06:00 hrs.  20 de Julio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-542

Ciudad Universitaria

 


Patricia Bedolla Miranda

 

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VIOLENCIA, SEXUALIDAD Y PODER, ENTRETEJEN EL HOSTIGAMIENTO SEXUAL

 

·        Señaló Patricia Bedolla Miranda, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM

·        Esta situación se da en esquemas sexo-género polarizados, donde se enseña a ser diferentes a hombres y mujeres, destacó

 

El hostigamiento sexual está entretejido entre la violencia, la sexualidad y el poder, incluso puede ser el preámbulo a la violación o la muerte, afirmó Patricia Bedolla Miranda, profesora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

 

Este comportamiento está tipificado y se entiende como acercamientos de naturaleza libidinosa que no son buscados y están dados por una relación desigual de poder, en donde se puede interpretar que existe la posibilidad de dar privilegios o imponer sanciones, señaló.

 

Esta conducta, explicó, tiene tres aspectos fundamentales: acciones sexuales no recíprocas, coerción sexual y sentimientos de desagrado. Si la víctima se siente humillada, triste, deprimida o enojada se habla de acoso sexual, no de piropos ni de seducción o de un coqueteo legítimo.

 

Incluso, si el ofendido es un sujeto aislado, poco comunicativo y con escasas redes de afecto puede llegar a cuadros depresivos fuertes e intentar o lograr el suicidio, alertó.

 

Esta situación se da en esquemas sexo-género polarizados, donde se enseña a ser diferentes a hombres y mujeres. Generalmente quien acosa es el varón porque está en una situación de mayor privilegio y por lo mismo se siente con más poder, expuso.

 

“A los varones se les enseña a vivir de manera diferente su sexualidad, la cual es más activa, propositiva, dominadora y eso lo hace ser fácilmente un hostigador”, destacó.

 

En cambio, apuntó, a la mujer se le enseña a ser pasiva y poco asertiva ante un problema o conflicto, y por lo mismo se vuelve blanco factible para este tipo de violencia, la cual es posible por los sistemas sociales en donde la jerarquía la ostenta el género masculino.

 

Muchas veces se minimiza el hostigamiento sexual, cuando en realidad puede cambiar hasta el proyecto de vida de las personas, porque hay quienes, al no aceptar estos acercamientos, pueden perder su trabajo o salirse de la escuela, advirtió.

 

Asimismo, acotó, con frecuencia se dice que la mujer provoca esta situación, cuando esto se da simplemente por el hecho de su sexo y no por usar escotes, faldas cortas o por salir solas a ciertas horas; se presenta simplemente porque se circula con un cuerpo femenino.

 

La especialista en sexualidad humana indicó que este tipo de violencia es privada, “porque por lo regular no hay testigos y al principio puede resultar casi inadvertida, pero no lo es tanto si vemos el impacto que puede tener”.

 

Si bien es cierto que es difícil hablar de perfiles de un hostigador, sí se pueden mencionar algunas tendencias; por ejemplo, si un hombre es dominante, si no acepta un “no”, si nunca pide permiso y si no le interesa el otro, pues es fácil que pueda caer en esa conducta, puntualizó.

 

Algunas mujeres también presentan esa actitud, aunque no es común porque no dominan tantos espacios como el hombre. Además, en una cultura como la nuestra es más difícil que un hombre se sienta agredido, consideró.

 

En realidad, argumentó, se da en todos los ámbitos,  pero hasta ahora ha sido más fácil evidenciarlo en espacios como las escuelas y centros de trabajo, aunque en los hogares también se da.

 

Se trata de un problema en donde la sociedad como las instituciones deben involucrarse. “Las mujeres deben hacer un esfuerzo para entender las dinámicas de ese proceder y desarrollar estrategias para enfrentarlo, y aunque se sabe que éstas por sí solas no resolverán el asunto, es un paso para controlarlo y sentirse más seguras”, reconoció.

 

Se recomienda a la víctima no quedarse sola, aislada y callada con el acoso, sino que comparta su experiencia con personas de confianza: amigas, familiares, compañeras de trabajo o de escuela, agregó.

 

También se les pide tratar de no sentirse culpables, pues muchas sufren de uno o más incidentes de hostigamiento sexual y, al igual que ellas, no son responsables de la agresión, dijo.

 

Ante el hostigamiento, se debe tratar de no renunciar al trabajo o abandonar la escuela, es mejor informarse si existe un código o recurso legal sobre este delito, y hacer uso del mismo, recalcó.

 

Esta conducta no es una violencia menor y se da, se debe erradicar porque de otra manera no podrá haber seres humanos libres y plenos, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01.

 

El hostigamiento sexual está entretejido entre la violencia, la sexualidad y el poder, señaló Patricia Bedolla Miranda, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

 

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El hostigamiento sexual puede ser el preámbulo a la violación o la muerte, afirmó la investigadora de la UNAM Patricia Bedolla Miranda.