06:00 hrs.  30 julio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-566

Ciudad Universitaria

 


Federico Bermúdez Rattoni

 

Pie de fotos al final del boletín  

 

FALSO, QUE EL CEREBRO  NO PUEDA APRENDER EN LA EDAD ADULTA

 

·        Señaló Federico Bermúdez Rattoni, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM

·        Puede darse un crecimiento del sistema nervioso central o un cambio morfológico en el encéfalo, debido a la experiencia o entrenamiento intenso en etapas avanzadas de la vida, dijo

·        Memoria y el aprendizaje son dos elementos ligados, pues uno depende del otro, expuso

 

Investigadores de la UNAM demostraron que el cerebro adulto no es un órgano estático y debe seguir ejercitándose en la edad adulta, porque tiene la posibilidad de incorporar información durante toda la vida, informó Federico Bermúdez Rattoni, del Instituto de Fisiología Celular.

 

"Es un mito que una vez que somos viejos ya no podemos aprender; eso no es cierto", apuntó. Puede darse un crecimiento del sistema nervioso central o un cambio morfológico en el encéfalo, debido a la experiencia o entrenamiento intenso en etapas avanzadas de la vida.

 

El científico añadió que se trata de una lección importante, pues es contraria a la idea de que los adultos no son capaces de adquirir nuevos conocimientos con la facilidad de las etapas tempranas de la existencia. El sistema nervioso está preparado para recibir esos datos, modificarlos, procesarlos y mantenerlos en el esquema recordatorio.

 

El reconocido científico explicó que memoria y aprendizaje son dos elementos ligados, pues uno depende del otro. La primera es el proceso mediante el cual se evoca lo asimilado, mientras que aprender es la adquisición de información del medio ambiente.

 

Existen dos tipos de memorización, expuso, la de corto y largo plazos. La primera no está bien consolidada, es efímera, no dura mucho y puede perderse al paso del tiempo; la segunda es permanente, es la que se mantiene por largos periodos, inclusive toda la vida.

 

Mediante ciertos procedimientos, tal adquisición pasa a formar parte del acervo de largo plazo; se trata de su consolidación. "Es todo lo que somos, nuestra personalidad, forma de ser, lenguaje corporal. Si por un momento la perdiéramos, si no supiéramos quienes son nuestros abuelos, padres, nuestra familia, perderíamos toda identidad", dijo.

 

En el laboratorio, Federico Bermúdez y sus colaboradores buscan los mecanismos por los cuales se forman y se evocan los recuerdos. Se ha visto que existen estructuras dentro del sistema nervioso central involucradas en cada tipo.

 

Se sabe, por ejemplo, que el hipocampo, una estructura por debajo de la corteza cerebral, participa en la memoria espacial. Tanto personas con alguna lesión en él, como animales experimentales, pierden la capacidad de aprendizaje, es decir, indicó, no pueden adquirir información que les permita saber dónde están.

 

Existen otras estructuras, como el núcleo caudado, estriado, involucrado en enfermedades como el mal de Parkinson, que cuando se daña provoca la pérdida de ciertas habilidades motoras (implícitas), sin dañar las cognoscitivas, aclaró.

 

Puede decirse que la memoria está ubicada en todo el sistema nervioso central; algunas de sus partes están más relacionadas con un determinado tipo. Se trata de una participación global, de un esfuerzo en conjunto del cerebro, argumentó.

 

Su pérdida puede deberse a varios factores, refirió Bermúdez Rattoni; como las lesiones en el encéfalo. Si se afecta el hipocampo se pierde la capacidad de adquirir memoria, porque no se consolida. Otra causa pueden ser las enfermedades neurodegenerativas.

 

Bermúdez Rattoni y sus colaboradores encontraron que cuando hay un entrenamiento intenso de los animales experimentales, se registran cambios morfológicos, en particular, en el hipocampo, donde se da un crecimiento de un mayor número de contactos sinápticos.

 

La sinapsis es la unidad funcional del sistema nervioso central, donde se comunican las células entre sí, formando una gran red neuronal que permite mantener la información y procesarla, afirmó.

 

De tal manera, precisó, se ha visto que cuando un animal se sobre entrena en una tarea espacial, se presenta un cambio morfológico. Esto es importante porque antes se pensaba que ya no cambiaba en los adultos. Así se rompe este "dogma".

 

"Si sometemos a los animales a un entrenamiento intenso aprenderán la tarea y modificarán su estructura cerebral, en este caso el hipocampo, que les permite memorizar mucho mejor la información que han adquirido a través de la experiencia por más largo tiempo, que los animales que no fueron entrenados tan intensamente, en este caso, para salir de un laberinto acuático".

 

Se observa una correlación entre el número de contactos sinápticos y la memoria: a más relaciones mayor memoria y viceversa. Tal incremento se debe al entrenamiento, el cual, sin embargo, puede perderse si la actividad no es continua. Por ello, finalizó Federico Bermúdez, hay que usar el cerebro.

 

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PIES DE FOTO

 

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Investigadores del IFC de la UNAM, encabezados por Federico Bermúdez, demostraron que puede darse un crecimiento del sistema nervioso central por entrenamiento en etapas avanzadas de la vida.

 

FOTO 02.

 

Durante toda la vida se puede aprender. El sistema nervioso central está preparado para recibir esa información, procesarla y mantenerla en la memoria, afirmó el especialista de la UNAM Federico Bermúdez.