza. Tan sólo en Estados Unidos uno de cada tres mensajes incluyen definiciones sobre atractivo físico, agregó la profesora de la Universidad de la Habana, Cuba.

 

Por su parte, Natividad Gutiérrez Chong, coordinadora de la Revista Mexicana de Sociología del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional, subrayó que una de las facetas del cuerpo femenino está representada como patria y nación.

 

Además, argumentó, el arquetipo de la belleza ha sido utilizado como un indicador para medir el grado de civilización de las culturas, desde el siglo XIX. Hoy, con los medios de comunicación y la tecnología, este prejuicio se ha adaptado.

 

Al dictar la conferencia Ese cuerpo orlado de bellezas, Moya Richard indicó que la representación de la eterna juventud de la mujer en los medios masivos no sólo niega las edades, sino que afirma que únicamente hay un ciclo vital válido: la etapa reproductiva, al constituir expresión de ejercicio del poder para asegurar el control de las almas y cuerpos femeninos, en tiempos en donde emergen nuevos paradigmas de equidad.

 

Consideró que la diferencia fundamental entre hombres y mujeres se expresa desde el lenguaje, que a su vez califica la relación que se establece con la otra persona. El cuerpo humano es una representación, una narración de los otros y las otras, una expresión simbólica de lo que somos, o por lo menos de lo que pretendemos ser, una construcción social a partir de una realidad biológica, un discurso del yo, donde cuerpo y cultura se complementan.

 

Sin embargo, dijo, la corporeidad masculina es también objeto de representación con algunas variantes, sobre todo a partir de los años noventa.

 

De acuerdo con Isabel Moya, las experiencias humanas se socializan en la era de las nuevas tecnologías de la información a través de los medios de comunicación masiva; la representación mediática del cuerpo, en particular del femenino, es expresión de la dominación falocéntrica al proponerlo como norma y paradigma para ser considerada un objeto del deseo del varón.

 

En este sentido, explicó que la aspiración de los hombres es llegar a poseer una mujer físicamente como dicta la norma, y el no alcanzarla le genera profunda frustración, se convierte en un perdedor; la referencia despectiva al físico de su pareja es una de las formas de violencia psicológica a la que se apela con frecuencia, pues se sabe la connotación humillante a partir de la autoestima que ello tiene para su contraparte.

 

“El cuerpo femenino configurado en un destino negador del devenir, es dependiente de mandatos que coartan y condicionan su ejercicio de la libertad en condiciones de igualdad. La mujer muere no cuando deja de latir su corazón, sino cuando su cuerpo deja de ser el objeto del deseo del otro; es una muerte simbólica que se anticipa a la física y es igualmente temida”, señaló.

 

En este contexto, expuso que al proponer un cuerpo femenino atemporal para situar el lugar de las mujeres en la sociedad, se sigue legitimando la naturalización de lo biológico como una definición de lo humano femenino, que ignora las implicaciones culturales.

 

Un ejemplo de ello, añadió, es que en las telenovelas, los videoclips y la publicidad, el cuerpo femenino predominante sigue respondiendo a los arquetipos prefabricados en las obras de la homogenización cultural patriarcal. En el tercer milenio los fantasmas de la dominación androcéntrica esgrimen también el cuerpo como pretexto tras los nuevos despliegues tecnológicos que sobreviven los viejos contenidos, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01.

 

Las especialistas Isabel Moya Richard y Natividad Gutiérrez Chong, durante la conferencia Ese cuerpo orlado de bellezas, en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

 

 

FOTO 02

 

Asistentes a la conferencia Ese cuerpo orlado de bellezas, efectuada en el IIS de la UNAM, en donde investigadoras hablaron sobre la representación del cuerpo femenino en los mensajes comerciales.