06:00 hrs.  14 de Julio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-524

Ciudad Universitaria

 


Roberto Johansen Naime

 

Pie de fotos al final del boletín  

AFECTAN INSECTOS A CULTIVOS MEXICANOS

 

·        Informó  Roberto Johansen Naime, del Instituto de Biología de la UNAM

·        El aguacate, mango, melón, sandía, plátano, ajo, cebolla, brócoli, chile, uva,  maíz y nopal, entre los dañados

·        En México se tienen registradas alrededor de 700 especies, aunque ese número, junto con el de géneros, sigue en aumento, añadió el pionero de la tisanopterología en nuestro país

 

En México los insectos microscópicos conocidos como tisanópteros afectan, en diversos grados, a diferentes cultivos como el aguacate, mango, melón, sandía, plátano, ajo, cebolla, brócoli, chile, uva, maíz y nopal, explicó Roberto Johansen Naime, encargado del Laboratorio de Tisanopterología del Instituto de Biología de la UNAM.

 

El científico expuso que existen varios de los también llamados “trips” de interés agrícola por ser vectores de enfermedades virales en las plantas.

 

Además, el daño mecánico que producen al alimentarse del follaje, flores o frutos, puede ir desde la disminución de la capacidad de fotosíntesis en las hojas dañadas, hasta la muerte de la planta. Así ocurre, desde hace dos años, en ataques severos al melón y sandía en Campeche y Yucatán, añadió.

 

Ello, debido a una especie de trips de origen indonesio (Thrips palmi Karny) que fue introducida a México por un huracán procedente de las Antillas mayores y menores. Por fortuna, aclaró el investigador universitario, cultivos de origen nacional como el chayote, chilacayote y tomate, no se han visto afectados.

 

Tan sólo en aguacate existen 85 especies diferentes de trips; en el mango, cultivo exótico establecido en el trópico y subtrópico mexicanos, hay alrededor de 32 variedades.

 

Uno de los cultivos más dañados es el chile pimiento del cultivar Bell, de colores verde o rojo, de venta en tiendas de autoservicio y que se utiliza mucho en ensaladas; asimismo, en el noroeste de México hay daños en la vid, indicó.

 

En el nopal, dijo, esos insectos causan afectación en las pencas o los renuevos de la planta. Aunque en este último caso no se trata de una plaga grave.

 

Johansen Naime abundó que los tisanópteros son insectos del microcosmos. O sea, para poder verlos y estudiarlos a detalle se necesita de la ayuda de instrumentos ópticos, es decir, de la microscopía. Pueden medir entre 0.400 a 13.5 milímetros.

 

Su ciclo de vida es de 28 días en promedio, durante los cuales pasan de huevo a larva, pupa y adulto. En ese proceso, añadió, se registran muchos cambios orgánicos, ya que se destruyen tejidos y órganos, pero se forman nuevos, informó.

 

El número de especies conocido a escala mundial crece rápidamente; en el siglo pasado se descubrieron infinidad de géneros y especies e, incluso, familias. En la actualidad se estima que el número es de cinco mil 500 o seis mil, aclaró.

 

Estos pequeños organismos, de los cuales se conservan fósiles, sobre todo en ámbar del Mar Báltico, de Chiapas y de República Dominicana (Mioceno-Plioceno) –con una antigüedad de alrededor de 25 millones de años– viven en substratos como líquenes y musgos que crecen sobre cortezas de árboles, en las hojarascas y otros ambientes húmedos, sobre todo, expresó.

Puntualizó que no todos los trips son dañinos. Algunos comen hongos o productos del metabolismo de hongos en la hojarasca del suelo. Con otros organismos se encargan de la descomposición del material vegetal para integrarlo a la tierra, haciéndola fértil.

 

Otros son fitófagos especializados; al alimentarse de hojas y flores se les pegan granos de polen y contribuyen así a la fertilización de las plantas. En México se tienen registradas alrededor de 700 especies, aunque ese número, junto con el de géneros, sigue en aumento, aseveró el científico universitario, pionero de la  tisanopterología en nuestro país.

 

Además del control biológico, hay de tipo químico, desde el aceite parafínico (que se usa en el follaje de los árboles de aguacate en Michoacán) hasta el sulfato de cobre, refirió.

 

Se usan agroquímicos desde los clásicos, agresivos, hasta los más modernos, que son insecticidas “inteligentes”, los cuales acaban con los trips sin afectar a la fauna benéfica, como abejas y aves, y que para el ser humano tienen una toxicidad casi nula, subrayó.

 

Ante la importancia de los tisanópteros, en el laboratorio de la especialidad en el IB se desarrollan diferentes líneas de investigación. Se han estudiado y registrado como parte de los ecosistemas naturales de la Sierra Madre Oriental, el Eje Volcánico Transversal –desde el Cofre de Perote hasta los volcanes de Colima– y la Sierra Madre del Sur.

 

De forma adicional, se tiene una colección de esos organismos. Hasta ahora se cuenta con 35 mil preparaciones permanentes (insectos montados entre porta y cubreobjetos), provenientes no sólo del territorio nacional, sino del extranjero.

 

El doctor Johansen Naime destacó el acercamiento de su laboratorio con los productores de diversas regiones del país, quienes enfrentan problemas en sus diferentes cultivos.

 

Gracias a la participación de los expertos (grupos de investigadores interdisciplinarios e interinstitucionales) se ha podido determinar si la afectación de la producción se debe a problemas de trips, o bien, a una enfermedad por virus, a defectos de nutrición en el suelo, la química del agua, a una poda inadecuada o a la necesidad de cambiar de variedad de planta de acuerdo con el clima, por ejemplo.

“Participamos con los productores porque creemos que de las soluciones que se generen ellos serán los beneficiarios. Es una responsabilidad social; tenemos una obligación profesional y ética de involucrarnos en la resolución de sus problemas”, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

 

Los tisanópteros afectan a diferentes cultivos como el aguacate, mango, melón, sandía, plátano, ajo, chile, uva, maíz y nopal, explicó Roberto Johansen, del Instituto de Biología de la UNAM.

 

 

FOTO 02.

 

Roberto Johansen Naime, del Instituto de Biología de la UNAM, aseguró que en el laboratorio de la especialidad se desarrollan diferentes líneas de investigación sobre insectos.