06:00 hrs.  11 de Julio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-515

Ciudad Universitaria

 


José Rubén Quiroz

 

Pie de fotos al final del boletín  

 

EL INCESTO ES COMETIDO EN MAYOR PROPORCIÓN POR LOS PADRASTROS

 

·        Reveló José Rubén Quiroz, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM

·        Es llevado a cabo por un familiar directo, de tal modo que el agresor puede ser el padre, padrastro, hermano, primo, abuelo o algún otro consanguíneo, alertó

·        No es un hecho aislado, sino repetitivo y con frecuencia se realiza incluso por años, subrayó

 

La mayor parte de los casos de incesto en México y en el mundo son cometidos por los padrastros; además, se sabe que cuando es denunciado, los victimarios son generalmente hombres, afirmó José Rubén Quiroz, profesor de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

 

Este delito es una modalidad de abuso sexual en niñas y niños, explicó, resultado de las actitudes y comportamientos que realiza un adulto, exclusivamente para su satisfacción.

 

Dichas acciones son llevadas a cabo por un familiar directo, de tal modo que el agresor puede ser el padre, padrastro, hermano, primo, abuelo o algún otro consanguíneo, es decir, cualquier pariente cercano con fácil acceso a la víctima, precisó.

 

Quien lo comete, indicó, emplea la manipulación emocional mediante chantajes, engaños, amenazas, seducción y, sólo en algunos casos,  violencia física.

 

Mencionó que sus manifestaciones más comunes son que el adulto se exhiba desnudo delante del niño; observarlo cuando se viste, desviste o está en el baño, a fin de excitarse; tocar o besar al menor; forzarlo a ver imágenes o películas, escuchar conversaciones, posar para fotografías, presenciar actividades sexuales; hacer que lo masturbe; practicar con ellos coito vaginal, anal u oral, o frotar los genitales.

 

Las implicaciones que este hecho tiene para las víctimas dependen de la edad en la cual se presenta: es mucho más traumático en preescolares o lactantes que en adolescentes. Cuando los pequeños se ven en esta situación no entienden el porqué. Como no tienen información, piensa que son malos, dijo.

 

En situaciones de este tipo, recalcó, los infantes se expresan a través de modificaciones en su comportamiento y cuando llegan a verbalizar su problema, con mucha frecuencia no se les cree. La persona a quien se lo confían lo regaña o reprime por haber inventado algo así, sobre todo cuando el parentesco es cercano, porque cuesta trabajo asimilar que algo así ocurra bajo su mismo techo.

 

De ahí que sean aislados e inseguros, crezcan con baja autoestima y culpa al creer que provocaron esa situación, puntualizó. A esta edad apenas tienen idea clara de cuál es su espacio vital, se comienza a formar su autoestima, límites y todo esto se destruye.

 

Por ello, presentan trastornos de personalidad, como terrores nocturnos, angustia, miedo a estar solos, ser abandonados, a que no los quieran, pocos deseos de ir a la escuela y dificultades para relacionarse con sus pares. En etapas posteriores produce pérdida de conciencia de su sexualidad, y lesiona la madurez afectiva, porque detiene su desarrollo emocional e integral, subrayó.

 

Reveló que el incesto no es un hecho aislado, sino repetitivo, y con frecuencia se realiza incluso por años. Si bien existe la creencia de que solamente se presenta en ámbitos donde hay pobreza, eso es falso, pues se da en todos los niveles sociales.

Hay sistemas en las familias para evitar estas conductas; por ejemplo, saber por qué sale un adulto con los niños y a dónde va. Se debe hacer conscientes a los padres de que los niños son perceptivos y cuando no quieren acercarse a alguien es por algo; por ello, es recomendable no obligarlos ni a besar ni a saludar, ni a mandarlos contra su voluntad. Es necesario respetarlos cuando presenten resistencia a entablar una relación, enfatizó.

 

Aunque estén chicos, subrayó, debe informárseles que sólo ellos pueden hacer lo que quieran con su cuerpo, nadie tiene derecho a tocarlos, verlos o exhibirlos; además, deben reconocer cuando la gente los ve de una manera que les resulta desagradable.

 

Expuso que la Psicología habla de una terapia cognitivo-conductual, cuyo propósito es cambiar el significado de las cosas; es decir, a una vivencia traumática debe modificársele el valor y, de este modo, ayudar a las víctimas a recobrar la confianza en sí mismos y en su imagen, a tener una mayor autoestima.

 

Si se quiere tratar el problema en niños, lo más recomendable es acudir con un especialista en Psicología infantil, pues a través de técnicas –como la terapia de juego– pueden sacar esa experiencia desagradable y modificar el concepto individual, abundó.

 

Recomendó que si un niño refiere abuso sexual, sea incestuoso o no, debe creérsele, decirle que no tiene culpa, manifestarle respeto al tener la valentía de decirlo y transmitirle que hay dolor por lo que pasó. También, se le debe solicitar permiso para darle ayuda profesional.

 

Lo más conveniente es la prevención, lo cual suele ser difícil debido a patrones culturales y reglas sociales, detalló. Pocas veces se les dice qué es un abuso sexual y que puede cometerlo cualquier familiar; tampoco se les habla del derecho a la privacidad de su cuerpo ni que pueden negarse a hacer algo que no les guste o los haga sentir incómodos. Pero sobre todo, no se les hace sentir que son importantes ni que son personas dignas de confianza, concluyó.

 

-oOo-

 

 

PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01.

 

Los niños con abuso sexual presentan trastornos de personalidad, como terrores nocturnos, angustia o miedo a estar solos, afirmó José Rubén Quiroz, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

 

FOTO 02

 

El incesto no es un hecho aislado, sino repetitivo, y con frecuencia se realiza por años, subrayó el especialista de la UNAM José Rubén Quiroz.