06:00 hrs.  25 de Junio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-478

Ciudad Universitaria

Pie de fotos al final del  boletín

 

TRABAJA UNAM UN SISTEMA PARA REDUCIR CONTAMINACIÓN EN AUTOMOTORES

 

 

Integrantes de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM probaron con éxito un sistema llamado Retrofit, que ayuda a controlar las fases contaminantes en los automóviles que todavía usan carburador y, por tanto, carecen de convertidor catalítico, lo que podría aprovecharse en beneficio del ambiente de la capital del país.

 

En el Laboratorio de Control de Emisiones de la FI se adaptó este mecanismo que reduce 45.5 por ciento del monóxido de carbono y 51.29 de los óxidos de nitrógeno que los vehículos anteriores a 1993 emiten a la atmósfera.

 

Así lo dieron a conocer Rogelio González Oropeza, responsable de dicho Laboratorio, y su colaborador Pedro Ignacio Rincón; además de los especialistas Porfirio Franco, del Instituto Nacional de Ecología; José Luis Manzano, de MZ Comercialización, y Roberto Wilson, de la  Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

 

Aproximadamente, 50 por ciento de los autos que circulan hoy en día en el Distrito Federal y su área conurbada aún cuentan con carburador. A pesar de que cada año se renueva el parque vehicular y las normas se han vuelto más estrictas, los modelos viejos de la Ciudad de México no salen de circulación, pues son enviados a otros estados, lo que genera un problema global de emisiones.

 

En el proyecto Retrofit han participado, además de la UNAM, el gobierno del Distrito Federal (GDF), el Instituto Nacional de Ecología, la SEMARNAT, y la empresa privada MZ Comercialización, quien introdujo esta tecnología para probarla bajo estas condiciones atmosféricas, altitud y vialidad.

 

Las pruebas que respaldan su buen funcionamiento fueron supervisadas por el Laboratorio de Control de Emisiones de la Facultad de Ingeniería, en colaboración con el laboratorio IM240 de la Dirección General de Gestión del Aire del GDF.

 

En ellas se utilizaron siete vehículos con el mismo ciclo de manejo y condiciones de operación. Se midieron, en forma continua, las emisiones de monóxido y bióxido de carbono, óxidos de nitrógeno e hidrocarburos no quemados, para comparar, con y sin el Retrofit, la masa de contaminantes emitida por cada kilómetro recorrido.

 

El propósito de cualquier convertidor (y en este caso del sistema Retrofit) es reducir las emanaciones dañinas provenientes del escape de un motor afinado. Esto se complementa mediante la combinación de calor con un catalítico impregnado de metales preciosos. De esta manera, dichos gases se oxidan o reducen (se convierten) en derivaciones seguras para el ser humano.

 

El proyecto está a la espera de su aplicación en el parque vehicular de la capital mexicana, que carece de algún sistema para controlar la contaminación. Se usa ya en San Diego, California, Estados Unidos, financiado por un fondo ambiental y del impuesto de la gasolina; es decir, no implica ningún costo para sus usuarios.

 

No sólo los propietarios de automóviles con pocos recursos, sino los habitantes del DF en general, se verían beneficiados por su acción anticontaminante y ahorradora de gasolina.

Se debe destacar que el bióxido de carbono es un gas que se produce cuando hay una combustión completa, de tal manera que, como el Retrofit incrementa su concentración, es factible pensar que el monóxido de carbono, hidrocarburos no quemados y otros compuestos producidos por una combustión incompleta salen ahora por el escape como bióxido de carbono, precisamente.

 

Es claro que, a mayor demanda de potencia, mayor consumo de combustible y, por consiguiente, mayores niveles de bióxido de carbono. No obstante, como el carburador sufre modificaciones (en todos los motores que se adaptan, normalmente se reduce el orificio calibrado o “espera”), el consumo de gasolina disminuye y, consecuentemente, la producción de gases.

 

Cabe recordar que la contaminación atmosférica en el organismo provoca desde irritación de los ojos y trastornos en vías respiratorias y pulmones, hasta disminución de la capacidad de la hemoglobina para transportar oxígeno a los tejidos, lo cual puede traducirse en serias alteraciones de la salud e, incluso, del aprendizaje.

 

Un factor que influye de manera determinante en su aparición es el incremento del parque vehicular en las urbes. Esto es lo que ha ocurrido en el área metropolitana, donde hay poco más de 10 millones 600 mil automóviles.

 

Desde 1993, los coches nuevos que se venden en el país cuentan con un convertidor catalítico, gracias al cual se han reducido las emisiones tóxicas, y como requieren un combustible sin plomo, han bajado también –hasta 10 veces– los índices de este metal en la capital.

 

Asimismo, se ha desarrollado una tecnología ecológica que permite fabricar modelos eléctricos, híbridos y de hidrógeno. No obstante, resultan demasiado costosos y, en muchos casos, poco prácticos debido, entre otras razones, a la corta duración de su batería o a la falta de infraestructura para mantenerlos en movimiento.

 

-oOo-

 

 

 

FOTO 01

Roberto Wilson, Porfirio Franco, Rogelio González y José Luis Manzano, en el Laboratorio de Control de Emisiones de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, donde se trabaja con el sistema Retrofit.

 

FOTO 02

En la Facultad de Ingeniería de la UNAM se probó con éxito el sistema Retrofit para controlar las fases contaminantes en los automóviles que usan carburador y carecen de convertidor catalítico.

 

FOTO 03.

En el Laboratorio de Control de Emisiones de la FI de la UNAM se adaptó un mecanismo que reduce 45.5 por ciento del monóxido de carbono y 51.29 de los óxidos de nitrógeno que los vehículos emiten.