15:00 hrs.  20 de Junio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-465

Palacio de Minería

 

Rosalba Casas

 

 

DEBEN CONTRIBUIR CIENCIA Y TECNOLOGÍA A SOLUCIONAR NECESIDADES BÁSICAS

 

 

En un país con altos niveles de pobreza, como México, la ciencia y la tecnología deben contribuir a la solución de las necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda, educación, empleo y energía reutilizable, advirtió la directora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, Rosalba Casas Guerrero, quien señaló que se requiere un mayor acceso al conocimiento y una mejor distribución social del mismo.

 

En el Simposio Políticas públicas y pertinencia social de la investigación, realizado en el marco del Primer Congreso Iberoamericano de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación (CTS+I), alertó que el país, con una baja inversión y recursos limitados en ciencia y tecnología, debe definir estrategias, áreas prioritarias y garantizar la transferencia del saber que se produce en las universidades y centros públicos de investigación, a los sectores sociales y productivos.

Por lo tanto, dijo, las instituciones de enseñanza superior deben jugar un papel activo en la promoción del desarrollo social a nivel regional y local, mediante su intervención en la atención a necesidades colectivas y en los sectores gubernamental y productivo.

 

El encuentro fue moderado en esta sesión, por el investigador de la UNAM León Olivé, y contó con la presencia de la secretaria de Desarrollo Institucional, Rosaura Ruiz, y del profesor Martín Puchet.

 

La directora del IIS aseveró que en los últimos 36 años se han puesto en práctica diversas concepciones de política en ciencia y tecnología, aunque sigue predominando la concepción académica y lineal, donde los recursos a estas áreas concentran parte del presupuesto en los programas de becas, del Sistema Nacional de Investigadores y el Fondo de Apoyo a la Ciencia Básica.

 

En su ponencia, titulada Conocimiento, políticas de ciencia y tecnología y desarrollo social, Rosalba Casas señaló que el reto en los próximos 20 años será pasar a una estrategia de ciencia, tecnología e innovación que se considere como motor fundamental de la misma.

 

Por lo tanto, expresó, se requiere un nuevo enfoque que enfatice la conformación de sistemas regionales de generación y distribución de conocimiento, que detecte potencialidades a partir del saber y defina proyectos que prioricen el desarrollo social.

 

Consideró que es necesario recuperar las experiencias de las políticas en la materia, que se desarrollaron en los últimos 36 años, para evaluarlas y reorientarlas, ya que desconocer los esfuerzos que se han hecho es sinónimo de desperdicio de recursos.

 

Nuestro país, apuntó, carece de un ejercicio sistemático de evaluación de las acciones aplicadas, lo que ha ocasionado durante años falta de continuidad de programas que darían fruto a largo plazo.

 

Rosalba Casas destacó la importancia que tiene el conocimiento para el progreso económico y social de los países, ya que éste es valioso no sólo en términos monetarios, porque genera bienestar para los grupos sociales, al contribuir a la solución de necesidades básicas.

 

Determinó así, que uno de los retos en la construcción de una sociedad basada en el saber es ponerla al servicio del desarrollo.

 

Al respecto, el director de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), Ambrosio Velasco, coincidió en que en México hay una pobre inversión pública en ciencia y tecnología, lo cual limita las posibilidades de progreso, con justicia y equidad.

 

Al participar en este foro, opinó que estos campos son elementos indispensables para el avance común. La comunidad científica y los tecnólogos deben reconocer que su actividad representa un bien público para el crecimiento social, cultural y político del país.

 

Frente a ello, dicho sector debe estar abierto al diálogo e interacción con diferentes representaciones ciudadanas que expresen sus necesidades. “Sólo de esta manera la ciencia, la tecnología y la sociedad se beneficiarán recíprocamente”.

 

Reiteró que si los especialistas en ambos campos son insensibles a las aspiraciones sociales, habrá un detrimento en el uso de estas áreas para el bienestar general. Ello, tal como ha ocurrido, deriva en un beneficio casi exclusivo de las grandes empresas, gobiernos o de la carrera armamentista.

 

Por su parte, Andoni Ibarra, de la Universidad del País Vasco, España, recomendó la aplicación en la región latinoamericana de los Programas Nacionales de Aspectos Éticos, Legales y Sociales (ELSA), que se realizan en la Unión Europea, con el propósito de una nueva comprensión de la interacción ciencia-tecnología-sociedad.

 

Por su parte, Fernando Broncano, de la Universidad Carlos III de Madrid, expuso que la ciencia y la democracia deben asumir, cada una, sus áreas de responsabilidad. Ejemplificó que los científicos deben arriesgarse a que se les exijan cuentas de varios órdenes.

 

A su vez, Juan Carlos García Bermejo, de la Universidad Autónoma de Madrid, se refirió al tema de patentes. Detalló que éstas van en expansión en el mundo, aunque diversos estudios muestran que tienen rasgos de ineficiencia y su efectividad es diferente entre unos sectores y otros.

 

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Andoni Ibarra, de la Universidad del País Vasco, recomendó en la UNAM la aplicación en la región latinoamericana de los Programas Nacionales de Aspectos Éticos, Legales y Sociales.

 

 

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El director de la FFyL de la UNAM, Ambrosio Velasco, subrayó en que en México hay una pobre inversión en ciencia y tecnología, lo cual limita el progreso, con justicia y equidad.

 

 

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Fernando Broncano, de la Universidad Carlos III de Madrid, expuso en la UNAM que la ciencia y la democracia deben asumir, cada una, sus áreas de responsabilidad.

 

 

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Fernando Broncano, Andoni Ibarra y Ambrosio Velasco durante el Simposio Políticas públicas y pertinencia social de la investigación, realizado en el Palacio de Minería de la UNAM.

 

 

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Juan Carlos García Bermejo, de la Universidad Autónoma de Madrid, refirió en la UNAM que las patentes van en expansión en el mundo, aunque diversos estudios muestran rasgos de ineficiencia.

 

 

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Rosalba Casas Guerrero, directora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, señaló que se requiere un mayor acceso al conocimiento y una mejor distribución social del mismo.