06:00 hrs.  30 julio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-568

Ciudad Universitaria

 


Juan Carlos Hernández Guerrero

 

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USO EXCESIVO DEL FLÚOR  PROVOCA DAÑOS A LA SALUD

 

·        Altera el proceso de mineralización del esmalte dental, aseguraron investigadores de la Facultad de Odontología de la UNAM

·        Se han identificado diferentes fuentes, como pastas dentales y enjuagues bucales, sal de mesa, agua y refrescos, explicó Juan Carlos Hernández Guerrero

·        Su empleo indiscriminado puede provocar otras alteraciones como fluorosis esquelética y daños renales, reveló

 

El uso excesivo del flúor durante la dentición primaria y secundaria, que altera el proceso de mineralización del esmalte dental (o fluorosis), se ha convertido en un problema de salud pública cuya incidencia va en aumento, aseguraron integrantes del Laboratorio de Inmunología de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Odontología de la UNAM.

 

En el adulto, su consumo en altas concentraciones es capaz de provocar fluorosis esqueletal, alteraciones en el ritmo cardíaco, afecciones renales y trastornos inmunitarios. Incluso, agregaron, algunos reportes científicos en animales lo han asociado con neoplasia maligna del hueso u osteosarcoma.

 

Juan Carlos Hernández Guerrero expuso que en México son escasos los estudios de factores de riesgo para su desarrollo en los dientes. Sin embargo, las investigaciones realizadas en su Laboratorio han identificado fuentes de flúor en diferentes productos de consumo humano, tales como pastas dentales y enjuagues bucales, jugos, néctares y refrescos, que "deberían estar regulados por normas oficiales".

 

Sin embargo, añadió, en el caso de la sal de mesa, el agua envasada y potable, que sí cuentan con normatividad, no existe un adecuado monitoreo, tal y como lo muestran los resultados de los análisis realizados ahí mismo. Estas conclusiones se apoyan con el incremento en los casos de fluorosis, que no se acompañan con reducción en los índices de caries, como debiera esperarse.

 

María Dolores Jiménez Farfán refirió que el flúor había sido considerado como la solución para reducir la caries. Sin embargo, su uso indiscriminado provoca otras alteraciones que inicialmente son estéticas: opacidades y cambios de coloración llamadas “manchas fluoróticas”; pero de acuerdo con su severidad pueden crear poros en la estructura dentaria, al establecer zonas susceptibles de ser atacadas por microorganismos, y se crea así una contradicción.

 

Lilia Adriana Juárez López explicó que en la actualidad, en ese Laboratorio se desarrolla un proyecto de investigación sobre excreción urinaria de flúor en preescolares, para "conocer el metabolismo de ese ion en los pequeños, porque es cuando sucede la odontogénesis".

 

Cuando se cepilla los dientes, el niño se come la pasta. De lo que se ingiere se reabsorbe la mayor parte a nivel intestinal, desde donde pasa a los tejidos duros: dientes y huesos. Los menores excretan alrededor del 30 por ciento y retienen el 70, precisó.

 

Por eso es tan importante el trabajo de los investigadores universitarios en cuanto a establecer las dosis exactas para prevenir la caries, sin el riesgo de desarrollar otras alteraciones, subrayó.

 

La prevalencia de fluorosis dental es variable en cada entidad; en la Ciudad de México, según estudio del propio Laboratorio, dijo, es de 60 a 70 por ciento, donde el grado de afectación observado es leve. Aunque ya se reportan algunos casos de moderado a severo.

 

Ese, aseveró Dolores Jiménez, es un indicador de que se ingieren dosis inadecuadas, aún en la capital, que no es considerada como zona endémica de fluorosis, basados en la cantidad existente en el agua potable. Las zonas así detectadas son San Luis Potosí, Zacatecas, Hidalgo, Guanajuato, Baja California Sur y algunas partes del Estado de México.

 

Son múltiples los factores que influyen en el desarrollo de la fluorosis dental, aclaró Juan Carlos Hernández. Uno de ellos es la altitud, que en el caso de la Ciudad de México es de 2 mil 200 metros sobre el nivel del mar. Este factor altera el metabolismo del ión en el humano, dado que a mayor altura, menor es su excreción urinaria.

 

Además, apuntó, se encuentra en una zona volcánica, donde el agua potable que se extrae proviene de yacimientos cada vez más profundos, en los cuales hay mayores concentraciones de flúor.

 

México, sostuvo, tiene un programa de fluoración de la sal de mesa desde la década pasada, el cual se instrumentó para combatir la caries en forma masiva; sin embargo, no se hicieron estudios previos ni diagnósticos, por lo que las concentraciones establecidas fueron tomadas de los resultados en otros países.

 

"La gente desconoce que debe dosificar la cantidad de pasta, sobre todo cuando se trata de niños; que cinco miligramos, equivalentes al tamaño de un chícharo, son suficientes para el aseo bucal", destacó Lilia Adriana Juárez.

 

Entre las acciones que se pueden tomar para corregir esta situación, consideró Dolores Jiménez, se encuentra difundir los resultados de estas investigaciones entre la comunidad odontológica; también estar en contacto con pediatras, odontopediátras y profesionales de la salud.

 

Lo principal es enseñar cómo debe realizarse el cuidado bucal, incluyendo la correcta utilización de una técnica de cepillado y la adecuada selección de los productos orales de acuerdo a sus necesidades particulares. Esto sería un gran avance, coincidieron.

 

Lo más importante es que los resultados del Laboratorio se difundan, “para que los profesionales de la salud y la población en general puedan utilizar los fluoruros de forma controlada en beneficio de su salud”, finalizó Hernández Guerrero.

 

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PIES DE FOTO

 

 

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Juan Carlos Hernández, de la Facultad de Odontología de la UNAM, expuso que se han identificado fuentes de flúor en pastas dentales y enjuagues bucales, jugos, néctares y refrescos.

 

 

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El flúor había sido considerado como solución para reducir la caries, pero su uso indiscriminado provoca otras alteraciones, afirmó María Dolores Jiménez Farfán, de la FO de la UNAM.