06:00 hrs.  16 de Julio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-529

Ciudad Universitaria

 


María Dolores Jiménez

 

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EL CONSUMO DE ALCOHOL EN MUJERES EMBARAZADAS PUEDE AFECTAR EL PRODUCTO

 

·        Afirmó María Dolores Jiménez Farfán, de la Facultad de Odontología de la UNAM

·        Provoca el síndrome del feto alcoholizado, que se caracteriza por alteraciones en el sistema nervioso central, peso y talla bajos al nacer, y defectos craneofaciales, dijo

·        Para evitar este mal, la única manera es no ingerir alcohol durante el embarazo, explicó

 

El consumo de alcohol en mujeres embarazadas puede provocar en el producto el síndrome del feto alcoholizado (SFA) que se caracteriza por alteraciones en el sistema nervioso central, peso y talla bajos al nacer, y defectos en el desarrollo de estructuras craneofaciales como hueso, cartílago y órganos dentarios.

 

Así lo explicó la doctora María Dolores Jiménez Farfán, investigadora del Laboratorio de Inmunología de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Odontología (FO), quien agregó que aunque el SFA es la expresión más negativa de los efectos de las bebidas embriagantes durante el desarrollo embrionario, los hijos de madres alcohólicas no siempre presentan todas las características mencionadas.

 

Señaló que la incidencia de este padecimiento se estima entre el 0.05 y 0.3 por ciento a escala mundial; "si lo comparamos con otros síndromes quizá no sea el más prevalente, pero en países como Sudáfrica ya se habla de un cuatro por ciento".

 

No se debe perder de vista que estos datos corresponden a la casuística del síntoma propiamente dicho y que muchos otros casos al no presentar sus características clínicas pueden pasar desapercibidos, con lo cual las cifras podrían incrementarse, aclaró.

 

"En México no existe una estadística sobre este síndrome como en muchas otras enfermedades; pero sabemos que el alcoholismo va en aumento sobre todo entre las mujeres, y que ese incremento se relaciona con el consumo a edades cada vez más tempranas", puntualizó.

 

En la mujer, produce alteraciones en el ciclo menstrual y ovulatorio. Por esta razón, explicó, en ocasiones ella se da cuenta de que está embarazada semanas después de lo que una mujer abstemia lo haría. Eso tiene graves efectos porque en las primeras etapas del desarrollo embrionario se llevan a cabo los procesos de proliferación y diferenciación en los órganos, aparatos y sistemas. Si se alteran estos mecanismos habrá consecuencias que se manifestarán como congénitas.

 

La experta aclaró que además del consumo crónico de bebidas alcohólicas, existen otros factores asociados que pueden influir para que se presenten estos males, tales como la susceptibilidad genética o la edad de la madre, entre otros.

 

El diagnóstico puede complicarse porque algunas de sus características no son exclusivas del padecimiento. Sin embargo, dijo, el clínico entrenado, además de observar las particularidades faciales, debe forzosamente auxiliarse con una adecuada historia clínica que le permita identificar el consumo prenatal de alcohol materno y el patrón de éste.

 

En ciertos casos se observa una reducción en la talla craneal –un órgano más pequeño–, alteraciones en el crecimiento maxilar y mandibular (hasta un 15 a 20 por ciento, lo cual impedirá la correcta posición de los dientes), puente nasal plano y variaciones en la estructura y morfología dental, entre otros, agregó.

 

Los defectos sobre cartílago y hueso craneofaciales presentan grados variables de recuperación, dado que las células cartilaginosas y osteogénicas se mantienen activas después del nacimiento y algunos niños llegan a alcanzar una apariencia normal. Otros factores como la nutrición pueden influir en esta recuperación, abundó.

 

Pero "cualquiera se preguntaría qué tiene que ver el diente con las otras alteraciones sistémicas provocadas por el alcohol. Algunas de las células de la cresta neural, que son pluripotenciales y que dan lugar al sistema nervioso central del feto, migran a la zona maxilofacial en etapas tempranas del desarrollo embrionario, combinándose con el tejido conectivo y dan lugar al hueso,  cartílago, músculos, tendones y la mayor parte de las estructuras dentales", expuso.

 

Es decir, indicó, que diversas estructuras faciales derivan de aquellas células que van a dar lugar al sistema nervioso central; porque provienen de la misma "estirpe", y son susceptibles al alcohol.

 

Desde finales de los años 70 se reportó que los hijos de mujeres alcohólicas presentaban clínicamente problemas en la estructura del esmalte dental; empero, no se aclaró cuál era su origen, recordó.

 

El alcohol puede provocar alteraciones importantes en el tamaño del órgano dentario y en la conformación de la corona dental –la morfología no es la adecuada, las cúspides son más cortas y, la estructura del esmalte se encuentra hipomineralizada–, refirió.

 

Es decir, añadió, las células se encuentran alteradas en calidad y cantidad para formar una estructura orgánica que sea la base del depósito de los minerales requeridos. El esmalte en estas condiciones será susceptible a otro tipo de daños futuros, como las caries.

 

"Microscópicamente podemos evidenciar que las células que se encargan de producir el esmalte tienen dañado su patrón de diferenciación y secreción", detalló.

 

Para evitar las alteraciones observadas en el SFA, argumentó la doctora Jiménez Farfán, la única manera es no ingerir alcohol. “Cualquier mujer que tenga planeado embarazarse debe evitar por completo el consumo de bebidas alcohólicas. Experimentalmente se ha comprobado que hasta en concentraciones bajas puede provocarse daño”.

 

Las principales aportaciones para el entendimiento del síndrome del feto alcoholizado han sido resultado de los estudios experimentales que se hacen en animales, reconoció.

 

En el Laboratorio de Inmunología de la FO actualmente se trabaja con la expresión de factores de crecimiento, una familia grande de glicoproteínas que son moléculas encargadas de regular los procesos de proliferación, diferenciación y secreción, es decir, se encargan de la comunicación intracelular, célula-célula y célula-matriz extracelular, que en el desarrollo embrionario son importantes para que un órgano alcance su correcto desarrollo, aseveró.

 

Por la importancia de sus investigaciones, tan sólo el año pasado dos artículos científicos de la investigadora y sus colaboradores aparecieron en la portada de la revista internacional Birth Defects Research especializada en teratología (estudio de las malformaciones). "Podemos considerarnos un grupo pionero y el único en México que trabaja este modelo (diente) con teratógenos", informó.

 

Lo que hacemos, subrayó, es analizar el patrón o cambios que se presentan en las estructuras de tipo carbohidrato durante el desarrollo dental y mandibular, y cómo se relacionan con la morfología alterada ósea y dental.

 

La combinación de estos factores nos ha permitido establecer una teoría de lo que ocurre en el caso específico del órgano dentario cuando se presenta el síndrome del feto alcoholizado, adelantó.

 

A pesar de que este estudio no es nuevo –fue iniciado en la Universidad de Tohoku, Japón, a finales de los años 80 por el doctor Juan Carlos Hernández Guerrero, también investigador del Laboratorio de Inmunología de la FO–, es hasta ahora que la biología celular y molecular nos abren las puertas para profundizar en este tema y dar un nuevo enfoque a la investigación odontológica, especificó.

 

Además, para dar un entendimiento más claro del síndrome, se ha establecido colaboración con especialistas en bioquímica de la Facultad de Medicina, y otros más del Instituto Nacional de Neurología. "Formamos un grupo bien consolidado e interactuamos no solo con odontólogos, sino con médicos, patólogos y químicos", externó.

 

El modelo dental ofrece una gama de información que nos puede llevar a entender cómo son los procesos que generan daños no solamente en el diente, sino en otras estructuras como el sistema nervioso central e inmunológico, finalizó.

 

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PIES DE FOTO

 

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María Dolores Jiménez, del Laboratorio de Inmunología de la FO de la UNAM, aseguró que el consumo de alcohol en mujeres embarazadas puede provocar defectos en el producto.

 

FOTO 02.

 

El consumo de bebidas embriagantes puede provocar alteraciones en el tamaño del órgano dentario y en la conformación de la corona dental, dijo María Dolores Jiménez, de la FO de la UNAM.