06:00 hrs.  26 julio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-556

Ciudad Universitaria

 


Patricia Meraz Ríos

 

Pie de fotos al final del boletín  

INDISPENSABLE, INCREMENTAR  LA CALIDAD DE VIDA DE LA POBLACIÓN

 

·        Afirmó Patricia Meraz Ríos, jefa de la División de Educación Continua de la Facultad de Psicología de la UNAM

·        La problemática social provoca más afectaciones a la salud psicológica de las personas, argumentó

·        Se puede definir como un estado autogenerado, basado en vínculos saludables y satisfactorios, dijo

 

Los avances en ciencia y tecnología han incrementado la esperanza de vida de las personas, pero no su calidad, pues ello implica la aparición de mayor número de enfermedades crónico-degenerativas, apuntó Patricia Meraz Ríos, jefa de la División de Educación Continua de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

También advirtió que la problemática social cada vez provoca más afectaciones a la salud psicológica de la gente, pues hoy nadie escapa a situaciones de pobreza, violencia urbana y familiar, inestabilidad y presiones laborales, además de adicciones, abuso de menores, delincuencia, rezagos en materia educativa y cuestionamiento de valores.

 

Recordó que la calidad de vida ha generado interés desde tiempos remotos; sin embargo, su aparición como categoría es reciente y, por lo mismo, su conceptualización está en construcción.

 

En un primer momento, dijo, estuvo relacionada con los problemas de medio ambiente y el deterioro de las condiciones en las sociedades urbanas. Luego se extendió al ser humano, quien empezó a asociar ese estado subjetivo con la búsqueda de una existencia plena, que en el terreno de las ciencias siempre tuvo conflictos.

 

Entonces, abundó, llegó la necesidad de construir indicadores y se involucraron elementos como la cultura. Poco a poco se empezó a definir como una noción más integradora, en donde están todas las áreas de la vida y se le dio un carácter multidimensional.

 

Es decir, ya no hay un solo factor, sino que está mediado por lo cultural, determinado por la percepción social y la autovaloración que le da el sujeto; así como por las múltiples relaciones que establezca consigo mismo, con los otros y con el medio ambiente, puntualizó.

 

En ese sentido, señaló, la calidad de vida se puede definir como un estado autogenerado, basado en vínculos saludables y satisfactorios de los individuos con ellos mismos, con sus semejantes y con la sociedad en general, y se manifiesta por medio de comportamientos o actitudes enmarcadas en un contexto y de acuerdo con el rol social.

 

La psicóloga comentó que existen varias formas de acercarse a esta problemática: como satisfacción expresada con las condiciones de vida; la combinación de componentes objetivos y subjetivos; un amalgama de condiciones de existencia, la complacencia particular, ponderada por escalas de valores,  aspiraciones y expectativas.

 

Con este marco de referencia, en esta División se creó un programa capaz de responder a las preguntas que se hacen los seres humanos respecto de dicho bienestar, pero con la perspectiva de una Psicología que ha construido formas alternativas y científicas para desarrollar ese estado al transformar condiciones fácticas, pero al mismo tiempo respetando la idiosincrasia, cultura y nivel de un sujeto, destacó.

 

Se quiere  fomentar entre los participantes el reconocimiento de sus capacidades y el establecimiento de un compromiso personal en la mejoría de su propia calidad de vida, acotó.

 

 

También, resaltó, crear un espacio para la autorreflexión y la toma de conciencia. “En la actual sociedad el tiempo para pensar se pierde y se ve como infructuoso. Es un espacio para reflexionar, comparar, analizar y disfrutar, y que sí se puede tomar pero con un sentimiento de culpa, porque la gente no lo ve como algo productivo y gratificante”.

 

El programa se imparte en seis talleres con una intención específica y un objetivo general: bienestar subjetivo con recursos desde la persona y reconocimiento de sus propias capacidades, precisó.

 

El primero es Autoestima saludable y en él se parte de la valoración que la gente hace de sí misma. Si no hay una percepción sobre quién soy, qué cualidades tengo, qué características me definen, en qué etapa de mi vida me encuentro, qué cosas he dejado o construido, qué he logrado y en qué me he desviado, no se puede hablar de satisfacción; por ello, se promueve la autovaloración objetiva, autoaceptación y aprovechamiento de los recursos naturales, agregó.

 

El cuerpo y las emociones es el segundo e indica todo lo que se puede hacer, decir, plasmar y comunicar a través de las emociones, refirió. Le sigue La Comunicación, porque muchas veces no se establece un canal donde se pueda conocer lo que quiere y busca en el otro.

 

Las Relaciones de pareja es el cuarto y ahí se valoran pautas, identifican qué hace que la unión se friccione, crezca o se fortalezca y genere dinámicas mucho más funcionales y productivas. Sigue las Relaciones Humanas Satisfactorias donde se buscan vínculos que faciliten el contacto humano y la solución de conflictos.

 

Por último, en Los legados familiares se analizan las fortalezas y retos de la herencia generacional, pues a veces se piensa que lo que dejaron “quienes nos educaron es una carga, sin valorar esas raíces, ni pensar que a partir de ellas se tiene la oportunidad de transformar”, expresó.

 

Esta actividad propicia que los participantes adquieran los conocimientos y técnicas psicológicas para relacionarse de manera más saludable con su entorno cotidiano, optimizar su comunicación, establecer relaciones humanas más armónicas y solucionar problemas cotidianos de la vida personal, familiar y social, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01.

 

La investigadora de la UNAM Patricia Meraz afirmó que la problemática social afecta la salud psicológica y mental de las personas, lo que merma su calidad de vida.

 

 

FOTO 02

 

La calidad de vida está mediada por la cultura, determinada por la percepción social y la autovaloración del sujeto, señaló Patricia Meraz, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM.